036.

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Sin duda, eran unos brazos que me rodeaban en busca de afecto y esperanza, el mover lento de sus labios me decía que no quería acabar nuca más. Era un niño perdido en un bosque y lloraba en silencio al saber que no encontraría aquello por lo cual ha luchado. Su corazón quebraba en mil pedazos y sentía el miedo, la desesperación y agonía en tan sólo un simple beso. Me separé lentamente y observé su rostro, no comprendía la situación y el porqué me había detenido, sin embargo, me había dado cuenta de que no debimos iniciar. Acercó su mano teniendo la intención de acariciar mi mejilla y retrocedí, veía como se le dificultaba al momento de hablar y mordía su labio con fuerza, signo de estar cada vez más estresado. 

—Lo lamento, he cometido un error —limpié mis labios con el dorso de mi mano y me acerqué al lavamanos para remojar mi rostro.

—¿Error? —preguntó con voz severa haciéndome girar sobre mis talones. Mantenía su ceño fruncido y demostraba lo enojado que estaba en su agarre. —¿Besarte ha sido un error?

—Lo es, ambos conocemos nuestro lugar y tú más que nadie sabe que esto está mal, reconozco que también la culpa es mía al haberte correspondido —centré mi mirada en su mano sobre mi muñeca y soltó rápidamente.

—¿Me creerías que he querido hacerlo desde hace mucho? —su piel erizada me decía tenía frío pero no le tomaba importancia al no preocuparse por ello. Ambas manos se posicionaron en mi cintura y apretaba con fuerza, escondió su rostro en la curva de mi cuello e inhaló hasta que le oí soltar una risa. Jungkook no estaba pensando y me dejaba llevar sólo por sus halagos. 

—Detente, no quiero seguir con esto —lo aparté con fuerza logrando retroceder ante el impacto. Me observó con dolor y no supe qué hacer en cuanto una lágrima recorrió su mejilla. Se deshizo de ella a la velocidad de la luz y tomó aire para hablar. 

—Pensé que me había acercado lo suficiente como para reducir mi odio hacia ti, pero me he dado cuenta de que eres una persona más del montón. Quiero hacerte una pregunta —jugó con el anillo de su dedo y fruncí el ceño hasta ahora notarlo. —¿Disfrutas jugar con las personas? 

—¿Disculpa? —pregunté indignada ante dicha acusación. 

—¿Por qué te sorprende? Seguramente Taehyung ha de sentirse igual, después de todo conozco a ese chico como la palma de mi mano. ¿Mentirás sobre ello?

—Deja de decir cosas absurdas, es mi mejor amigo, no puedes hablar de él como se te venga en gana —al igual que él, el enojo recorría por todo mi cuerpo y respiraba hondo por no querer gritarlo. 

Sonrió, se acercó a mí y susurró. 

—¿Sabías que él y yo tuvimos una aventura? —lamió el lóbulo de mi oreja y prosiguió. —No trato de presumir, pero quiero que sepas una cosa —se apartó y tomó mi mentón. —Yo también puedo jugar a tu manera, así que vete en este instante de la casa, Hye —sin tomarme importancia se deshizo de la toalla sobre su cintura y entró a la división. 

La conducta de Jungkook era denigrante y sentía como las lágrimas bajaban por mis mejillas. Mi cuerpo había quedado paralizado ante sus palabras y no supe cómo reaccionar, todo era blanco en mi mente y deseaba profundamente el no haberlo conocido en primer lugar. Sin embargo, su voz fue la que llamó mi atención y me hizo salir de la pequeña burbuja que construí. 

—Sólo para recordar, no necesito que vuelvas a darme tu lástima, he tenido suficiente de mi familia y mi novia —ante dichas palabras abandoné en silencio el lugar. 

Entré a la habitación que me correspondía y me sorprendí al encontrar al castaño sobre la cama disfrutando de ver el techo. Se incorporó mejor sobre su sitio y cruzándose de piernas me observaba tomar cada prenda y meterla con fuerza en la maleta. Hacía el mejor intento por no dejar salir las lágrimas y sabía que me quebraría una vez haya terminado. Taehyung se levantó y a paso lento tomó mi brazo y me detuvo, por su mirada sabía la pregunta que haría y no estaría dispuesta a responder. 

—¿Por qué estás tan enojada? —sentí alivio al saber que no preguntaría directamente por él. —Tu ceja derecha está más levantada que la izquierda y respiras con fuerza, además de eso cuentas hasta cinco en susurros para controlarte, ¿negarás que lo estás? 

Taehyung me conocía perfectamente y no podía negarme. 

—Me iré, tú también lo harás —tiré con fuerza a la cama su maleta, sin embargo, no entendía la situación. —No me mires así, debemos marcharnos antes de que anochezca. 

—Esto... ¿es por Jungkook? —observó sus uñas y después a mí. —¿Tomaste el baño con él? —eran pocas las veces en donde el castaño dejaba verse enojado y hoy era una de ellas. —¿Quieres que hable con él? No me gusta la idea, pero si es necesario lo haré.

Sin haber respondido ambos nos encontrábamos en la puerta a punto de partir sin decir palabra alguna. Mi madre, quien estaba entretenida hablando con mis hermanas no se percató de nuestra presencia y al momento de abrir la puerta y abandonar por completo el lugar, la Sra Jeon extrañada se preguntaba el porqué de nuestra partida. Como era de esperarse, mamá también llegó y como producto final de toda esta tragedia, el pelinegro nos observaba desde lejos con una gran sonrisa. 

Las palabras eran cortas y quien hablaba era Taehyung, la excusa de estar con sus hermanos y necesitar mi ayuda para ello convencía del todo a los padres del pelinegro, por otro lado, mi madre sabía perfectamente que había algo más y pese a llegar a saber la verdadera razón, permanecería en casa como si nada hubiese pasado y me dejaría ir sin pedirme que me quedase. Para todos fue sorpresa el hecho de que Jungkook hablara y por el tono que empleaba sabía que no eran buenas palabras. Apreté la tela del abrigo del castaño y me escondí detrás de él como si tuviese miedo de un animal feroz.

—Ha pasado tiempo desde que hablamos, ¿no lo crees? —susurró Jungkook. —Besa bastante bien —mantenía la calma y retrocedió quedando a la distancia de su madre. —¿Ayuda con tus hermanos? ¿Acaso eso no se escucha sospechoso? —lograba crear un ambiente pesado e incomodo. 

—Agradezco que me dejaran venir con mamá, pero debemos marcharnos justo ahora —hizo una reverencia ignorando las palabras de Jungkook. Mis hermanas desaparecieron y un fuerte abrazo nos dio la Sra Jeon junto a su esposo quien llegó a los pocos segundos.

—Será una lástima no tenerte, estábamos realmente feliz de que estuvieras con nosotros, espero que pueda verte pronto —siendo una persona ingenua parecía no saber la verdadera razón y al darnos un último abrazo desapareció ante nuestros ojos junto con el padre del pelinegro.

El calor de afuera nos acogía, tomé la mano de Taehyung y antes de poder cerrar la puerta principal el pelinegro nos esperaba queriendo decir unas últimas palabras. La paciencia de Taehyung se agotaba y bastaba de pocos segundos para armar un gran alboroto. 

—¿Por qué finges no conocerme? Después de todo nos conocemos bastante bien, Taehyung —logrando llamar su atención caminó hacia él quedando frente a frente y la diferencia de estatura era notoria, siendo el castaño una cabeza más grande que Jungkook. 

—Gracias por recibirnos en tu hogar, lamento haber incomodado —hizo una reverencia y sonrió. —Sugiero que no te comportes tan infantil y te abstengas de buscar problemas donde no los hay. Después de todo, odias a la gente como nosotros, ¿no es así? 

Fue en esta tarde, en donde comprendimos que nunca avanzó algo entre nosotros y jamás empezó. En el tiempo que pasó, sólo nos decía que éramos simplemente extraños. Y así fue en como decidimos quedarnos. El incidente en la fiesta nos permitió saber nuestro lugar y el de ambos era no habernos conocido en primer lugar.

mr dick ©jeon jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora