Diario de Jacobo

20 de julio de 2023.

Cada vez, soy consciente del motivo por el que mi madre me solapa quedarme en casa sin buscar trabajo; él porqué le permite a mi hermano el mayor de los abusos. Le da miedo que hagamos una vida... y la dejemos sola. No se equivoca. Esa es una realidad que todos los padres del mundo vivirán si o sí. Es su destino ser olvidados por sus hijos. Un castigo del que fueron dignos al cometer el mayor de los crímenes: darle la vida a un ser que no la pidió.

Esa es una verdad de la que son conscientes, y van por la vida sin saber de lo que en verdad significa. Y me da coraje cada vez que pienso en eso.

La mayoría de todos, tenemos unos padres que exigen de nosotros, lo mejor. Nos llevan a vivir toda clase de penurias, para forjarnos un carácter, y sobrevivir a este mundo. Siempre con la fe de que seremos mejores que ellos, o al menos iguales a ellos, pero nunca menos a ellos.

Lo que no ven, es que nada pueden exigirnos. La vida que nos dieron no fue pedida. Nada les debemos. Por eso es algo que no deben cobrar, o insinuar que debemos pagar. Que sea el corazón de sus hijos, lo que dicte que clase de persona son. Por eso deberían dar el mejor ejemplo posible, y... no el más cobarde.

En mi caso, mi madre hizo lo mejor que pudo para darnos una buena vida, y así fue; así que como pago, tal vez tenga lo que merece. Tendrá a sus hijos en casa, dándole toda la compañía que desee, hasta que le toque que le cambiemos los pañales, o la bañemos cada vez que se orine una vez siendo anciana. Pero lo hará acosta de que sus hijos se vuelvan la peor versión de lo que pudimos ser.