19 de agosto de 2023.

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Sali para comprar algo de hielo picado con el señor al que le done sangre el otro día. El trayecto a la hielera era bastante largo; al otro lado de la ciudad prácticamente. Algo teníamos que platicar en el camino. El tema lo escogió él, y solo hable cuando debía. Empezó platicando que se peleo con su esposa, y de ahí me aplaudió de que siguiese soltero a mis casi treinta años de edad. No hable mucho ahí, porque poco me importa los chismes ajenos, pero si los de mi familia.

Este señor platicaba lo mucho que admiraba como mi hermano se aventaba a cualquier trabajo o proyecto sin dudar o a pensar en si saldría bien o seria una catástrofe, y aquí es donde empecé a comentar porque mi hermano suele ser asi. Se avienta a hacer cualquier cosa, pero nunca se detiene a pensar las cosas dos veces, porque sea el caso que sea, mi madre siempre estará ahí para salvarle.

Lo que critico mucho es lo poco que piensa en las consecuencias. Ahora mi hermano está muy endeudado. Le debe al banco y le debe a mi madre.

Ayer mi madre le paso las deudas de un empleado que mi hermano despidió hace poco y la deuda era tan alta como los ingresos que percibe en meses de trabajo. Fue un gran golpe de realidad. Lo que más odiaba.

Mi hermano es de ese tipo de personas que solo quiere vivir en la ilusión, eso significa andar de fiesta y de viaje con los amigos. De preferencia cada tercer día. El problema es que poco se detiene a ver la realidad de las cosas porque no quiere hacerlo; quiere vivir en la ilusión por siempre y odiara a todos cuanto le recuerden que un día debe pagar. 

Diario de JacoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora