-¡Thoma!
-¡Venti!
Como un hermano menor visitando a su hermano que lo consintió mucho, el bardo se lanzo a brazos del rubio amo de llaves que no dudo en atraparlo tan pronto vio el accionar del dios.
-Ha pasado tanto tiempo, aunque no mucho, me alegra volver a verte, extrañaba tus comidas, los paseos e incluso tus llamados de atención.
El jefe del clan Kamisato observaba con una media sonrisa la interacción de ambos jovenes, si habia algo que no podía negar era lo mucho que adoraba ver feliz a su rubio y esa linda sonrisa, por lo mismo invito al bardo al festival. Como no hacerlo, Thoma extrañaba su tierra natal y él era como un embajador de Mondstadt, representaba toda la esencia de la nación de la libertad y en los últimos años, para el par de hermanos, él era el causante de la mayoría de sus sonrisas.
-Veo que se siguen llevando tan bien como antes, por favor entremos, parece que lloverá pronto.
El espadachín empujo suavemente a ambos al interior de la residencia, no deseaba que su querido amo de llaves escuchara nuevamente los susurros de los guardias que rondaban en los alrededores.
-Es una pena que no poder asistir para escuchar al maestro bardo.
-¿Maestro bardo? Thoma, no necesitas llamarme asi y tampoco debes lamentarlo, puedo dar un recital privado a cambio de unos de tus platillos.
-Es una gran idea, Venti, estoy totalmente de acuerdo.
-Joven amo, no creo que ahora sea correcto, después del festival, debe estar muy cansado.
-¡Thoma! Un bardo jamás esta cansado para un tocar su lira y cantar, aunque estés lejos de nuestra tierra, aun puedes sentir un poco de ella aquí, asi que no te niegues.
Con una gran sonrisa, el bardo jalo del brazo del rubio y le obligo a sentarse en el tatami, Ayato tras reír, tomo asiento junto al rubio quien no tardo en acercar una almohada de seda para su amo estuviera cómodo. Sin tardar más, el peliazul comenzó a tocar su instrumento y cantar, moviéndose con gracia sobre el tatami, sin sus zapatos era más fácil danzar suavemente mientras interpretaba.
Las puertas de la ciudad, el restaurante del gran cazador, la sede de caballeros, la catedral, la aldea Agua clara, el viñedo del Amanecer y Levantaviento, las margaritas voladoras y dientes de león flotando por toda la nación, Thoma recordaba eso e incluso sentía el viento refrescante en la habitación, su corazón sentía una gran calidez y varios recuerdos de su infancia le invadían.
Sentimientos similares le atravesaron la primera vez que conoció al joven de trenzas, nostalgia y mucho cariño por su tierra, si todos aquellos que nacieron en Mondstadt y vivían en otras naciones simplemente pudieran escucharlo, seguramente sentirían lo mismo... Venti claramente representaba cada aspecto de la nación de la libertad.
° ° °
La noche cayó en Inazuma, por su visita, Ayaka llevo al bardo a la casa de té Komore para disfrutar una buena cena y para que conociera a Taroumaru, solo ellos dos, ya que la muchacha quería dejar a los tortolos tranquilos para que pasaran tiempo de calidad.
-Ha pasado tiempo desde que te vi sonreír tanto ¿Venti te ha hecho recordar cosas buenas?
El rubio asintió mientras sostenía una taza de té, tenía una gran sonrisa en el rostro y estaba lleno de energía.
-Asi es, incluso aquellas que olvide en algún momento de mi vida, mis travesuras de la infancia.
-¿Un Thoma joven haciendo travesuras? Es algo que me hubiera gustado ver.
Aunque el rubio soltó una risita, el mayor no lo decía para nada en broma. Su infancia y la de Thoma eran diferentes, no involucrando el estatus de cada uno, sino la vivencia de ser un niño. Mientras uno era preparado como el siguiente líder, asimilando cada paso y cuidando el puesto que debía tomar próximamente, e incluso velar por su hermana, el otro vivía en un lugar sin muchos problemas, jugando en el bosque con otros niños, escalando arboles de una lado al otro o nadando en los estanques y ríos... pero, quizás todo eso era bueno para ellos.
Regresar a casa después de "resolver" los inconvenientes que podían afectar la tranquilidad de las comisiones y causar cierto deje de malestar al arconte... ser recibido con una deliciosa cena y un ambiente tan cálido, hogareño, tranquilo para el espíritu y corazón, todo preparado por un joven amable y cariñoso... Ayato no podía estar más agradecido y feliz de haber protegido al rubio.
De hecho, el mismo Kamisato a veces pensaba que hubiera sido del rubio si el naufragio que lo dejo en la orillas de la playa, le hubiera quitado la vida... no deseaba pensarlo pero habia noches donde una pesadilla de tal características le dejaba con mal sabor de boca y pesar en su pecho, el solo pensamiento de no tener a Thoma en su vida, era doloroso... Ayaka y él no serian lo que son ahora.
-Thoma, salgamos un momento a caminar en la playa.
-¿Uh, desea que pida una escolta?
-No es necesario, con nosotros dos creo que es suficiente, le diré a los Ocelos que no nos sigan... solo quiero que tengamos un tiempo solos.
Ante lo mencionado, un suave color rojo se instalo en las mejillas de Thoma, que segundos después sonrió acatando lo dicho por el peliblanco. Secretamente, ambos salieron de la residencia y descendieron por una de las esquinas del terreno, hasta llegar a la orilla del mar. Con tranquilidad, comenzaron a caminar, observar el mar e incluso los hongos fluorescentes que daban una hermosa vista.
Aunque Thoma tenía la mirada sobre su maestro, con la luz de la luna, la belleza natural de su amor resaltaba más, sus ojos, labios y el sexy lunar que tenía en el rostro, el cual adoraba besar, al igual que otros que estaban ocultos bajo la ropa del peliblando.
-¿Qué tipo de pensamientos impuros tienes ahora?
Ayato dedico una sonrisa ladina a su rubio, que se ahogo con un poco de saliva al ser descubierto. Con esa carita de cachorro que tenia ante los demás y sus buenos actos, en las noches que compartían el mismo lecho, ese cachorro se convertía en un lobo salvaje que lo llenaba de mordidas y marcas en el cuerpo, por lo cual debía ocultarlas. Aunque al peliblanco poco le importaba que supieran de su relación, Thoma quería mantener la relación a escondidas más tiempo, aunque la única confidente de ambos era la hermana menor de su maestro, quien los apoyaba con mucha energía.
Y claro, el gran bardo de Mondstadt, aunque solo era algo que Ayato sabia... no habia nada que el arconte anemo no podía descubrir ante la obviedad de ambos enamorados secretos.

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"Susurros del Viento"
Fiksi PenggemarUna vieja amistad, naciones de por medio y secretos de corazones heridos por el tiempo. Pareja principal: Zhongli x Venti Otras parejas: Xiao x Aether Actualización: Viernes y Sábados. Personajes pertenecientes a Hoyoverse