"Susurros del Viento"

C:55

Pov´s Venti

-Entonces hasta aquí llega mi compañía.

-Agradezco su compañía, Tighnari, me ayudo su guía.

-Supongo que le veré dentro de unos días cuando regrese a su nación.

-Claro, pasare para dar mis saludos y si necesitan enviar algo, lo llevare con gusto.

-Le agradecería, me despido.

El joven fenet se retiro, en los metros antes de llegar a la entrada me explico que camino tomara a la academia, asi tambien me hablo de un aparato “guía” que brindaban a todos, el akasha. Un dispositivo capaz de enlazar a todos en la ciudad, que poseía la información de cada ciudadanos, textos, tesis de estudiantes y demás cosas… me es curioso ¿Cómo podía existir algo asi? Pero tambien me da una extraña sensación, tener tantos datos de cada habitante de los habitantes de la nación, me causa escalofríos.

Dos guardias pertenecientes a “Los Trece”  me recibieron, dieron una pequeña guía de todo y tal como me dijo uno de los elegidos de Buer, me dieron un dispositivo akasha, explicando que fue creado por Rukhadevata y mejorado por los sabios de la academia hace unos años… el tiempo que la visite no me habia mencionado algo, pero con mis letargos, seguramente en uno de esos intervalos lo creo. Al menos me servirá un poco y quizás, quizás pueda hablar con Buer. Pequeños puestos, niños jugando y estudiantes, es animado pero a la vez… me causa extrañeza.

Una hermosa taberna se encontraba en la esquina cercana al gremio de aventureros, no existe mejor lugar para obtener información de la diosa actual.

-Taberna Lambad…veremos si esta al nivel del Ángel Caído.

º º º

“No hemos visto a la Reina menor Kusanali, pero ella se encuentra en el Santuario  Surasthana velando por el bosque y cuidándonos desde akasha”

“La Reina menor Kusanali esta muy ocupada, el Gran Sabio Azar nos da noticias de la diosa”

“Ella permanece en el Santuario, no se le ha visto en 500 años, parece que no quiere que sus seguidores la vean”

“Aunque sea una arconte de las mas jovenes, todos los eruditos comparan con la Reina mayor Rukhadevata, me parece desagradable, esos necios de los libros”

Entre ebrios estudiantes, trabajadores e incluso mercenarios, manejarme entre borrachos es normal…Ehe, un talento que pulo todos los días y aunque lo llegue a presumir al regreso, todos me discutirán que no lo es para nada. En fin, todos los comentarios son raros, aunque hasta ahora solo fui a Inazuma, donde Baal es la segunda arconte en cargo y sin explorar las otras naciones, no tengo más comparaciones pero…Baal y Belcebú eran gemelas, a palabras de Yae, nadie percibió la diferencia.

Un par de copas más, fui en busca de una posada donde dormir e instalarme un par de días, todo guiándome con el dispositivo… necesito un lugar tranquilo aquí para concentrarme y poder comunicarme con ella, sin la gnosis, la conexión entre arcontes es más difícil. Los aranaras parecen estar alejados de la ciudad, quizás  el no tener tantos  niños como en los pueblos o aldeas y para ellos debe ser más inquieto aquí. 

º º º

-atos…Arconte Barbatos.

Alertado por escuchar su nombre, Venti abrió los ojos notando que no estaba en el cuarto de la posada ¿un sueño? El espacio era totalmente similar al bosque y un aranara de color blanco con verde estaba frente a él.

-Arconte Barbatos.

-¿Eh? ¿Buer? ¿Com-?

Los sueños, Rukhadevata tiempo atrás le habia explicado como solía molestar a Deshert en los sueños e incluso junto a Nabu Malikata… pero ahora, los tres estaban muertos y esa sensación, no era agradable para el bardo.

-Veo que no es necesario explicarle.

-Ahora no puedo explicar mucho, no tengo tiempo pero aunque no es necesario le quiero advertir, tenga cuidado.

-Ya me parecía que habia algo raro aquí y si solo puedes acercarte a mí en un sueño, imagino que solo fue por un instante… Buer, no te preocupes por mí. Aunque no pueda ayudarte en lo que sea necesario, presiento que estarás bien, no te esfuerces y descansa, hablare con los aranaras antes de irme.

-Gracias, arconte Barbatos… confiare que todo se resolverá.

-Buena suerte… Nahida.

º º º

En la mañana, el gran diplomático de Mondstadt se dirigió al café Puspa, sabia que pronto le buscarían desde la academia, el tener a un extranjero paseando por la ciudad no es algo que en Sumeru fuera  bien tomado y menos de una nación tan libre y despreocupada como etiquetaban a Mondstadt.

-Que delicia, debería pedirle al Maestro Diluc que compre un poco… o mejor llevar el grano de regalo… Quizás a Zhongli le guste.

Entre pensamientos, Venti se quedo pensativo en que llevar de regalo a sus conocidos, después de todo era casi nulo que ellos viniera, bueno al menos dos de ellos, realmente Diluc y Jean podían tomarse al menos un descanso.

-¿Es usted Nobilis Blizzard?

De su taza de café la vista  del peliazul paso a la de una joven, una  erudita tal vez.

-Asi es ¿Quién es usted?

-Soy la asistente del Gran Sabio Azar, he venido con usted para llevarle.

-Es un gusto, le agradezco por venir conmigo.

La joven asintió y espero que el diplomático que pagara para salir ambos de la cafetería, con rumbo a la academia. En la mayor parte del camino, la joven no hablo mucho y la verdad Barbatos no quería hablar, pues era mejor  no ser tan sospechoso. Con los años, el lugar no habia cambiado nada desde la última vez, al menos el hermoso diseño  del edificio se mantenía tan perfecto como siempre. Habian varios estudiantes y eruditos en la zona de entrada asi como la primera zona de la academia, por un puente llegaron la biblioteca… la famosa Casa de la Daena, varias mesas y espacios para las actividades estudiantiles.

-Por aquí por favor.

Ambos ingresaron al ascensor en medio del lugar, el cual comenzó a ascender, la joven se veía nerviosa o al menos asi lo percibía el diplomático. Apenas llego el ascensor, el lugar se veía gigante, Barbatos jamás habia entrado ahí en el pasado por lo cual le sorprendía y en metros más adelante, por una escalera llegaban al escritorio donde se encontraba el encargado de la academia.

-Le esperare en la Casa de Daena cuando termine de hablar con el Gran sabio.

-Muchas gracias señorita.

La muchacha se retiro, dejando al bardo que camino hacia el escritorio del hombre. Una cara desagradable tenia aquel gran sabio, tal parecía que no sería algo agradable la charla entre ambos.

-Sea bienvenido, diplomático Blizzard, corresponsal de Mondstadt.

-Es un gusto, Gran Sabio Azar. Gracias por tomar su tiempo para recibirme.