Capítulo 15 - Parte 1/2

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Atrévete a ser valiente hoy y confía en que cuando extiendas tus alas, volarás. - María Demuth.

***

New York

Melanie se mantenía sentada en el sofá mientras que Dorian caminaba de un lado a otro del salón con las manos enlazadas a su espalda. Hacía unas horas que había recibido un mensaje de su hermana, el único por su parte, donde le indicaba que pisaría suelo neoyorquino esa misma mañana y que por supuesto él sería el primero que visitaría, por lo que a última hora había cancelado todas sus reuniones poniendo el bufete patas arriba. Pues tuvo que reagendar algunas citas y muchas otras transferirlas a otros empleados que por otro lado ya estaban hasta arriba. ¡Un desastre! Pero llevaba mucho tiempo sin ver a su hermana, más concretamente desde que decidió desaparecer después de confirmarle lo que tanto temía, así que, necesitaba verla y necesitaba hacerlo cuanto antes. Enzo se había llenado la boca al decirle que Kiara estaba perfectamente, pero… ¿Quién en una situación como la de ella lo estaría?

—Dorian… ¿por qué no te relajas?

Ambos se miraron. El rostro de él lucía apagado, de hecho, esa noche apenas había dormido. Su hermana se había encargado de evitarlo durante semanas y no tenía ni idea de como iba a reaccionar ahora que volvía a la ciudad. ¿Cómo sería el reencuentro? ¿Lo abrazaría? ¿Lo evitaría? ¿Haría como si nada? En fin, demasiadas preguntas sin respuestas… respuestas que quería tener.

—Ven… —murmuró Melanie tendiéndole la mano —, siéntate conmigo.

Dorian obedeció. Con desgana se dejó caer en el sofá mientras que miraba el reloj de su muñeca. Desde que recibió ese mensaje había buscado los horarios de los vuelos que llegaban a la ciudad y si sus cálculos no fallaban su hermana estaría cada vez más cerca. Se hubiera personado en el aeropuerto, pero supuso que si Kiara había omitido darle ese dato era porque necesitaba espacio.

—Te estas quitando años de vida, por ende, también me los estas quitando a mí. Así que… ¿por qué mejor no te relajas y dejas que las cosas sucedan sin más?

—Tengo que verla, es importante para mí…

—Lo sé… pero así no adelantas nada. ¿Te crees que yo no me muero de ganas por verla? Tengo la misma necesidad que tú de encontrarla bien, pero debemos ser pacientes y, sobre todo, no atosigarla una vez que llegue.

—Cariño, temo no saber actuar como ella espera.

Melanie suspiró. Ahí estaba el verdadero Dorian Moore, el entregado por su familia, por su gente… Era conocedora de lo que había luchado para que Maverick aceptase a Marco, el interno que lo ayudaba y hacía más fácil su día a día, como se había involucrado desde el minuto uno en gestionar el divorcio de su hermana y como la había tendido la mano a ella cuando su casero amenazó con echarla de la vivienda en la que vivía. Dorian Moore tenía un corazón noble, corazón del que irremediablemente ella se enamoró sin mucha dificultad.

—Ey, mírame… —solicitó acariciando la mejilla del hombre — Kiara solamente necesita a su hermano. Sé tú mismo. Sé el hermano protector que siempre eres, pero a la vez ese neandertal que le da jaqueca.

Dorian sonrió y sin poderlo evitar junto sus labios a los de la castaña, que inmediatamente correspondió. Era un hombre afortunado. Tenía una maravillosa familia, el negocio le iba a las mil maravillas y su morbosa lo amaba. No podía pedir más. Él dejo caer el peso de su cuerpo sobre el de la bailarina para arrebatarla hasta el alma si era necesario, sin embargo, el contacto fue breve, pues en cuanto Dorian escuchó el sonido del motor y las ruedas encharcadas deteniéndose en la entrada se levantó disparado. Dio grandes zancadas hasta la ventana del salón y tras la cortina la descubrió. Enzo la traía de vuelta. Kiara había llegado…

Bailando con el amor | Erótica + 18 | Parte 3/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora