C:3

2.1K 269 40
                                        


Pov´s Morax

-¿Hijo? ¿Un hijo de Decarabian?

-En teoría, debería ser tomado asi.

-Barbat-

-Venti.

-Venti… explícate un poco mejor.

Giro un momento, me observo con esos ojos turquesas intensos un momento y volvió su mirada al frente.

-Decarabian, de una manera enferma, protegió la capital con una gran tempestad, vientos tan fuertes y cargados de poder elemental, que ni un rayo de sol podía cruzar completo. Aislando al pueblo del resto de las naciones.

Asentí, tenía ese conocimiento de relatos y cuentos que llegaron a Liyue antes.

-Una vez, la tempestad sufrió un exceso de poder elemental y como reacción hubo un pequeño desencadenante…como, si liberaras la tensión de una cuerda del arco, lanzando la flecha lejos. Imagina que esa flecha soy yo, nací como una extensión del poder del dios de las tormentas.

-Aunque asi naciste, no eres su hijo.

-Sabes de que hablo. No tenia nombre, no recuerdo tampoco los primeros días de mi vida, solo flotaba de un lugar a otro.

Tenía curiosidad ¿Cómo era la forma de Barbatos? El aspecto que tenía hace miles de años.

-¿Qué sucedió luego?

-Un día, termine cerca de un asentamiento de humanos, tenia curiosidad y miedo a la vez, no sabía que podría hacerme y durante un tiempo permanecí oculto para que no me descubrieran…pero, al parecer alguien lo noto. Un humano joven, de cabello oscuro que portaba una lira.

Escuche su tenue risa y luego tomo las plumas que tenia junto a la visión falsa.

-Nos hicimos amigos, cada día estábamos juntos, comíamos manzanas y me cantaba  canciones, hablaba de sus sueños y deseos conmigo, salir un día y recorrer Teyvat, aprender todas las canciones y relatarlas con su lira…ver flores, a las aves volar, el mar y una noche estrellada.

Era él, Barbatos se describía a si mismo ¿Durin logro contaminarlo?

-Un día, una pluma de un ave termino dentro de la tempestad, la tome y guarde para regalarle a mi amigo... pero no esperaba que la revolución de los humanos seria ese mismo día, él me pidió mi ayuda… a mí, un inservible espíritu que apenas podía hacer pequeñas brizas, pero creía en mi, que todos juntos podríamos salir de ahí.

-Derrotaron a Decarabian, los humanos y un espíritu libre… eliminaron a un dios.

Quedo en silencio, agacho la cabeza y se mantuvo asi.

-¿Venti?

-Si… Decarabian pereció, pero se perdieron vidas humanas… Los héroes de Mondstast, asi fueron bautizados y es algo que agradezco porque lo merecen. Cuando la torre comenzó a desmoronarse y la barrera de tempestad desapareció… lo vi, a mi único amigo atravesado por flechas, en…brazos de alguien, su lira en piso, él inerte...él, que solo quería conocer las flores, las a-aves, el cielo…él que solo quería ser libre y ni siquiera pude protegerle, un completo inútil.

Su voz temblaba asi como su cuerpo, le escuchaba agitado y molesto. Me acerque y coloque a su lado, aun de pie. Lloraba, estaba llorando y  a pesar de que su cabello no me permitía ver sus ojos, sus mejillas y ropa estaban húmedas. Noto mi cercanía y como niño, trato de limpiarse la cara y calmarse.

-Ascendí a Celestia y me convertí en un dios…el dios del viento, Barbatos, pero era tan pequeño que necesitaba cambiar de forma y la única que vino a mi mente fue él, mi amigo bardo.

"Susurros del Viento"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora