EL FINAL DE UN VIAJE

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"Qué mejor muerte para un hombre que enfrentando las adversidades, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses".

-Jack Harper (Oblivion: El Tiempo del Olvido)


Todavía jadeando por pararse, en un apuro por ir hacia la batalla en el piso de abajo, Bruce tenía que completar su misión. Selina camino muy lentamente hacia él y cuando estuvo lo suficientemente cerca para alcanzarlo, Bruce no se dio la vuelta.

Selina le indico a Dick que se quedara atrás. Tenía que estar con él, tenía que verlo.

A ella le llamo la atención que Bruce no quiso voltear, pues él nunca se había escondido así. Incluso parecía que bajaba su rostro.

-Me duele más de lo que pensé... saber que estas aquí – dijo el –

Ella lo había herido con la carta. Fue impulsiva y quería desprenderse de su pasado, de las personas que la hacían ser mejor. Eso es lo que le había hecho ella, la mujer que amaba. De repente, Selina se sintió abrumada por una oleada de culpa, pero la urgencia de llevar a Bruce a un lugar seguro superaba eso.

-No escondas tu rostro de mí. Nunca has tenido que hacerlo – le respondió Selina con bastante urgencia –

-¿Qué es lo que quieres ver? – pregunto el, con la voz bastante apagada –

-Quiero ver el rostro del hombre al que amo – dijo Selina, con toda la seguridad del mundo –

-Él ya está muerto – y sin decir más, Bruce se soltó lo que le quedaba del casco y volteo hacia ella –

El corazón de Selina dio un vuelco cuando vio lo que tenía ante ella. La cara de Bruce estaba destrozada. Gracias al golpe que Darkseid le había dado, su casco se destrozó, lastimándole la cara. La lente derecha se había incrustado en su ojo, cegándolo de este. También vio las demás cicatrices que tenia de tiempo, las que cruzaban toda su cara.

Al ver la reacción de ella, Bruce no fue capaz de abrir su ojo bueno. Creía que su apariencia asustaba a Selina, sin embargo, ella se le acerco. No le importaba lo que el tenía en la cara.

La resignación en las palabras de Bruce fue casi insoportable para Selina.

-¿Qué fue lo que te hicieron? – dijo ella casi con lágrimas en los ojos – Ven conmigo, Bruce – y entonces le tendió la mano – Puedo ayudarte.

-No, no puedes. Nadie puede.

-Si puedo – respondió ella desesperadamente – Tengo que hacerlo. No puedo dejarte aquí malherido. Tenemos que intentar salvarte.

-Darkseid me infecto con la Ecuación Anti-vida – y entonces Bruce abrió su ojo bueno. Selina vio que el iris de su ojo ya empezaba a tener un tono rojizo, al igual que las venas de su piel ya se empezaban a enmarcar. Él estaba cambiando – Mírame. Esto es lo que soy. Y esto es lo que he hecho.

Incluso a través de sus dolorosas palabras, ella lo seguía amando. A los ojos de Selina, Bruce siempre iba a ser el buen hombre que le había enseñado que aún quedaba el bien en este mundo.

-Bruce...Por favor – Dick ya no pudo más, y tuvo que inclinarse a lado de Selina. Quería convencer al hombre que consideraba su padre para que se fuera con ellos – Tienes que sobreponerte a esto. Podemos deshacer lo que Darkseid te hizo...

-¡No pueden deshacer nada! – grito Bruce. Pero ahora el grito no fue un sonido humano, parecía como si un animal salvaje acabara de rugirle a su presa – ¡Debo de morir solo!

-No estás solo. Nunca lo estuviste – Selina le contesto, tomándolo por los hombros – Me he parado en el mismo borde. He mirado hacia el abismo. Si hubiera dado un paso más, habría caído. Pero no importa cuán lejos me alejé del buen camino, aun había cosas por delante para mí – dicho esto, una lágrima cayó por el rostro de ella –

Justice League: El Régimen OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora