024.

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El sonido hueco de la puerta abrirse y los pasos marcados de mi madre nos alarmaron en cuanto levantó con fuerza las sábanas haciéndonos sentir frío al instante. Su ceño estaba fruncido y analizaba cada rincón de la habitación dándose cuenta del olor espeluznante debido al desastre de la madrugada. Se cruzó de brazos y demandante nos hizo levantar de la cama, el rostro de Taehyung no era capaz de hacer contacto con mi madre y yo me limitaba a verla con sigilo. Estaba molesta.

—¿Me quieres dar una explicación? ¿Por eso decidiste irte de la fiesta? —no gritaba, pero su voz era severa y el tono que empleaba asustaba a cualquiera. —¿Estuviste fumando? —al ver la colilla tirada en el suelo fue suficiente para verla estallar. 

—Perdón, madre, Hyecchi no tiene la culpa de nada —habló Taehyung cubriendo su pecho al darse cuenta que estaba en ropa interior. —Fui yo quien lo hizo y también le sugerí a ella abandonar el lugar, lo lamento —lucía apenado y buscaba las palabras para disculparse. 

—¡Quiero la habitación limpia! —gritó saliendo de la habitación. —Tu madre me llamó, debes ir por tu amigo al aeropuerto a medio día —sin más, abandonó la segunda planta. 

Nuestras miradas conectaron y nos fue inevitable no reírnos en voz alta una vez estábamos solos, nos resultaba cómico la escena y el pequeño regaño por parte de mi madre. Nos miramos por unos segundos y con la pereza del mundo recogíamos lata por lata hasta no dejar una más. Su rostro lucía diferente y me sentía aliviada, la fiebre había bajado y parecía tener otros ánimos, sin embargo, podía percibir cierta pizca de amargura en cada acción que trataba de ocultar con una sonrisa. 

Estiró su cuerpo y vi como los músculos de su espalda se contraían mientras liberaba sonidos audibles con su boca; Taehyung era bastante perezoso. El clima anunciaba sería un gran día, el sol brillaba y se podía escuchar claramente el cantar de las aves. La mesa vibró y ambos nos paralizamos y al ver que pertenecía al castaño, volvía a organizar mi habitación mientras oía vagamente la discusión con su madre.

—A este paso llegaremos tarde, tendré que tomar un baño en mi casa, ¿te parece si nos vemos más tarde? —molesto tomaba prenda por prenda y colocaba con prisa sin darse cuenta que todo lo estaba haciendo al revés. 

—Descuida, pasa tiempo con Jimin, te lo mereces —no parecía comprender mis palabras y frunció el ceño al ver que yo no entendía lo que decía. 

—Iremos nosotros dos al aeropuerto, mi madre está como loca al saber que no llegué a casa, te mandaré la dirección en dos horas —sin darse la oportunidad de despedirse adecuadamente, un grito para todas nosotras fue suficiente para él para irse de la estancia. 

 

El llamado de Taehyung me indicaba era hora de salir y me maldecía en voz alta al saber que iba tarde. Mi respiración era agitada y hacía el esfuerzo de vestirme lo más rápido, sin embargo, los esfuerzos no valían de nada. Taehyung marcaba por tercera vez consecutiva y con dificultad contesté mientras con mi diestra trataba de peinarme. El castaño se caracterizaba por ser una persona calmada y tímida, pero hoy era la excepción, su voz era severa y me gritaba cada vez que podía y al decirle que estaría lista en cinco minutos colgó la llamada y supe que estaba más que enojado. 

—Sólo un poco más —susurré mientras terminaba de desenredar mi cabello. La alarma volvía a sonar avisándome de nuevo que debía partir inmediatamente; debía hacerlo hace una hora. Teniendo mi cabello arreglado y sintiéndome más aliviada tomé las llaves de mi casa y salí de ella no sin antes haberme despedido. 

El día era caluroso como si fuese verano y correr había estropeado el maquillaje en el cual puse empeño, o eso era lo que yo pensaba. Respiraba con dificultad y aceleraba mis pasos hasta llegar a la parada de autobús deseando con todas las fuerzas que llegara lo más rápido posible. Era una mañana complicada y lo supe en el momento que mi madre me levantó con su melodiosa voz, el llegar tarde era una señal más de que el día no estaría a mi favor y mis pies no reaccionaban a las acciones que yo pedía hacer. Como si hasta ahora estuviera aprendiendo a caminar, tropecé y caí sobre un cuerpo ajeno, no tuve el tiempo de analizar la situación, simplemente recuerdo el tono de su piel y el largo de su cabello y cuando por fin di con la parada de autobús esperé paciente y observé a mi derecha que el mismo sujeto el cual fue mi tapete se encontraba a mi lado. 

mr dick ©jeon jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora