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Aunque paso un par horas junto al cansado viajero, le habia acomodado en la cama y cubierto con frazadas para luego retirarse para cumplir con su deber, como asi tambien recibir al pequeño gorrión que llevaba las cartas del arconte anemo. Aunque estaba seguro que el rubio aun permanecía en la habitación, tenía la extraña sensación de que al volver ya no lo encontraría ¿Por qué se sentía de ese modo?

En el inicio del ocaso, la ultima criatura cayó al suelo desintegrándose segundos después, ahora podría regresar al lado del viajero y asegurarse de que no se habia marchado de ahí.

Grande fue su alivio al llegar al balcón del cuarto y ver a través de las cortinas blancas la silueta del viajero, aun durmiente sobre las cobijas. Pero luego llego otra duda ¿habia comido algo? Aunque para él casi todo carecía de sabor y no sentía favoritismo por los platillos humanos además del tofu de almendras, sabía muy bien cuanto le gustaba al viajero cocinar y comer.

-Aether, Aether despierta.

En un par de segundo, escucho el quejido del rubio asi como este comenzó a removerse en la cama.

-No…solo cinco…minutos más.

Un gran bostezo y acurrucarse en la almohada, por los sietes, eran tan bonito y encantador. Con  indecisión se acerco al viajero y aparto un par de cabello de su rostro, para acariciar sus rellenas mejillas.

-Aether, debes comer.

Tal fue su concentración en tocar el rostro de Aether, que no habia notado que este le miraba.

-¿Acaso tengo algo en el rostro, Xiao?

Un arcoíris completo se reflejo en el rostro del adeptus, no pensaba que iba a ser descubierto de esta manera, apreciando y tocando el rostro justamente de la persona por la cual sentía miles de sensaciones tan raras.

-L-Lo siento.

Una fuerte tos ante el nerviosismo salió de los labios del Yaksha, el cual se habia colocado de pie y acercado al balcón para salir huyendo por el atrevimiento.

-Espera, no te vayas… yo no dije que molestara.

Un cosquilleo se presento en el vientre el cazador, tomando una bocana de aire giro sobre si mismo para mirar al rubio, que con mucho cuidado, tomo asiento en la cama.

-Perdóname, no quise invadir tu espacio.

-No debo disculparte nada, al contrario te estoy agradecido, pude liberarme de un par de cosas que estuve guardando y que la verdad, no me es posible decirle a Paimon.

Con ayuda del adeptus, Aether se coloco de pie y se acerco al balcón.

-Ellos no regresaron aun, creo que vendrán mañana ya que tambien tienen sus compromisos y Paimon suele cansarse mucho.

-Aether.

-¿Si, Xiao?

-Tu…eem ¿tienes apetito? Quiero decir, desde que llegaste no has comido nada y te estás recuperando, por lo que… creo que la comida caliente te hará bien.

Una pequeña risita se escapo de los labios del rubio, el cual se acerco a tomar la mano del Yaksha, el cual  se quedo con las mejillas rojas por un momento.

-¿Me cocinaras algo o me estas invitando a comer?

-¿A-Ah?

Otra risa por parte del viajero que negó sin soltar la mano del contario.

-Perdón, solo bromeaba. La verdad, si tengo hambre ¿y tú? Sé que es molesto para ti asi que bajare y hablare con la jefa para ordenar la cena, para sí comer aquí.

"Susurros del Viento"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora