Era bienvenida sin importar la hora y el momento, la estancia me recibía con los brazos abiertos junto con el dulce aroma a café y recordé qué tan amantes podían ser ante dicha bebida. Las risas en el interior se mesclaban con la música y al saber que su madre se iría en unos cuantos minutos dejó a saber que teníamos la casa a nuestra disposición. Recargué mi cuerpo sobre el umbral de la puerta y me dediqué a ver como el castaño bailaba al son de la música, sostenía en sus labios un cigarrillo y con los ojos cerrados menaba sus caderas de izquierda a derecha, finalizando con la perfecta imitación de estar tocando el saxofón.
Su cabello largo y sedoso que dentro de unos meses estaría a la altura de los hombros, su espalda desnuda con su característico color de piel y un diminuto tatuaje en la parte baja de la misma era la vista que él me podía ofrecer. Toqué la puerta y como era de esperarse fui ignorada y al llamarlo también recibí lo mismo y recordé su gusto a muerte por el jazz, se sumergía por completo en la melodía y se olvidaba de lo que hubiese a su alrededor. De pequeño, las clases de saxofón fueron de ayuda para distraerse al punto de haber participado en eventos no tan importantes en el lugar que vivíamos.
Vestía elegante y parecía estar en la busca de una camisa que hiciera juego con su pantalón negro. La puerta principal se cerró dejándonos solos bajo la música de Grover Washington JR. Su cuerpo se dejaba llevar por toda la habitación y de repente la búsqueda de una camisa pasó a segundo plano cuando repetía una y otra vez el coro como si le estuviese cantando a alguien más. No sólo su atuendo fue cosa del pasado sino también nuestra cita con los demás que esperan ansiosos por nosotros.
—¡Pero qué rayos! —dejó caer el cigarrillo y brincó asustado al verme por primera vez. —¿Cómo entraste a mi casa? Es más, ¿por qué estás acá? —detuvo la música tomando asiento en la orilla de su cama.
—Quedamos en salir, tonto —rodé los ojos y observé por la ventana el excelente día que nos esperaba. —¿Se te olvida que vamos a vernos con Nam? —por su expresión reí y negué al darme cuenta de lo distraído que seguía siendo. —¿Jimin también vendrá?
Luego de darle la noticia le fue inevitable sonreír y planear un momento exacto para vernos. Taehyung, también moría por ver a su amigo y saber que están en el mismo lugar era algo que no se podía dejar para después. Después de un tiempo de estar solamente conmigo y recordar los pocos días que le quedan a Jimin, decidió invitarlo y de paso presentarle a unos de sus más grandes colegas dentro de nuestro tan pequeño circulo social. Mis hermanas, quienes también estaban invitadas, se negaron a asistir con la excusa de ayudar a mamá en el trabajo, sin embargo, Yang no podía escapar de los encantos de Nam y cuando caiga la noche, será tan tormentoso para ella y amoroso para él.
Fueron minutos, largos minutos de espera hasta poder dar con el objetivo que tanto quería Taehyung; lucir apuesto. Tomaba con ambas manos a sus hermanos y los hacía correr pese a saber la poca resistencia que tenían y maldecía por el camino el hecho de que su madre le dejase a cargo llevarlos hasta el trabajo. Era gracioso ver cómo discutían y se quejaban al mismo tiempo con el mayor, Param y Sook nunca estuvieron de acuerdo en hacer carreras pero si era necesario para que Taehyung pudiese verse con sus amigos, lo harían, sin embargo, las bromas que estarían por llegar serían un detonante para que los tres estén castigados.
—¡Quiero ir al baño! —comentó el pequeño deteniéndose a mitad de camino. Soltó la mano de Sook y apretando su mandíbula permaneció en silencio por no gritarle. —¡Taehyung, llévame al baño! —el nombrado respiraba con dificultad y yo sólo me dedicaba a observar.
—Te dije que hicieras antes de salir de casa, ¿ves un lugar dónde puedas ir al baño? —colocándose en cuclillas para estar a su altura el menor miró a su alrededor y negó al no dar con un lugar en donde pudiese hacer sus necesidades. —¿Ves? No hay un lugar, faltan cuatro calles para llegar con mamá, ¿puedes aguantar?
—¡Dije que quiero ir al baño! —empezaban a salir sus lágrimas y Sook al igual que yo nos reímos por la situación. —¡Baño, baño, baño! ¡Param quiere ir al baño! —apretaba su camisa con fuerza y cruzaba sus piernas para no dejar salir nada.
—¡Te aguantas, Param! —tomó al menor nuevamente de la mano pero este se negaba a dar un paso más. —¿Sabes que por tu culpa llegaré tarde a mi cita? Sólo aguanta, ¿quieres?
—Quiero un helado, Taehyung —la otra pequeña que sólo se había limitado a reírse, quiso entrar en la conversación. —¿Puedes comprarme un helado? —La poca paciencia de Taehyung estaba por desbordarse.
—Lo tuyo no es una emergencia, Sook —y aquellas palabras bastaron para que ella también echara a llorar. Los caprichos de su hermana debían ser atendidos antes de que hiciera un gran espectáculo. —Ni se te ocurra orinarme encima, Param —comentó alzando a su hermano.
Las llamadas y quejas por parte de Nam se hicieron presentes al hacerle esperar más de lo acordado, sin duda íbamos tarde a nuestra salida y al trabajo de su madre. Los cuatro caminábamos con prisa en busca de una heladería y un baño. Parecía ser que estuviésemos dando vueltas y vueltas sin poder encontrar nada, daba la impresión de no haber lo que queríamos por ningún lado. Habíamos avanzado sólo unos pasos, Sook y Param seguían llorando y todo el camino fueron regaños. Al borde de la derrota, una cafetería fue nuestra salvación.
Dejándome la billetera en mano junto con su hermana, los dos salieron a correr en cuanto le dijeron dónde quedaba el baño y claramente todas las miradas se posaron en nosotros. Lo más cercano a un helado era una bebida y sentí alivio al ver que estaría satisfecha con eso. Tomamos asiento mientras esperábamos, observé la hora y maldije en voz baja al darme cuenta de nuestro gran retraso, pronto estaríamos a cumplir dos horas y aún faltaba ir por Jimin; atravesar media ciudad y devolverse nuevamente era algo que no volvería a hacer.
—Bien, efectivamente Param pudo orinar —satisfecho de que su hermano logró su objetivo no medía sus palabras y hablaba sin darse cuenta que más gente nos rodeaba. —Es momento de irnos. Cuando llegues a donde mamá dile que ella deberá hacer la cena en mi lugar.
Claramente, sus hermanos no pasarían el mensaje.
Éramos espectadores de una pareja dándose amor y no podíamos decir nada al respecto. La cara de Nam aún indicaba lo molesto que estaba con nosotros y deseaba profundamente darle un golpe a Taehyung por nunca haber aprendido a llegar a la hora correcta. Todos disfrutábamos de una buena bebida y comida, la conversación iba por buen camino hasta haber tocado el tema de su padre, después de todo el almuerzo familiar era para anunciar su segundo hijo e invitaba a Taehyung a ser participe de la gran celebración, sin embargo, los comentarios fuera de lugar por parte de él debido a su orientación estuvieron presentes, logrando hacer una tarde amarga y pidiéndole que abandone el lugar cuando se lo decía de buena manera. A Taehyung le dolía y aunque dijese que estaría bien, todos sabíamos que era una mentira.
—¿Deberíamos irnos? —susurró Namjoon muy cerca de mi oído. —Creo que Taehyung se está enfocando en devorar su cuello —ambos reímos por su comentario.
—Déjalo, sólo está aprovechando antes de que vuelva a irse al extranjero —di un gran sorbo a mi cerveza y me centré en la puerta del local. —¿Cómo planeas que mi hermana ceda esta noche?
—Le dije que la invitaría a comer pollo frito —también bebió y rió. —Aún tiene ese gusto por el pollo, sólo así es la forma en que acepte verme.
—Namcchi, ¿a qué hora debería pasar por ti? —interrumpió Taehyung. —Debo estar en casa antes de que amanezca —fruncí el ceño y quedé extrañada al no entender de qué hablaban.
—Podríamos empezar a las siete, también quiero conocer ese lugar al que quieres que vaya antes de que muera —el castaño aplaudió y Jimin también, a ambos le hacía ilusión el hecho de que haya aceptado. —Sólo espero que mañana pases a la hora correcta, de no ser así me negaré a asistir.
—¿A dónde planean ir? —los tres evitaron verme y hundieron sus caras en sus cervezas. —¿Acaso están preparando alguna sorpresa? —entrecerré los ojos y analicé a cada uno.
—Verás, Hyecchi... Invité a Namcchi a la cafetería, ya sabes, a la que tú, Jimin y yo fuimos —mi cara cambió de color, mi boca formó una "o" y observé a Namjoon. —Sólo estaremos los tres, lamento decirte que esta vez no podrás ir, será una noche de sólo chicos.
Sin embargo, ¿sabía Namjoon las intenciones de Taehyung y el lugar que le esperaba?
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mr dick ©jeon jungkook.
FanficElla no sólo caería ante sus encantos. -jeon jungkook. -lenguaje vulgar. -contenido adulto. #1 Btskpop. [07.07.20] #1 Jeonggukie. [11.07.20] #1 Jeongguk. [25.08.20] #1 Jungkookbts. [17.09.20] #1 Btsjeongguk. [19.10.20] #1 Jin. [03.12.20]