13 de abril de 2023.

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Visite mi antiguo hogar.

Viví ahí hasta que entre a la secundaria, para después irme a vivir a otra casa dónde estaba el negocio familiar; porque era cansado volver a casa a las diez de la noche; asi que nos quedamos a vivir ahí. La casa quedo desatendida por años, y eso que estuvo rentada. Aun asi, me vi en su interior una vez más, solo hasta ahora que el motivo principal que me impedía volver, se fue. ¿Cuál era? Mi padre biológico.

Yo no crecí en un familia normal, al menos como la dibujan en la ficción. Nací en una familia pobre, donde mi madre trabajaba de sirvienta dejándonos por buena parte del día, al cuidado de un señor mayor que vivía en la casa de enfrente. Fue una infancia confusa. Durante las noches no habia una persona que ocupara la cama de mi madre junto a ella. Lo hacíamos mi hermano y yo que en ese entonces éramos tan pequeños que cabíamos en una cama matrimonial junto a mi madre. ¿A quién felicitábamos el día del padre? Eso era lo confuso. Mi madre no tuvo el valor para decir que ese señor era nuestro padre. Pero lo debió tener cuando en la escuela habia una tarea y se tenía que hacer mención del padre. Recuerdo que lloraba porque yo no sabia que poner o que decir. Y cuando supe la verdad, preferí la ignorancia o mentiras que decirla tal cual era. Mi padre era un anciano que vivía en la más triste pobreza. Le odie. No era como los otros papas de mis amigos. Literalmente podía ser mi abuelito, y creo que le dolió eso. Cuando era un niño de 3 o 4 años le queríamos mucho pero cuando tenía los 10 ni quería verlo. Hizo lo posible para ganarse tanto mi afecto como el de mi hermano. Nos compraba juguetes o a veces quería llevarnos a pasear, pero siendo pobre como dije antes le costaba o no lo hacia cuando debía. Le terminamos de perder el afecto cuando mi madre se consiguió un novio que nos llevaba a pasear todos los domingos. Esos domingos eran la felicidad, el día más esperado de la semana. Ahora los extraño.

Ese sentimiento no existió en mi cuando mi padre biológico dejo de estar en este mundo. Falleció en la soledad de su hogar, abandonado por la casi decena de hijos que tuvo a lo largo de su vida. Tal es asi, que nadie estuvo interesado en asistir al esparcimiento de sus cenizas en el mar. Salvo mi hermano y yo, que estamos forzados por la ocurrencia. Mi madre se hizo cargo de su incineración y estamos esperando que el clima se torne un poco más cálido para llevarlo al mar. Ahí sabré si esa persona algunas vez tuvo un lugar en mi vida, o se ira sin más con las olas.

¿Por qué seré asi de frio? Creo saber por qué.

Diario de JacoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora