"El libre albedrío, aunque hace posible el mal, es también lo único que hace posible cualquier amor, bondad o alegría que valga la pena tener".
-C. S. Lewis. (Autor de Las Crónicas de Narnia)
Mientras Batman y Superman estaban llegando al palacio, Darkseid todavía estaba en el trono observando las diversas batallas que ocurrían entre la Justice League y sus aliados y sus fuerzas de ataque en La Fortaleza de la Soledad. Por una vez, Darkseid estaba conmocionado y enojado. Siempre se había considerado invencible y su ejército imposible de superar, y esa opinión no había cambiado incluso cuando conoció a Superman y luego a la Justice League. Pero lo que estaba viendo en los monitores era algo inaceptable en Apokolips. La Justice League y los Lantern Corps se habían unido junto a las amazonas y los atlanteanos, demostrando ser superiores a sus hordas de Parademons y máquinas de guerra. Su sorpresa solo aumentó cuando recordó que ese había sido el mundo que lo había rechazado hacía ya miles de años.
Aun teniendo la Ecuación Anti-vida a su lado, estaba dudando. Tenía una ira incontrolable hacia las fuerzas de la Tierra. Antes de que les quitara su libre albedrio, quería que sintieran el terror y la humillación que él les iba a infligir. Los quería derrotados y suplicando por su vida.
-Yo mismo pondré fin a esta débil rebelión – gruñó Darkseid – Superman caerá por mi mano, pero le daré mucho dolor primero cuando vea a sus amigos inferiores morir.
Sin que él lo supiera, Superman ya se había abierto camino desde el punto medio del palacio hasta el piso más alto. Escuchó la amenaza de Darkseid y se enfureció hasta los huesos por la arrogancia y el desprecio que escuchó. Superman decidió que evitaría que Darkseid abandonara su planeta, incluso si eso significaba su vida.
Mientras Darkseid se preparaba para salir por un portal, la puerta de entrada del salón se rompió repentinamente y el humo se esparció a través del lugar. Darkseid no se movió de la plataforma central mientras se dirigió hacia los Parademons que custodiaban el palacio.
-¡Guardias! ¿Qué significa esto?
No hubo respuesta, aunque los guardias Parademons de Darkseid parecían acercarse a él con miedo, porque se movían lentamente. Pero cuando el humo se disipó, Darkseid vio a Superman en la puerta, con sus fuertes manos apretando los cuellos metálicos de los monstruos. Arrojó a las abominables criaturas a un lado como si fueran cualquier cosa y se acercó a Darkseid con una mirada enojada en el rostro.
-Entonces, nos volvemos a encontrar, kryptoniano, para lo que será la última vez – gruñó Darkseid, sin siquiera molestarse en dirigirse a Superman por su nombre –
-Te gustaría eso, ¿no es así, Darkseid? – respondió Superman mientras él y Darkseid se fulminaban con la mirada – Pero mientras personas como tú amenacen la libertad y los derechos de los demás, planeo estar cerca para prevenir eso hasta el día de mi muerte.
-Entonces considera esto ese día, porque tú y el resto de tu escoria heroica verán su último amanecer – respondió Darkseid con una arrogante certeza – Mis ejércitos arrasarán todas las ciudades de este planeta. Y cuando al fin haga uso de la Ecuación Anti-vida, los atlanteanos, amazonas, humanos, jóvenes y viejos, olvidarán su forma de vida simple y se arrodillarán para servirme sólo a mí.
-Ya te lo dije una vez, Darkseid. La gente en la Tierra no toma amablemente a los dictadores – Superman sintió que una ira intensa se acumulaba en él –
-Solamente no están dispuestos a admitir que los débiles no merecen la libertad. Los débiles están destinados a servir a los fuertes. Todos los que viven en Apokolips lo saben, al igual que todos los mundos a los que yo he traído orden, seguridad y perfección. A mi universo.
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Justice League: El Régimen Omega
FanfictionEl mal ha ganado. En el espacio, las Star Sapphires y los Green Lanterns han sido destruidos por los ejércitos de Apokolips. Y en la Tierra, Superman ha muerto. Convencido de que la Ecuación Anti-vida esta en la Tierra, Darkseid ha lanzado un brutal...