Proyecto «Conociendo a Yavé».
Básicamente, el análisis bíblico de una criticona que terminó siendo Ovejhacendosa. Mis primeros pasos, pensamientos que pueden o no cambiar con el paso del tiempo.
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Dedicado a mi Papá Lindo
La primera vez que intenté leer la Biblia fue cuando tenía menos de diez años y se debió a mi curiosidad insana. Recuerdo que Levítico fue mi perdición. ¡Era tan aburrido! No sé cuántas veces me quedé dormida. No entendía por qué había tantas restricciones respecto a la sangre y tantas indicaciones respecto a las festividades.
La segunda vez que intenté leer la Biblia fue cuando tenía menos de veinte años y se debió a un acercamiento que tuve con Dios. Movida por una experiencia sobrenatural que viví, pensé que debía leer la Biblia. YYYYY... de nuevo me estanqué en Levítico. ¡En serio! Esta vez leí intentando ceñirme a todas las reglas del antiguo testamento y ese legalismo terminó alejándome de Yavé.
Hubo otros intentos menores, como algunas veces en que intenté buscar versículos para ambientar los fanfics que escribía. Mal, mal, mal.
Esta vez... Esta vez, la primera vez que realmente leo la Biblia, nació de mis ganas de conocer a Yavé. Luego de una nueva experiencia sobrenatural que me devastó, yo estaba muuuuy confundida y perturbada con estos temas... Necesitaba salir de dudas. Necesitaba conocer a ese Dios que nuevamente había respondido mi llamado en medio de un ataque de espíritus demoníacos. Necesitaba saber por qué seguía salvándome de ellos si yo ni siquiera oraba. Necesitaba conocerlo. Realmenteconocerlo. Deseaba saber cómo es verdaderamente él. Ya saben, como cuando deseas leer el diario íntimo de una persona, JAJAJA.
Anticipándome a mi trauma con Levítico(?), decidí empezar por Job, que es un libro que siempre me intrigó. Y, sin que yo lo planeara, terminé escribiendo todas mis inquietudes y análisis en la aplicación que uso para leer (Superlibro, la recomiendo altamente). Lo curioso es que el tercer o cuarto libro que elegí leer resultó ser Génesis... Y cuando lo leí, ya no pude volver a elegir de modo aleatorio.
Es decir, al inicio estos análisis pueden parecer desordenados, pero luego eso se acomoda.
Debo aclarar que soy una eterna principiante. Lo que pienso no es más que la opinión de una oveja entre millones de ovejas, una opinión que puede o no cambiar a medida que más conozco a Yavé. Aun así, si encuentras entre estos desvaríos algo que te da un poco de fe o algo que te ayuda a comprender mejor cierto pasaje bíblico, ¡enhorabuena!
Y, si algo de lo escrito aquí hace que tu amor por Yavé se renueve, alabado sea Dios.
Ovejhacendosa
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