Diario de Jacobo

25 de octubre de 2023.

Tome un vuelo a Queretaro solo para verla. Y lo conseguí. Al subirme a una clase de tren de dos pisos, me tope con ella. Hablamos un poco, pero solo fue por un momento, ella se bajó del tren, pero no la seguí. Creo que, para no incomodarla, bastante ya me veía como un acosador, que solo fingió encontrarse de pura casualidad con una amiga en una ciudad extraña. Esta era la parte donde me hundía en coraje, dejaba ir la impotencia haciendo una escena, por no, mi voluntad se fue al contemplar la ciudad que había visitado. Las casas de aspecto colonial comenzaron a dejar de verse para abrir paso a casas de adobe, pero no termino ahí, el tren siguió su recorrido hacia un valle lleno de edificios cilíndricos de aspecto futurista de hasta cincuenta pisos de altura. Quedé impresionado por que no sabía que esta ciudad fuera asi. Tanto era asi, que olvide por completo el motivo de mi visita, mi deseo de ver su rostro, escuchar su voz, solo para darme la oportunidad de...

...el tren llego al final de su ruta y se detuvo. La luz se fue y con la oscuridad me aviso que ya era de noche. No entre en pánico porque aún había mucha gente en el tren y espere a que se pusieran de pie y salieran de este para tomar otra clase de transporte. No lo hicieron. Se quedaron en sus asientos como si tuvieran pensado pasar la noche aquí. Quise ponerme de pie para preguntarles si el tren seguiría dando el servicio en un momento más o qué, pero una persona, con una gabardina de color claro se sentó a mi lado. Saco un cuchillo tan grande que podía usarlo para cortar leña. Mi única reacción fue tomarlo y frustrar el asalto, pero al hacerlo, note que era de plástico. De hecho, si la luz fuera buena, se notaba que no era un cuchillo de verdad. Asi como lo que estaba viendo. Desperté mortificado. El susto de poder morir antes de confesar mis sentimientos me basto para dejar de soñar. Lo malo, es que no para hacer algo en este mundo. No tengo las fuerzas para eso.