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-Aun con los siglos, es difícil  comprender que esta montaña forma parte de Mondstadt.

A ojos del adeptus, la desoladora y frio ambiente no encajaba con lo que en s representaba el arconte anemo y el resto de la nación, tan verde y llena de suaves ventisca, era tan extraño. Rex Lapis compartía el mismo pensamiento que el Yaksha, aunque Vindagnyr, en el pasado era una pequeña nación la cual fue castigada por Celestia, con el tiempo término bajo el dominio de Barbatos.  

A la mente de Morax llegaron los recuerdos de la última guerra, el combate donde Barbatos y Dvalin combatieron al corrompido Durin. Tras enterarse de aquella batalla, los mortales eligieron renombrar a Vindagnyr como Espinadragon y tras siglos, continuo convirtiéndose en morada de varios aventureros desafortunados que perdieron la vida al intentar explorarla… realmente no era de gusto para Barbatos estar aquí de no ser necesario.

Cuanto más ascendían, más cerca de la cima donde yacía un pilar de Celestia, el clima se volvía más frio. Aun siendo dioses, el clima puede ser un tanto molesto, como una manera de solventar su no participación el joven Ragnvindr entrego posición para sobrellevar el calor y por el momento le estaban ayudando bien. Si, podría ser más fácil en algunas partes encender fogatas o viejas antorchas abandonadas que encontraban, pero llamaría la atención si alguien estaba en la cercanía y no querían llamar la atención.

-Esas ruinas pertenecían a la civilización de…. ¿es asi?

-Sí, se puede percibir una gran presión que es más fuerte cuanto más avanzamos. Xiao, es mejor que me esperes aquí.

-Lo siento, Rex Lapis, pero seguiré a su lado hasta encontrar a Barbatos.

Esperaba tal respuesta, pero intentar al menos una vez. Aun asi, sentía pesar en su pecho ¿Por qué Barbatos vino aquí después de siglos? Una tierra fría, con sangre de un dragón corrompido y otras criaturas rondando por los alrededores. Continuaron subiendo, atravesaron una cueva gélida hasta finalmente llegar a la cima, donde el Yaksha elimino a las criaturas cercanas, para asi adentrarse completamente a las ruinas de la devastada ciudad.

-¿Venti?

El nombre salió mas como un susurro de los labios del portador anemo, esa figura era igual a la del bardo. Señalo este para llamar la atención de Morax, aunque ni hizo falta pues le habia divisado rápidamente.

-Xiao, ahora necesito que si o si esperes aquí, hablare con él.

-Esta bien, me quedare haciendo guardia por si alguien se acerca.

Ante la confirmación del adeptus, Zhongli camino donde Venti, el cual tenía su forma de arconte y estaba junto al pilar, ocultándose con sus enormes alas mientras temblaba.

-Barbatos… Barbatos ¿Te encuentras bien?

Ante cada paso, nombraba al más bajo, esperando algún reclamo por usar ese nombre o saber de su estado, pero no habia tal cosa y escondiéndose de esa forma no tenía mucha oportunidad de verle mejor.

-Barbatos, no estoy molesto por la mordida ¿Si? Lamento haberte tratado asi en la posada, no fue la forma correcta, necesito que hables conmigo.

Quizás eran cuatro o cinco metros de distancia que tenia con el arconte anemo, pero se detuvo al ver que este elevaba un poco su ala.

-Vent-

-MORAX.

El escalofrió que recorrió la medula del arconte geo fue indescriptible, esa no era la voz de Barbatos, no ser parecía en nada, se escuchaba casi como la de Dvalin o Azhdaha, tan grave pero con una sensación oscura o tenebrosa.

Siguió contemplando la figura de Venti, como de a poco se colocaba de pie y giraba apartando sus alas, dejando expuesta la razón por la cual realmente estaba ahí.

-Corrosión.

Aquel hermoso tono celeste brillante que característicamente resaltaban la marca en su muslo, pecho y demás accesorios, ahora tenían un color purpura, casi el color de una visión electro.

-¡¿Venti que te sucedió?!

Veneno del cadáver de Durin, alguna trampa de parte de los heraldos, alguna contaminación de las líneas ley o el mismo pilar ¿Qué causaba la anomalía en Barbatos? La cabeza de Rex Lapis era un laberinto ¿Cómo podía suceder esto? Ahora entendía porque se alejo del viñedo, porque razón evito al portador pyro y decidió ocultarse en una montaña deshabitada.

• • •

Pov´s Xiao

Desconcertante, era la única palabra que venía a mi mente ¿de verdad esa persona tan cargada de karma era Barbatos? Aquel que cantaba, comía manzanas y me contaba historias mientras me ayudaba con mi energía karmatica… él ¿era mi culpa que estuviera asi? Me tuve que acercar a Rex Lapis que tenia la misma o peor cara que yo, creo que ni él esperaba tal suceso. El ambiente era tan raro, no era nada agradable y saber que parte de esto provenía justo de él… no, algo debía haberle pasado para que estuviera en tal estado, incluso yo no soportaría algo asi sin volverme loco.

-Rex Lapis… ¿Por qué Venti esta asi?

-No lo sé… no estoy seguro, no sé si es peligroso o no, para sí mismo o nosotros.

Observe como Rex Lapis tomaba su forma como arconte, quitándose la capucha, sin tener su lanza… aunque, incluso ahora dudo que levantara su lanza contra él aun en ese estado.

-Barbatos, habla conmigo, necesito saber cómo ayudarte, saber que te sucedió.

Avanzo menos de un metros cuando una fuerte ventisca le obligo a retroceder, las alas de Barbatos se extendieron y su mirada quedo sobre la figura del hombre al cual sirvo, quien no se molesto mucho por la ventisca... en su rostro solo demostraba preocupación por Venti.

-Déjenme solo, necesito estar solo, váyanse… ahora.

Realmente, esa no era su voz, la boba y dulce voz, no era su voz. El viento comenzó a ser más fuerte, produciendo un descenso más brusco en la temperatura.

-¡Deja de comportarte asi! ¡Asi no eres, Venti o Barbatos, jamás harías algo asi!

Sus ojos verdes se tornaron violetas de un momento a otro, elevándose de aquel pilar con sus alas y sin quitar la mirada de Rex Lapis, le señalo.

-¿Y tú que sabes de mi, Morax? Vago, alcohólico, debil, inútil, despedido de arconte… lo único que sabes de mi son todos los adjetivos que recibí de durante mi vida.

-Se, claro que se cosas de ti. Un espíritu que ha perdido mucho más de lo que ha recibido… lo que hiciste por tu nación, que lo hiciste por tu amigo.

-Cállate.

-No importa si eres un dios, tu corazón siempre ha estado dispuesto a recibir y ayudar a los que te rodean, lo doloroso que te resulta ver a otros morir, lo difícil que es para ti arrebatar otra vida.

-¡Dije que te callaras!

-¡No lo hare hasta que regreses a ser tu mismo!

"Susurros del Viento"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora