Negué por tercera vez, no había manera en que pudiera cambiar de opinión. Sus rostros se miraron y volvieron a mí y suplicaron una vez más les hiciera compañía a un evento en el cual yo sería un completo cero. Me levanté del sillón y dejé el vaso sobre la mesa para cruzarme de brazos y encararlas con la mirada, reí y volví a negar.
—Si siguen molestando le diré a mamá lo que planean hacer —dije con voz demandante y la castaña sólo hizo mala cara cuando escuchó mis palabras.
—Entonces le diremos que hace una semana trajiste a la casa a un chico a escondidas cuando está prohibido —odiaba cuando se colocaban de acuerdo en lo mismo, era como si ambas estuvieran conectadas y leyeran la mente de cada una para poder decir lo que quería al mismo tiempo.
Ser la hermana menor de dos gemelas es bastante agotador, muy agotador. Por años pensé que sería lo más grandioso del mundo, que podría compartir mis secretos y hacer actividades que muestran en las películas, pero, ha sido todo lo contrario. He tenido que lidiar con ellas y estar en una lucha constante para no relevar secretos, así como ellas dos no saben algunas cosas de la otra. Sin embargo, a pesar de los desacuerdos el amor es bastante grande.
—¡Mamá, dile a Hye que asista! —comentó YangMi, la menor.
—Tendrás que ir, toda la familia quedó en cumplir con su asistencia —ambas sonrieron y maldije por lo bajo, ¿quién quería ir a un matrimonio en dónde no conoces a nadie? —Y tú deja de ser tan pesada, Yang —señaló a la castaña.
Yang era la menor, teniendo de diferencia tan sólo diez segundos de YoungMi, sin embargo, por lo general la mayor suele ser quien se va del camino Young era todo lo contrario a Yang. Pese a que físicamente son iguales, la única diferencia entre ellas era su carácter y un pequeño lunar bajo el ojo que sólo posee Young. La mayor es tranquila y muy seria y la menor todo lo opuesto; ruidosa, pesada, maldadosa y todas las palabras que puedan describir a alguien fastidioso.
—¿Puedo hacer presencia sólo en la fiesta? —pregunté usando el mismo tono que empleaban las gemelas a la hora de pedirme que asistiera. —Recordé que tengo trabajos pendientes por hacer —mentía.
—Hye sólo trata de buscar excusas para que no te enteres de que la semana pasada trajo a un chico a escondidas —la voz chillona de Yang sonó como si estuviese conectada a un gigante parlante y lo único que hice fue maldecir y maldecir.
—¡Y ella sólo me amenaza para que no te enteres de que hace dos días estaba tomándose fotos semi desnuda para subirlas a su cuenta! —el rostro de la menor cayó de golpe y juraba que en su cabeza tan pequeña me maldecía con todas las groserías posibles. Pero de nada había servido cuando la voz de mi mamá se elevó lo suficiente para regañarnos.
—¡Irás a la fiesta y tú me entregas de inmediato tu móvil! —Young desapareció lo antes posible para no ser testigo de lo que sería una gran pelea.
Cuando el reloj marcó justo las tres en punto supe que debía arreglarme. Una vez más ganaba una discusión y Yang incrementaba su odio por siempre terminar delatando lo que hace tras a las espaldas de mi madre, sin embargo, ambas esperamos que aprenda una buena lección. Toqué la puerta de las gemelas y entré, ambas vestían sólo una toalla y la menor al verme me fulminó con la mirada.
—Yang dice que abandones la habitación —comentó Young señalando la puerta.
—Dile a la mocosa que sólo vengo por sus tacones plateados —tomé mi objetivo y sin más salí.
Había pasado tiempo desde que no me arreglaba, quiero decir, desde que no lucía un vestido y maquillaje, las veces en las que he tenido que acudir a la ayuda de las gemelas fue a una fiesta a la cual me invitaron, en donde fui el haz de reír cuando alguien derramó ponche sobre mi vestido. Tuve que andar toda la noche sentada hasta que mi madre viniera a recogerme. Todo ha sido difícil desde la partida de papá, ser una mujer viuda no era un papel que se tomara en serio mi madre, y aunque sólo han pasado cinco meses, hay noches en donde aun llora.
Como era de esperarse, mi madre destacaba entre las tres, su hermosa figura logra adaptarse a cualquier vestido, siendo así la reina de la noche aunque ella no sea la novia. Apreté su mano y le di la seguridad de que todo estaría bien, por sus facciones sabía que estaba más que nerviosa, sería el primer evento en donde la verían sin su acompañante y los miles de interrogantes aparecerían en tan sólo minutos. Las familias en ocasiones salen sin la figura paterna.
El recorrido fue largo, pero sentí que había sido sólo cuestión de segundos. Todo era calma, la gente al igual que nosotras también llegaba y se acomodaba en su lugar correspondiente para dar inicio a la misa. Parecía un evento de la realeza, no conocía a nadie, pero supe que o era un matrimonio como cualquier otro. Cada uno de los asistentes se levantó y giró a ver a la novia, lindo vestido, lindo maquillaje y una sonrisa que demostraba lo feliz que era. Al igual que el viaje, pasó demasiado rápido.
—Buscaré nuestra mesa, ¿podrías ir por el recordatorio que dan a la entrada? —susurró mi madre sólo para mí. —Te llamaré cuando estemos en el lugar —besó mi mejilla, despeinó un poco mi cabello y la vi marcharse en compañía de las gemelas.
Como todo matrimonio normal, la fiesta es celebrada en un salón, uno llamativo, con música y un exquisito bufet, en este caso, se llevaba a cabo en la casa de la novia, pero no era una cualquiera. Durante el camino a la gran casa supe que mamá era amiga de ella desde la infancia y por supuesto no podía faltar a la tan esperada boda de una de las empresarias más reconocidas de la ciudad, pero, era tan reconocida que su existencia era nula hasta entonces. Los pasillos eran anchos y todo parecía un laberinto.
Mis pies se movían a toda prisa debido a que me urgía entrar a un baño y sin darme cuenta me encontraba en un lugar totalmente desconocido. Había perdido la ruta que llevaba y lo que más me importaba era un baño; correr en tacones puede causarte grandes problemas. Observé mi reloj de mano y marcaba las once y media de la noche, faltaban sólo minutos para el gran brindis y dar inicio a la fiesta. En un abrir y cerrar de ojos me encontraba tirada en el suelo empapada de un liquido desconocido, me había quedado sin el recordatorio y ansiaba en demasía un maldito baño.
—¡Fíjate por donde caminas! —grité al levantarme y encontrar el rostro de un chico que poseía una de las sonrisas más molestas que he visto hasta ahora. —Por tu culpa ahora estoy bañada en...
—Vodka, bañada en vodka —respondió con tono burlesco metiendo ambas manos en los bolsillos de su pantalón. —Yo caminaba tranquilo y tú has tenido la intención de querer caer sobre mí pero fue todo lo contrario.
—Vaya, eres del chico que piensa que gira todo a su alrededor —por su postura y las palabras que empleaba era fácil detectar a un hombre como él. —Trabajas acá, ¿verdad? ¿Podrías decirme dónde hay un baño?
—Exacto, soy ese tipo de chico —me guiñó el ojo y lo vi reír bajito. —No trabajo acá, encuentras el baño a mano izquierda al fondo —¿era posible encontrar algo en un lugar tan grande? —Es increíble que te pierdas en un lugar tan pequeño.
—¿Pequeño? ¡Esta casa parece una mansión!
—Cierto, eres el tipo de chica que nunca ha visitado algo como esto, ¿acaso me estás diciendo "Jungkook, quiero que me lleves al baño", ¿no es así?
—Para nada, puedo encontrar el baño sola —giré sobre mis talones y caminé por donde venía, pero, su voz me detuvo.
—¡Por ahí no es! —comentó. —Es por allá, tonta —señaló tras su espalda y dándole una sonrisa mientras viraba los ojos caminé en esa dirección. —Sin embargo, te acompañaré porque algo me dice que volverás a tropezar con alguien más.
—Te dije que puedo encontrarlo sola, mesero.
—No soy un mesero, me llamo Jungkook —su acento resultaba gracioso y supe que no era de la ciudad. —Después de eso, tendrás que ir conmigo para que vean que no fue una excusa en tardar tanto por unas simples bebidas.
—¿Qué no puedes ir tú solo?
—No, mi madre no creería que una mujer tan fea tropezó conmigo durante el camino —de repente, su acento desapareció y su voz sonaba diferente.
—¿Quieres decir que tu madre no creerá el hecho de que empapaste mi vestido teniendo cómo excusa el verme en ropa interior? —frenó en seco y frunció el ceño para después marcharse en sentido contrario.
"En realidad no me gustan las tablas" fueron sus palabras antes de irse por completo.
por fin el primer capítulo, denle amor. ): ♡♡♡
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mr dick ©jeon jungkook.
FanfictionElla no sólo caería ante sus encantos. -jeon jungkook. -lenguaje vulgar. -contenido adulto. #1 Btskpop. [07.07.20] #1 Jeonggukie. [11.07.20] #1 Jeongguk. [25.08.20] #1 Jungkookbts. [17.09.20] #1 Btsjeongguk. [19.10.20] #1 Jin. [03.12.20]