mr dick ©jeon jungkook.

025.

La emoción se fue en el mismo instante en que el auto desaparecía frente a nosotros, el rostro de Taehyung perdía la sonrisa y deshicimos nuestro agarre al encontrarnos completamente solos. Su plan no había salido como quería y la protagonista de que todo se fuera por la borda nada más ni nada menos que yo. Por su mente jamás pasó la idea de compartir tiempo con un familiar suyo, mucho menos con un personaje que detesta con todas sus fuerzas, sin embargo, las ganas de compartir tiempo a solas con la persona que a estado en su cabeza por tanto tiempo eran más fuertes que cualquier otra cosa. 

Volvíamos en silencio y cabizbajos, las nubes se encargaban de cubrir el sol y darle al cielo un tono oscuro que a los pocos instantes eran borrados por los intensos rayos. Su mirada decía que tenía algo bajo la manga o que preparaba algo para que la situación cambiase, jugaba con el aro de su labio inferior a medida que daba pasos lentos y por otro lado, sólo me dedicaba a verlo de reojo pensando en las palabras correctas para el momento de hablar. Taehyung no había podido tener la oportunidad de despedirse como debía al verse arrastrado al auto que partió echando todo el humo en nuestros rostros. Una llamada sería complicado y sólo esperaría una de él y nadie más. 

Su espalda se contraía a medida que caminaba y como si estuviésemos dando vueltas en el mismo lugar, no lográbamos dar con un destino seguro. Las calles aún permanecían congestionadas y el aroma de los pequeños lugares que se cruzaban por nuestro camino nos hacía detenernos en cada recinto que llamaba muestra atención. El caminar sin sentido alguno fue bueno para nosotros al dar con la gran puerta de la estancia del castaño, en donde ambos sugerimos descansar en ella hasta que llegase la noche. El frío nos recibía y todo estaba en silencio, sus hermanos al igual que su madre habían abandonado el hogar dejando una nota pegada en la nevera donde estarían todo el día en el centro comercial, por lo que aquello era satisfactorio para Taehyung al saber que los gritos de su madre no se escucharán hasta el otro día. 

—Hace demasiado calor —se había vuelto una costumbre entre nosotros el quitarnos las prendas y fingir que nada sucedía, la pena desapareció hace mucho por lo que era normal que actuara de esa manera. —¿Tu rodilla está bien? —estando con el pecho desnudo se puso en cuclillas y con cuidado tocó la herida.

—Sólo fue un pequeño rasguño —comenté sin ganas echando mi cabeza hacia atrás notando que el sueño se aproximaba. —¿Tomarás un baño? —pregunté al verle caminar hacia la cocina en busca de un vaso de agua. 

—Lo haré antes de salir, por ahora sólo me recostaré en mi cama, ¿vienes? —estando frente a las escaleras que conducían al segundo piso extendió su mano y con pereza me levanté hasta llegar hacia él y encaminarnos hacia su habitación. —La casa se siente más tranquila cuando mamá no está —saltó sobre la cama y suspiró como si aquello fuera lo más placentero. 

—Tu madre es calmada a comparación de la mía —bromeé y me acosté a su lado colocando mi cabeza sobre su pecho y así pude escuchar los latidos de su corazón. —Hoy parecías un niño pequeño al lado de Jimin, en verdad te gusta mucho —sonreí y me sentía feliz por él, las lágrimas eran reemplazadas por la felicidad y eso estaría bien para mí. 

—Pensé que este día nunca llegaría por lo que me emocioné más de la cuenta hasta el punto de ignorarte, perdona mis acciones —besó mi cabeza y con su diestra acarició mi brazo desnudo. —Por cierto, ¿qué te hizo usar vestido? —observó la tela y la tocó con delicadeza. 

—Quería verme bien para Jimin, después de todo era una fecha importante para ti —me encogí de hombros y cerré mis ojos para tratar de dormir. 

—Me gusta como se ve en ti —confesó entre risas. —Aunque en verdad es una pena que Jungkook junto con su novia se tengan que unir a nuestro trío —me levanté de golpe y fruncí mi ceño al escuchar las últimas palabras.