EL AMOR FALLIDO DE STAR SAPPHIRE

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Oa, el planeta de los Green Lanterns.

Días antes del ataque de Darkseid.

Había una vez una niña que creció y se convirtió en una Star Sapphire. Pero no en cualquiera, sino en la reina, aquella que unió a los maltusianos con las zamaronianas para crear un nuevo cuerpo intergaláctico para propagar la paz y el amor en el Universo.

Además, ella era humana.

Durante más de mil generaciones, los portadores de Luz Dura fueron los guardianes de la paz y la justicia en la galaxia. Gracias a sus anillos de poder, podían lograr hazañas increíbles, influir en mentes ajenas y hasta visualizar lo que ocurría y lo que podría ocurrir. Pero a pesar de todos los presagios, fueron incapaces de prever su propio futuro. Dos miembros de los Green Lantern Corps se rebelaron contra ellos y aniquilaron a sus compañeros hasta reducir su número y extinguir su luz casi por completo.

La niña había sido testigo de esta historia, aunque nos estamos adelantando.

Tuvo una infancia feliz. Aunque su madre murió cuando ella aún tenía una edad temprana, su padre la educo bien y la ínsito a que persiguiera sus sueños de convertirse en piloto. Carl Ferris era algo gruñón, pero le enseñó de todo: desde arreglar motores hasta conducir automóviles. Como muchas niñas de su edad, Carol era impaciente, curiosa y un poco impulsiva. Tenía un talento para reparar cosas y una pasión por la velocidad.

También tenía muchos sueños.

En las tardes, después de terminar sus quehaceres, salía a ver el atardecer. El sol se hundía en el mar de Coast City, de un color blanco incandescente. Bajo la luz del atardecer, Carol se hacía preguntas sobre sí misma, quién era, a dónde iría y en qué se convertiría. Soñaba con salir de aquella ciudad aburrida, entrenar para convertirse en piloto y recorrer las profundidades de los cielos para ver las estrellas.

Soñaba con ser como su padre, y como el niño con el que se juntaba... como Hal Jordan.

Pasaron los años y su amigo se convirtió en la vergüenza de los Green Lantern Corps. Hal estaba parado sobre la celda de luz verde, observando a los cielos. Traía ropa áspera y un abrigo de lana. Una capucha le protegía el rostro. Ante él, las torres de Oa se extendían hasta el horizonte, interrumpidas solamente por algunas islas montañosas.

Hal había sido como ella, pero el ya cumplió todos sus sueños. Conoció las profundidades del espacio, vio las estrellas, así como la luz y la oscuridad que había entre ellas. No tenía nada que dar y no deseaba nada más. Únicamente quería estar solo para pudrirse en la soledad; él se estaba auto castigando por haber aceptado a Parallax en su corazón.

Hal nunca volvió a saber de Carol desde el día que lo apresaron en las celdas de Oa; Carol tampoco volvió a la tierra. El planeta Zamaron era ahora el hogar de Carol, donde ella gobernó con sabiduría y respeto al resto de las mujeres Star Sapphire. Aunque Carol vivía con las otras mujeres del Star Sapphire Corps y tenía otros deberes por el Universo, nunca se olvidó de Hal.

A veces, Carol pensaba en volver a la Tierra, volver con Hal en Oa... pero tenía miedo de volver y sabía que era una mejor decisión, además, amaba el medio ambiente que la rodeaba. Carol se quedó allí en las estrellas y más tarde se olvidó de todo lo relacionado con la Tierra, pero Hal nunca se olvidó de ella.

Hal Jordan había desarrollado un palpitante odio hacia su familia, hacia los Green Lantern Corps y a sus antiguos amigos, incluyendo a Carol. Se sentía traicionado, olvidado, acusado...

Muy secretamente en su cabeza, Hal Jordan quería que Parallax volviera a usarlo como su heraldo.

Pero, después de un año, ella lo encontró.

Justice League: El Régimen OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora