El dulce aroma de la mañana impregnaba toda la estancia y le daba paso a un nuevo día. Los pájaros disfrutaban de su baño en los pequeños charcos generados de la lluvia y un leve arco iris adornaba el cielo. Me escabullí entre las sábanas teniendo el más mínimo cuidado de no despertar a nadie y corrí por los pasillos en puntas, a lo lejos mi madre compartía de una grata charla de la cual era ajena con sus padres y cerré la puerta tras mi paso al llegar a mi habitación.
Expulsé todo el aire comprimido y me dejé caer sobre la fría cama la cual me invitaba a dormir un poco más. El cuerpo dolía y podía sentir aún el aroma a rosas que nos acompañó por un par de horas. Pequeños rayos de sol se colaban por las cortinas y tocaban suavemente mi piel dándome la calidez que añoré por horas y pese al tibio calentar en mi cuerpo podía percibir el frío de la madrugada sobre mi tez.
Había sido un juego sin reglas en donde ninguno sabía lo que pasaría al otro lado de la puerta, sin embargo, todo salió a la perfección como si nada fuese planeado. La alarma del reloj nos indicaba el momento exacto de volver a casa y olvidarnos de la aventura que tuvimos por un par de horas. Entrar por la ventana había sido todo un desafío para mí misma. Me incorporé mejor en la cama al ver la puerta abrirse y sonreí al dar con mis hermanas, lucían igual de aterradoras como todas las mañanas.
—¿Yang está despierta tan temprano? —pregunté fingiendo no tenerla cerca a mí, suele despertarse bastante tarde cuando tiene tiempo libre. —¿Qué sucede? —sus rostros me observaban detalladamente y Young quien no ha pronunciado palabra alguna daba más miedo que la otra.
—Hay algo extraño en ti —olfateó mi cuello y sentí nervios, me encontraba frente a un sabueso y solté una risa por las cosquillas que hacía en la zona. —¡Ya sé! ¿Estás usando mi perfume? —preguntó Young tomando asiento sobre la cama para después Yang hacer lo mismo.
—Tienes razón, yo también noto algo diferente en ella, ¿no se te hace que luce más aburrida de lo normal? —sus comentarios no estaban de más, extrañaba su insolencia y descaro de todos los días. Reí y golpeé suavemente su hombro ocasionando risas entre nosotras. —¿Ya sabes por qué mamá sugirió el quedarse en esta casa?
—Al parecer nuestro padre trabajaba con la familia hace unos años y su hijo está próximo a heredar la cadena de hoteles que manejan, mi madre sólo quiere ingresos de alguien más y hacer que nosotras trabajemos en lo que papá invirtió en su periodo de vida —la idea era tentadora para algún otro ser en la tierra, sin embargo, para nosotras era algo más y un acuerdo del cual no podíamos escapar.
—Ese chico debe ser afortunado —suspiró Yang con una sonrisa en su rostro. —Digo, es apuesto, ¿crees que suceda algo entre nosotros? Resulta ser todo mi estilo —apretó la almohada con fuerza y chilló sobre ella como vil niña emocionada por su primer beso.
—Jungkook tiene novia —comenté al instante. Las risas se detuvieron y todo rastro de felicidad desapareció en el rostro de Yang. —Está muy enamorado de ella, lo hace saber mencionando sus cosas favoritas que tienen relación con su novia.
—¿Por qué lo dices como si te molestara? —preguntaron al unísono. Fruncí el ceño y negué repetidas veces, no lo estaba.
—Es una pena, su rostro me gusta demasiado, tal vez cambie de parecer si hablo con él —a brincos salió de la habitación dejándome a solas con Young.
—Hye, procura que mamá y Yang no descubran el hecho de que estuviste saliendo con el hijo de la familia Jeon durante la madrugada —se levantó con pesadez de la cama y me observó por unos segundos. —Recuerda también que nuestra estadía termina en unos días, no te acostumbres demasiado a los lujos que nos ofrecen.
La taza de café se encontraba sobre la mesa en compañía de galletas, las miradas de las tres se perdía en el humo y el exquisito aroma que desprendía del mismo. Escuchaba atenta los planes que serían durante el día y asentía a cada una de las ideas propuestas por una de las gemelas. Mi madre, quien se mantenía al tanto de nuestra conversación quiso unirse a nuestro día lleno de glamour. El sol poco a poco llegaba a su punto máximo sobre el cielo y nosotras no podíamos estar más que emocionadas.
Era un momento agradable, en donde compartíamos tiempo en familia después de tanto y nos olvidábamos de los negocios y trabajos que hay por delante, las risas eran de nosotras y no importaba la casa y el lugar donde habitábamos, momentos gratos como el de la mañana eran escasos en nuestro diario vivir. Me levanté y besé la mejilla de mi madre para después perderme entre los pasillos y dar nuevamente con mi habitación, tomaría un respiro de la estancia y la familia.
Solté un grito al verme atraída hacia un lugar de la casa el cual desconocía, su agarre era fuerte y cubría mi boca temiendo a que pudiese decir palabra alguna, había logrado asustarme con lo más mínimo. Sonrió como si estuviese viendo lo más gracioso del mundo y retrocedió unos cuantos pasos dejándome respirar. Jungkook lucía diferente.
—¿Podrías decirme qué sucede? —pregunté rompiendo el silencio formado por unos minutos. Observé a mi alrededor dándome cuenta de lo elegante que era la habitación. Destacaba de las demás y en ella se respiraba un aire diferente.
—¿Estás evitándome? —recargó su cuerpo sobre el sofá a sus espaldas frunciendo el ceño. Mordía inquieto su labio inferior y su respiración era pesada, demostraba su inconformidad de la cual desconocía.
—No lo hago —tomé la perilla dispuesta a salir, pero, su brazo me detuvo haciéndome girar sobre mis talones. —¿Qué te tiene tan molesto? Por favor, suéltame, me estás lastimando —deshizo el agarre y sobé mi brazo.
—Quería decirte que hoy también saldremos, te estaré esperando.
—No lo hagas, no saldré contigo, Jungkook.
♡
Los pétalos de flores caían lentamente sobre el pavimento formando un tapete, las calles se invadían de colores y aromas que eran esparcidos por los lugares más remotos a causa del viento. El ruido de la ciudad se mezclaba entre la multitud, el sol brillaba con intensidad y vivíamos las pocas horas que nos quedaban en el maravilloso lugar. Entrabamos por quinta vez al almacén en busca de lo primero que llamase nuestra atención, gastábamos nuestros ahorros a nuestra manera y no nos preocupábamos demasiado por el mañana. Young lucía tranquila y en armonía y Yang era un remolino que arrasaba con todo.
—No creo que sea buena idea, Yang —quitó de sus manos el producto y lo dejó en su lugar, recordando la última reacción que tuvo ante él después de su uso, porque desafortunadamente, en nuestra familia las alergias son comunes.
Suspiré y caí lentamente sobre el gran sofá que adornaba el lugar y me dediqué a observar con desgana las acciones de las gemelas. La idea de comprar ropa como si nuestra vida dependiera de ello resultaba más agotador de lo esperado. El recorrido había sido largo y sin darnos cuenta estábamos lo bastante lejos de casa para decir que nos habíamos perdido. Abandonamos el lugar tan pronto no encontró nada de su gusto y decidimos volver antes del anochecer.
—¿Hye? —su sonrisa característica salió a la luz y me detuve en seco al estar frente a sus ojos.
—¿Taehyung?
lamento la tardanza y que el capítulo sea tan corto, volveré con más dentro de poco. ♡♡♡
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mr dick ©jeon jungkook.
FanfictionElla no sólo caería ante sus encantos. -jeon jungkook. -lenguaje vulgar. -contenido adulto. #1 Btskpop. [07.07.20] #1 Jeonggukie. [11.07.20] #1 Jeongguk. [25.08.20] #1 Jungkookbts. [17.09.20] #1 Btsjeongguk. [19.10.20] #1 Jin. [03.12.20]