mr dick ©jeon jungkook.

017.

Nuestras miradas cruzaron y se desviaron con la misma intensidad de siempre, una vez más manteníamos la distancia y volvíamos al inicio, escuchábamos atentamente y reíamos cuando era necesario hacerlo. Estábamos reunidos como si fuésemos una familia que no se ha visto durante años y compartíamos la última cena después de tanto tiempo. Los temas de negocios eran desconocidos para nosotros y nos dedicábamos a contar anécdotas y experiencias vergonzosas sacando de cada uno un lado vulnerable. 

La tarde había marchado bien, tranquila y sin problemas, éramos sólo él y yo disfrutando de la comida y conversando de lo que viéramos al instante. Teníamos nuestras diferencias y hasta la fecha ha sido el detonante para crear los sentimientos que hay entre nosotros; Jungkook no dejaría de ser tan arrogante y yo tan persistente. Su padre, quien siempre se mantuvo con un semblante serio, era el primero en reír y compartir con la familia lo agradecido de habernos conocido. 

—En nuestra familia tenemos la tradición de hacer que los invitados expresen sus sentimientos... —su madre, quien estaba emocionada de tenernos bajo su techo y de hacer las costumbres que ha llevado por algún tiempo, se vio interrumpida por su hijo el cual hizo sonar la mesa y habló con fuerza. 

—¿Hasta cuándo vas a mentir? —miró a su madre serio y chasqueó la lengua negando repetidas veces. —Todo esto es una farsa, no tenemos ninguna tradición, ¡somos muy desunidos! —su cuerpo transmitía enojo e impotencia, sus ojos se cristalizaron y todos los presentes quedaron sin habla. 

—¿Qué tienes, cariño? ¿Te sucede algo? —quiso acariciarle y atraerlo hacia su canto, sin embargo, el pelinegro se deshizo de su agarre y se levantó de la mesa. —¡Jungkook, ven acá!

—Lamento lo sucedido, hablaré con él —ajustó su corbata e hizo una reverencia para caminar hasta donde se encontraba su hijo. La velada tan agradable que habíamos formado fue estropeada por Jungkook. 

Discutían y no llegaban a un acuerdo para llevar la guerra en paz, ambos tenían el mismo carácter y chocaban con sólo miradas. A lo lejos se veía claramente como Jungkook era regañado por su padre y aunque este estuviera manteniendo la compostura, perdía la razón en tan poco segundos. Su madre avergonzada de la escena pidió disculpas y desapareció ante nosotros en compañía de mi madre junto con mis hermanas, por otro lado, veía el espectáculo en primera fila manteniendo silencio. Jungkook estaba realmente enojado y explotaría en cualquier momento. 

—¡Desearía tener otros padres! —gritó Jungkook con fuerza ocasionando ser abofeteado por su padre. Sobó su mejilla y a paso rápido ocultando sus lágrimas dejó a su padre solo en el patio. Desvié mi mirada de la suya y abandoné la sala. 

Abría la puerta de la habitación encontrándome al pelinegro arrodillado mientras escondía su rostro y hacia ruidos mientras lloraba, se aferraba a su cuerpo y pese a no escucharle con claridad refunfuñaba como de costumbre. Acomodé mis ropas y acaricié su espalda en modo de consolación, sin embargo, el ser consolado no era lo que estaba buscando.

—Mis padres siempre mienten —levantó la cabeza, su rostro era rojizo y respiraba con dificultad. —Fingen ser buenas personas delante de tu madre y son todo lo contrario, es demasiado molesto. 

—Tal vez estás exagerando, ¿no crees? —quise consolarlo una segunda vez pero aún así recibí su rechazo como si fuese lo más repugnante sobre la tierra. —Vamos, deja de llorar. 

—Mamá nunca me había hablado con tanta dulzura desde que te vio a ti y a mi padre solía verlo sólo en las noches debido a su trabajo. Nunca hemos compartido tiempo en familia, a ellos lo único que les importa es lucir bien y encajar con los demás —estando más calmado logró hablar y deshacerse de su llanto. —Es la primera vez que mi papá me golpea, ¿sabes?