LAS MANIOBRAS DE HAL JORDAN

31 5 21
                                    

Antes...

-Iré a preguntarle a Carol si se unirá a nosotros – Hal les dijo a sus compañeros de trabajo. Se rieron, como si Hal estuviera bromeando. Él no se les unió –

-No puedes hablar en serio, HighBall – Berlín (apodado así por derribar un muro con un avión) se burló – Es demasiado "poco profesional" para ella.

-Ya lo veremos – Hal chasqueo los nudillos perezosamente, aceptando el desafío – Dame diez minutos. Te apuesto una cerveza.

-¡Comenzaré a cavar tu tumba! – Vincent lo llamo mientras Hal caminaba de regreso al interior –

Hal estaba a punto de llamar a la puerta de la oficina de Carol, pero se detuvo antes de que su nudillo golpeara la madera. Se desabrocho con buen gusto los dos botones superiores de su camisa, se pasó una mano por el cabello y continúo.

-Adelante – la voz apagada de Carol respondió desde adentro –

Abrió la puerta y la cerro detrás de él, caminando con confianza hacia su escritorio. Se paró casi en el borde.

-Hola, jefa.

Ella levanto la vista de su papeleo. Sus ojos le dieron una mirada breve, pero aún perceptible, deteniéndose muy levemente en donde comenzaba la sonrisa quisquillosa del piloto. Ella miro de nuevo hacia abajo y volteo la página frente a ella.

-¿Qué quieres, Hal?

-Oh, no quiero nada – Hal respondió inocentemente, recogiendo una de las pequeñas figuras de aviones de metal del escritorio y dándole la vuelta en la mano – Me preguntaba si te gustaría unirte a nosotros para tomar un par de copas. Casi todo el personal va a ir.

-No, gracias – ella respondió después de una breve pausa –

-Vamos, Carol. Es viernes por la noche y has estado trabajando duro toda la semana, haciendo todo ese papeleo que no entiendo. Es realmente impresionante, pero te mereces un descanso.

-Tengo demasiadas cosas que hacer.

-Sabes... leí en una revista en alguna parte que cuanto más tiempo pasas trabajando en algo, menos productivo y concentrado eres. Piensa en cuánto más harás después de un poco de tiempo de inactividad – Hal miro los papeles frente a ella, obviamente gastados – Te compraré un trago. O diablos, podrías comprarme uno. Estamos en 2017, soy un hombre moderno – ante su comentario, Carol dio un suspiro de agotamiento y rendición –

-No te irás hasta que diga que sí, ¿verdad?

-Creo que es lo mejor para ti.

-Si es lo que va de acuerdo a tus intereses – ella murmuro, pero se puso de pie dejando el papeleo a un lado – Deja eso y quita tu trasero de mi escritorio.

-No te arrepentirás – Hal respondió sonriendo. Dejo la estatuilla en el suelo y salto.

Ya en el bar, Hal se sentó en una de las mesas terminando su cerveza que le pagó Berlín. Carol estaba de pie en la barra con su traje negro y tacones pidiendo un cóctel que Hal le recomendó. Ella le dirigió una mirada divertida y le preguntó cómo tenía experiencia en cócteles. Hal dijo algo sobre prestar atención a las bebidas que le gustaban a sus citas anteriores, lo cual era cierto a medias.

Hal podía entender su vacilación para salir con ellos un rato. Carol era la jefa. La mayoría de la gente probablemente la sometía a estándares injustamente altos porque era mujer, y en todo el bar, era también la única mujer. Aunque Hal no creía que Carol tuviera amigas fuera del trabajo, o amigos en absoluto.

Carol recibió su cóctel y algunos de los chicos se burlaron de lo que creían que era una bebida "femenina", pero Hal los desafío a hacer comentarios como ese a sus esposas.

Justice League: El Régimen OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora