"Susurros del Viento"

C: 23

Pov´s Zhongli

Aunque me costo, casi en suplicas, logre convencer a Barbatos para llevarle a al ingreso de  aquel acantilado en las cercanías de la entrada de piedra y tomando la difícil situación de escondernos de los mortales. Estábamos a metros de llegar, cuando note a una joven a lado de un pequeño campamento, llevaba una espada en la cintura ¿Dónde se oculto para que le viera tan tarde?

-¿Jean?

Con torpeza Venti se bajo de mi espalda y corrió con torpeza hacia esa mujer de rubia cabellera, la cual le aprisiono entre sus brazos y contra su pecho.

-¡Venti! Por los arcontes, estaba tan preocupada, cuando Diluc describió lo que vio me asuste tanto que vine a esperarte aquí todos estos días.

-¿E-Eh? Jean ¿me esperaste aquí cada día?

-Sí, sabía que tomaría tiempo y que vendrías pronto, con hambre y sed pero sé que lo harías.

Entre sollozos Barbatos hundió el rostro contra el pecho de esa mujer, no sé si lo hacía en plena conciencia o no, pero era tan molesto. Seguramente la cara me delato pues esa muchacha me miro por un momento.

-Todo este tiempo estuve tranquila, porque Rex Lapis te cuidaba.

-¿Q-Que?

¿A cuántos le revelo mi identidad este borracho?

-Tranquilo, Zhongli. Es verdad, no la conoces.

Como si no pasara nada, se limpio el rastro de lagrimas y lleno de orgullo se postro junto a la mujer.

-Ella es Jean Gunnhildr, la Gran maestra intendenta…o interina, la verdad el titulo es de lo menos ahora. Cuando desperté, fui con ella para hacer acto de presencia como Barbatos, además es una gran admiradora de Venessa y me recuerda tanto a ella, es joven pero tan aplicada, una gran espadachín y posee un gran reconocimiento de mi parte.

De verdad le gusta adularse pero es comprensible con una protegida de alto nivel en Mondstadt.

-Por lo mismo, ella sabe sobre tu persona y quien eres, asi como el maestro Diluc, en todo Mondstadt solo ellos saben mi identidad.

-Por favor, arconte geo no debe preocuparse, tanto Diluc como yo guardamos bien los secretos y no debe preocuparse por nada. Lamento no haber tomado el tiempo para recibirlo en su anterior visita a la nación mientras nuestro arconte estaba ausente.

-No, gran maestra Jean, no debe disculparse ante lo sucedido. Confió en la decisión de Ba- de Venti, por lo cual no me preocupa mi identidad. Por favor, puede llamarme Zhongli. 

-Sr. Zhongli, muchas gracias por cuidar de nuestro despistado arconte, desde aquí tomare el cuidado del mismo en mis manos y lo protegeré hasta la antigua ciudad.

Primero me costó convencer a barbatos para traerle hasta aquí y ahora su representante se lo quiere llevar.

-Eso es perfecto, asi Zhongli podrá regresar a Liyue y descansar ¿no?

-S-Si, se que Venti esta en manos capaces.

-Regresa y cuida de Xiao, es igual de necio que cierto viejo que conozco y es receloso con todo.

-Tu bard-

Decir que no solo mis orejas y mejillas de volvieron rojas era poco, creo que la punta del cabello tambien tomo esa tonalidad ante el repentino y corto beso que Barbatos dejo en la comisura de mis labios, un beso tan repentino que desconecto mi cerebro del cuerpo por un momento.

-Ehe~

-Ba- ¡Barbatos!

-Mira qué lindo te pusiste. Rapido Jean, corre como si mi vida dependiera de ti.

Aprovecho mi sorpresa para huir junto a esa joven, que por el ademan se disculpaba ¿Por qué me beso tan de repente?

-Tonto Barbatos.

…

-¡Aah!

-¿E-Eh? Venti ¿Qué sucede?

-P-Por poco y bese los labios de Zhongli… ay no, me muero de vergüenza.

Un rojo Barbatos se escondía en un arbusto, al quedarse sin fuerza en las piernas de tanto correr para alejarse del paralizado asesor de la funeraria, ni recordó lo agotado que aun estaba pero la vergüenza le dio la fuerza para correr.

-Pues seguramente es algo que deseabas tanto que el mismo agotamiento no te permitió asimilar todo. Pero, no creo que al Sr. Zhongli le haya disgustado tanto ¿no?

-¿Q-Que? ¿Piensas que le gusto un poquito?

La joven Gunnhildr elevo sus manos en forma de disentimiento, para ella no era desconocido los pensamientos de Barbatos sobre el rey de Liyue… o al menos algo sabía cuando este hablaba de más.

-De momento eso no debe ser tu preocupación, debemos llegar a la guarida de Dvalin. Despeje el camino en estos días con ayuda de Diluc, pero es normal que nuevamente estén hilichurl y guardianes nuevamente, por lo mismo él se adelanto un poco, avancemos un poco más, de esa forma estarás seguro.

-Da lástima un arconte que esta siendo protegido de esta forma por dos mortales a los cuales debería proteger.

-Dos vidas humanas a cambio de la de un dios ¿sabes cual tiene más peso, no? Nosotros no podríamos cuidar a esta nación tanto como tú.

-Ninguna vida vale menos que la mía, al menos no la vida de tan  buenas personas como Diluc y tú, las familias Ragnvindr y Gunnhildr han protegido esta nación la misma cantidad de tiempo que he vivido, siendo tu familia un gran apoyo durante la rebelión contra Decarabian. Si ellos pudieron, ustedes igual.

-Ni Diluc ni yo aceptamos como propios los logros de nuestros ancestros, estamos orgullosos de ser de ayuda para esta nación que se ha mantenido por tu intervención e ideales ¿no es asi? Los cuales muchos han tomado.

-No debería sentirme orgulloso de eso… solo de los habitantes de la nación que tanto amo, mi vida no esta delante de la nadie, solo que se hare lo posible por protegerlos.

-Lo sabemos muy bien, sigamos avanzando.

Con lentitud continuaron avanzando, aunque debían haber caballeros rondando alguna orden a la misma gran intendente debió interrumpir esto pero no era algo que causaría mucha intriga, pues podrían especular que tanta vigilancia podía causar cierta molestia a Stormterror, no es que a Jean le agrada la idea de usar el nombre del dragón como una excusa pero el motivo ahora ameritaba un poco a tal.

Aunque recuperarse era una buena excusa para ver a su amigo de cuatro alas, Venti sentía un cosquilleo en el vientre asi como el latir de su corazón más apresurado y una rara sensación en los labios.

“¿Asi se siente besar a Morax?”