02.

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Buscar un baño había sido todo un desafío y para cuando llegué mi vestido estaba casi seco. Sin embargo, haberme perdido el brindis y parte de la fiesta no fue del todo bueno, la mirada de mi madre me analizaba de pies a cabeza y pude leerla a la perfección que sólo bastó un par de segundos para que diera inicio a su sermón; si hablábamos de paciencia mi madre solía tener muy poca. 

—Ya te lo dije, un chico chocó conmigo y derramó las bebidas sobre mi vestido —reiteraba para mi madre quien aun no creía en mis palabras. —Por eso no pude traer el recordatorio. 

—Hye en realidad se estaba besando con la primera chica que vio —atacó mi hermana desde el otro lado de la mesa con su sonrisa mientras bebía de su vaso. —¿Verdad, Young? —observó a la mayor y ella simplemente apartó la mirada, una vez más no quería hacer participe de una discusión. 

—¿Estás tratando de decir que tengo más actividad sexual que tú? —de repente la pelea no era con mi madre sino con mi hermana. De sus ojos salían llamas y de sus orejas humo, tal cual una caricatura. 

—¡Eres virgen, idiota! —cuando quise atacar la voz severa de mi madre se interpuso y tirando de nuestro cabello al mismo tiempo llamó la atención de todos cuando Yang pegó un grito. 

—Estamos en una reunión, ¿no se pueden comportar cómo personas civilizadas? Estoy cansada de que anden peleando a cada rato, tú no busques a tu hermana, Yang. 

Era cierto, no había momento en que las dos estuviésemos discutiendo por lo más insignificante del mundo, sin embargo, el amor que había entre nosotras lo demostrábamos de esa manera aunque mi otra hermana y mamá no creyeran en nuestras palabras. El tema del vestido había quedado atrás, ahora, mirábamos con atención a la pareja que disfrutaba de un baile lento siendo así el centro de atención de todos, la sonrisa de aquella mujer demostraba lo feliz y enamorada que estaba de su hombre, los ojos de mamá se inundaron en lágrimas y para cuando finalizó el baile, se levantó de la silla y aplaudió como si su vida dependiera de ello.

—¿Irás con nosotras? —susurró Young en mi oído temiendo ser escuchada por nuestra madre pese a que ella había abandonado la mesa para saludar una vez más a su amiga. 

—Me quedaré acá, no tarden demasiado, podrán levantar sospechas —dicho esto, Yang se llevó corriendo a Young para perderse entre la multitud. 

Sonreí y suspiré al encontrarse sola y tranquila, pasarían minutos en donde podré descansar de la voz chillona de Yang y de la seriedad de Young. Ir con ellas sonaba tentador, aun así, sería un cero al lado de ellas. Habían quedado en encontrarse con dos chicos, gemelos también, ambas mantenían una relación no tan seria con los dos chicos y uno de ellos traía un amigo el cual quería conocerme, pero, yo no podría acceder del todo cuando sólo sé que es alguien cercano a ese par. 

—¿Por qué no te das un baño? —preguntaron a mis espaldas y no dudé de quien se trataba al reconocer al instante su voz. Giré sobre la silla y le sonreí con el fastidio del mundo entero, él correspondió mi sonrisa y prosiguió. —Apestas a alcohol.

—¿Te cautivé por mi dulce aroma? —lo escuché reír para después negar varias veces con la cabeza. —Si te doy fastidio te puedes ir, estás en mi mesa. 

—Por desgracia, la persona que hizo la distribución de las mesas quiso dejar la tuya frente a la mía, tuve que decirle a mamá que eras la chica fea que estrelló conmigo mientras caminaba —de alguna manera, aquel chico tenía la intención de herirme con sus palabras, sin embargo, sólo causaba risa en mí —Entonces eres virgen, interesante. 

—Ese no es asunto tuyo —le di la espalda y me crucé de brazos, mi madre aun seguía con su amiga. 

—Claro que lo es, debido a la chica que estaba de espaldas hace un momento, la cual comentó también que te gusta besar chicas, resultó ser asunto de todos los presentes. 

—Señora, ¿este es su hijo? Sería tan amable  de decirle que deje de acosarme y que no se meta en temas que no le incumben, gracias —la misma mirada que me dio hace unos minutos nuevamente la veía al ser regañado en voz alta por la mujer de la mesa de atrás. 

Las horas habían pasado con el viento y sin darme cuenta las cuatro nos encontrábamos camino a casa. Como era de esperarse, otro sermón se avecinaba cuando involuntariamente las gemelas sacaron el tema de la cita tras las espaldas de mi madre. 

—¡Es tu culpa por haber besado al que no era! —reprochó Young histérica mientras se aferraba cada vez más con fuerza a mi brazo. —Se suponía que tenías que estar con el chico que tenía el lunar en la frente. 

—¡Ambos tenían lunar! —a decir verdad, ambos chicos eran iguales y por desgracia no había algo mínimo que marcase la diferencia entre ambos.  

—Las tres están castigadas —interrumpió mi madre nuestra conversación. —Ustedes dos por escaparse a escondidas y tú por ayudarlas y mentirle a la madre del señor Jeon. 

—No es justo, sólo nos estábamos besando —atacó Yang. 

—Yo no educo a mis hijas para que sean juguetes de alguien más, debería darte vergüenza —lo decía en serio, sus ojos demostraban la frustración que sentía al no poder hacer nada y sentirse mala madre al darse cuenta de lo poco que progresaba. —No sé que pensaría tu padre al enterarse lo fácil que eres. 

La puerta de la casa se abrió en par y una corriente de viento entró helando cada vello de nuestro cuerpo, Yang se mantenía cabizbaja, había sobrepasado los límites y agotado por completo la paciencia de mi madre. Tomamos asiento al lado de ella y la abrazamos como solíamos hacer de pequeñas, han sido meses bastante duros no sólo para ella sino para nosotras. 

—Papá sin duda me mandaría a vivir con la abuela —comentó entre risas logrando contagiar a mi madre de ellas. —También nos hace falta, mamá. No cargues con todo el pes sola. 

—Aunque me estés pidiendo perdón no cambiaré de opinión, mañana en la mañana se irán temprano —rodó los ojos y se deshizo de su agarre. —Dejen las maletas listas, será un día muy agitado para todas. —deshice mi abrazo y la interrogué con la mirada, ¿por qué hablaba en plural? 

—¿Para todas, también me mandarás con la abuela? —las gemelas me miraron y sonreían teniendo la certeza de que tendría que ir con ellas, sin embargo, las palabras de mi madre fueron todo lo que menos esperábamos. 

—No, tú te quedarás. Invité a la familia Jeon a un almuerzo como muestra de agradecimiento y perdón, espero que tengas las palabras correctas para disculparte con ellos —las tres estábamos enojadas, las gemelas al saber que me quedaría en casa y yo por enterarme de que tendría que ver a un desconocido nuevamente y en mi casa. 

—¡Mamá, no puedes hacer eso! —negué varias veces y me levanté de tope. —¡Ese chico fue grosero conmigo, él fue quien derramó alcohol en mi vestido! —desconocía el motivo por el cual estaba tan enojada con alguien de sólo unas horas, pero sabía perfectamente que la idea de mamá era pésima. 

—No discutiremos más sobre el tema, Yang y Young vayan a hacer las maletas y tú mira que usarás mañana para el almuerzo —estaba decidida y nadie podría sacarle de su cabeza el pensamiento, de alguna manera se sentía culpable de que sus hijas fueran un desastre. 

El silencio decía más que mil palabras y por primera vez quise estar en el lugar de las gemelas, permanecer todo un día con un chico el cual no conocía me incomodaba porque sabía que haría lo posible para que las cosas giraran a su favor. Jungkook es mentiroso y manipulador, no cabe duda de eso. El almuerzo sería intenso. 



lamento la demora, el capítulo fue algo aburrido, lo bueno vendrá dentro de poco. denle amor. ): ♡

mr dick ©jeon jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora