LOS DEMONIOS TAMBIÉN VIENEN DEL CIELO

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Torre LexCorp, Metropolis.

Él había ganado. Superman estaba muerto y ahora Luthor podía concentrarse en convertir su sueño en realidad. Todavía tenía que lidiar con los demás meta-humanos, pero Lex confiaba en que ellos no representaban una amenaza seria para él. Los tiempos estaban cambiando. Las acciones de LexCorp estaban aumentando a medida que comenzaron a hacer acuerdos en todo el mundo para implementar su plan para una red energética mundial.

-Superman está muerto Darkseid, ahora es el momento de que cumplas con tu parte del trato.

-¿Qué hay de los demás "héroes"? – pregunto el tirano de Apokolips –

-Ellos no eran parte de nuestro trato – Lex protesto – Ahora quiero esa tecnología.

-Sigue con lo tuyo, Luthor – Darkseid parecía que estaba poniéndole una negativa a su lacayo humano – Yo te contactare después...

Todo iba bien para Luthor. Una semana después de la muerte de Superman, LexCorp había comenzado la construcción de nuevas plantas de energía en todo el planeta. El concepto era simple. Las redes de energía de todos los países de la Tierra estarían conectadas a la línea de LexCorp y cuando el mundo estuviera listo, Lex activaría la nueva red de kryptonita para suministrar energía al mundo en los próximos años.

-Créame señor presidente, entiendo sus preocupaciones pero puedo asegurarle que son injustificadas. De hecho, estoy en contacto constante con la ONU, que envían inspectores regulares para garantizar que la seguridad no se convierta en un problema...

-No es la seguridad lo que me preocupa Luthor – dijo el presidente a través de la línea telefónica – Me incomoda la idea de que el país... de hecho, todo el suministro de energía del mundo estará bajo el control de un hombre.

-LexCorp mantendrá la red, sin embargo, estamos trabajando con empresas estatales e independientes de todo el mundo que estarán profundamente involucradas en el proceso de gestión y...

De pronto, la comunicación con el presidente en la Casa Blanca se cortó, la luz se fue en todo el edificio y Lex se quedó a oscuras. Lex puso el teléfono del escritorio en su oído para llamar a los técnicos del edificio, pero no pudo hacerlo. La silueta que vio frente a él lo atemorizo.

Era alto, traía una capa negra, y su silueta en la oscuridad solo pudo tratarse de una cosa, o de alguien. Era Batman, que agresivamente de aproximaba hacia él, y en su mano traía un hierro caliente con la forma de un murciélago.

-Se lo que hiciste Luthor – decía el justiciero con furia – Conspiraste contra la humanidad, le diste los recursos necesarios a Edward Nygma y al Joker para derribarme en Gotham, mataste a Superman – y entonces puso el hierro caliente justo en frente de su cara, mientras que con su mano lo sujetaba fuertemente del hombro –

-No tienes pruebas contra mí – contesto Luthor. Parecía que el justiciero de Gotham City no le producía miedo alguno –

-Claro que sí. Superman te grabo momentos antes de su muerte. En el video dices parte de tu plan de como asesinarlo, a parte mencionas a Darkseid y tu arma de kryptonita – Lex abrió los ojos sorpresivamente ante la revelación de Batman – Ya subí el video a la red, y mientras hablamos, un equipo del FBI está en camino a la torre LexCorp para arrestarte. Por última vez, obedeceré las leyes de los hombres y te dejare para que la justicia se arregle contigo.

-¿Crees que ganaste este juego, justiciero? – inesperadamente, Lex sonrió. Batman no se esperaba esto – ¿Qué es la fuerza de un hombre contra un ejército? ¿Qué es una chispa de esperanza contra la voluntad de un dios? Las campanas ya han sonado... y el las escucho, ahí en la oscuridad... entre las estrellas. Ding, dong... el dios está muerto. Y ya nada puede detener lo que vendrá.

Justice League: El Régimen OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora