"Susurros del Viento"

C: 48

Pov´s Xiao

-Aether.

-No.

-Aether, no es algo tan grave.

-No me hables hasta que termine.

Solté un suspiro ¿Por qué debía molestarse por algo tan insignificante? Las heridas en mi cuerpo se sanan por si solas con poco tiempo, pero apenas regrese a esa aldea pesquera, me lo encontré en medio de esta con esa ninfa blanca e incluso cuando quien debía hacer algún tipo de queja era yo, pues prometió quedarse dentro de la cabaña descansando, se me fue con cientos de preguntas encima, jalándome del brazo “sano” o menos herido, dándome cientos de quejas y reproches, aunque él conocía de mas mi naturaleza, me regañaba… de hecho, no solo él, esa cosa blanca tambien.

Me obligo a sentarme en una vieja caja de madera mientras trataba mi brazo, tal vez era un reflejo de su naturaleza tan buena, preocuparse o cuidar de otros es casi su pan de cada día, pero algo como esto no me matara.

-Paimon ¿Puedes ir hasta la posada? No es lejos y puedes ir flotando sobre el rio para evitar las criaturas.

-Claro viajero, Paimon traerá tu pequeño botiquín.

La cosa parlanchina se salió de la cabaña, aunque me quise levantar para vigilar que por alguna cosa algún pez no se la comiera, Aether apretó mi brazo, justo en la herida y claramente me queje un poco.

-¿Pero que de-

-¿Qué demonios sucede contigo?

-¿De qué hablas?

-¿Por qué debes ser tan… tan extremista? Mira cómo has vuelto, solo fueron dos horas y regresaste asi, herido ¿Por qué actúas asi? Sé que hay exorcista que han ayudado en siglos, como Chongyun  e incluso Hu Tao ayuda a su modo… hay otros que pueden hacerlo y eso puedo aliviarte, tener un poco de tiempo-

-Aether, es algo diferente lo que hago. Sé que tú has recibido ayuda y créeme, sé que no es mucha ya que tu fuerza es superior a quienes portan visiones, que hay mortales fuertes y… la verdad me alivia que tendrás su ayuda. Lo que tú haces es diferente a lo mío.

-No, no es cierto, tu ayudas a los  demás y yo tambien lo hag-

-Te equivocas, Aether. Tú, ayudas a quien conoces en el viaje que emprendiste por tu hermana, que aunque no te lleve a nada, los ayudas. Lo que yo hago es buscar saldar mis pecados…he vivido más de lo que crees, he pasado por cosas que me han obligado a cometer crímenes horribles contra los humanos y aunque Rex Lapis quito las cadenas de mi cuerpo, aunque él me dio un puesto como guardián, me dio un propósito y me dijo que todo lo que hice no fue mi culpa, que todo lo que hice fue por… lo que en ese momento me obligaba.

-Entonces si el mismo arconte geo te lo dijo, entonces ¿Por qué sigues asi? Dijo que no es tu culpa nada de eso.

-Aprecio que él me diera una forma de ser útil… de tener una familia y aunque perdí a esa familia hace ya tiempo, eso no lo quita de mi cabeza los lamentos de los humanos a los que mate. A veces son tenues pero luego incrementan.

-¿la energía karmatica?

-Eso mismo, hay pocas formas de aliviar o bajar la cantidad que llega a afectar.

-Dímelas.

-¿Qué?

-Quiero saber cual es factible para mí, asi te ayudo.

¿Cómo decirle justo ahora mismo que él era una de esas ayudas? Sus ojitos de cachorro de verdad logran ablandarme.

-La primera es por ayuda de un dios, no cualquiera, hay uno en especifico; el segundo es una medicina antigua que solo una persona conoce, no quita por completo la energía pero aminora los síntomas.

-¿Y porque te detienes? ¿Solo son esas dos? La primera… podrías decirme quien es ese dios e ir a pedirle su ayuda o convencerlo de alguna forma pero la segunda tambien es algo probable, si es medicina… bueno, yo no sé de eso pero el Dr. Baizhu me puede ayudar, solo necesitaría los ingr-

-Tú.

-¿Yo que cosa?

-Hay una tercer manera y eres tú…

-¿Soy yo?

-No me preguntes mucho, la verdad no llego a comprenderlo del todo. No eres un mortal, tampoco sé si eres una especie de dios o tienes lazos con uno, solo se…sé que cuando estás conmigo, todas las voces en mi cabeza guardan silencio.

No sé si pensara que estoy demente, que deliro o digo sandeces para que dejemos de hablar del tema.

-Xiao.

Nuevamente le mire directamente, aunque fue más como un destello dorado, en el momento preciso en que parpadee, Aether se aferro a mi cuello mientras me besaba.

• • •

Pov´s Zhongli

-Dragoncito.

-¿Si?

-¿Qué lees?

Primera noche en el hogar de mi pequeño bardo, aunque aun es un poco raro estar juntos en una cama, la sensación es muy agradable e incluso si la posición de ahora no me resultaba tan cómoda, por el contrario, Venti parecía muy a gusto. Mientras yo permanecía sentado y leía un libro de historia de Mondstadt, él permanecía acurrucado en mi pecho y sentado entre mis piernas mientras comia un par  de dulces que preservadora envió.

-Sabes que leo, Manzanita.

-Lo sé, pero es algo que puedo contarte yo.

Solté una pequeña risa para luego abrazarlo.

-¿No quieres leerlo junto a mi? Me podrías explicar al mismo tiempo.

-Eso me agrada.

Con su linda risa, me acompaño en mi lectura y aunque la historia escrita, oral y la que era real tenían discrepancia, habia sucesos que si concordaban.

-Aunque esto habla de una época de revueltas, parece que ambos bandos elevaban plegarias a su gran arcontes, Barbatos.

-Incluso si escucha cada una de ellas, comprenda el deseo que tienen y las esperanzas de que yo resuelva todo… los limites que tengo de querer o poder hacer un tipo de intervención están marcados. Elevar un globo con mis vientos, dientes de león, bendecir cosechas e incluso proteger a humanos de pequeñas cosas son viables para mí. Pero, riquezas, venganzas, trampas y entre otras cosas es diferente, todo ello nace de la naturaleza de los humanos… aunque no es diferente de lo que un dios llegaría a hacer, la diferencia es justo esa.

-Que son dioses.

-Pero yo soy un simple pero muy buen bardo que ahora esta abrazado por un atractivo asesor. No sé que piense un dios como Barbatos.

Entre pequeñas risitas se oculto entre las mantas pero manteniéndose entre mis brazos. Continuamos leyendo y al mismo tiempo él corregía algún hecho e incluso mencionaba  donde se encontraba.

-Dragoncito.

-La novia de Jean me dijo que mañana necesitaba que tu le ayudaras con algo.

-¿Yo?

-Es que Jean le dijo que era un gran conocedor de muchas, muchas cosas y ella necesita información de unos libros y pergaminos que le enviaron desde Liyue. Claro que ella no sabe nada de ti, que eres Rex Lapis claro, solo será un rato y asi conocerás la biblioteca y podrás encontrar más historias del gran Barbatos.

-Esta bien cariño, si me lo pides lo hare ¿Vendrás conmigo?

-Perdón, no podre, iré donde Dvalin pero no me tomara mucho tiempo, Jean vendrá por ti ¿No te molesta?

-No, tranquilo. Aunque, creo que a tu amiga no le agrado tanto.

-No pienses asi, es muy sobreprotectora.

Beso mi mejilla y continuamos con la lectura ¿Qué era lo que esas dos mujeres tramaban? ¿Lo querían matar por andar tras Venti?