14 de abril de 2023

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No se si seré frio por eso, pero los únicos recuerdos que tengo de mi padre fueron los más lamentables. Se supone que un padre es el que te enseña las cosas mas importantes de la vida, pero lo único que me enseño fue a odiar.

Era natural, cuando lo das todo por el afecto de tus hijos, y no obtienes nada a cambio, solo te queda odiar. Descargo ese odio con mi abuelos, pero de forma cobarde.

Ellos nunca aprobaron que un señor de su misma edad fuera el padre de sus nietos, y según a palabras de mi padre, nos llamaron ¡bastardos!. Ahora, según palabras de mi madre, siempre nos quisieron mucho. Tanto era asi, que mi abuelo, un alcohólico empedernido desde que tenía los 9 años, dejo considerablemente la bebida nada más nacer yo; y mi abuela, tal vez la mujer más amorosa que mi propia madre, no se quedaba atrás. 

Pasé junto a ellos todo el tiempo que tuve que usar pañales hasta que entre al jardín de niños. Mis recuerdos de esa época son vagos, pero ahora que ya no están, les extraño mucho. Cuando murieron víctimas de la enfermedad y no de una muerte natural, llore, tanto como mi padre quería que les odiara. 

<<Odia a tu abuelo>><<Odia a tu abuela>>. Siempre lo escuchaba decir esas cosas. Y en si solo por celos. A ellos si los quería mucho y deseaba verlos cada día, y a él sin embargo no.

No me daba un motivo para querer hacerlo. Y no lo digo por temas materiales. Mis abuelos eran viejitos que vivían en la pobreza como él; que lo único que podían darme era un fin de semana en el rancho trabajando en el sol; pero se diferenciaban de él, porque ellos jamás me pidieron que le odiara.

La cosa estaba clara.

Mis abuelos solo querían un rato agradable conmigo, y él, que hiciera lo que él quería que hiciera, odiar. No le volví a dirigir la palabra o siquiera a verle desde que terminé la preparatoria, y ni mucho menos en sus últimos días. Supongo que al pasar todos estos años en el más triste abandono, le quedo claro su error. El castigo fue muy alto.

¿Seré frio por eso? Eso pienso, pero tal vez solo en parte. Hay más circunstancias en mi vida que hicieron de mi corazón, un nido de sentimientos sin nombre.

Diario de JacoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora