Capítulo 18

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La amistad es una relación afectiva basada en la comunicación, la comprensión, el apoyo mutuo, el afecto y la armonía entre sus miembros. - Carl Rogers.

***

Melanie corría para cruzar el paso de cebra. Una vez más llegaba tarde a su cita con Kiara. Había aprovechado para reunirse con Jhonny y ver los avances de la reforma de la academia. Tenían pensado abrirla en menos de un mes, una cosa había llevado a la otra y finalmente habían terminado remangados y cambiando muebles de posición, o más bien arrastrándolos, porque su fuerza era mínima. De hecho, se había hecho daño en uno de los hombros, por lo cual estaba segura de que Dorian la reprendería, pues estaba harto de repetirle que no se las diese de superheroína y que pidiese ayuda, pero justo en ese momento Jhonny estaba hablando por teléfono y ella no pudo contenerse, por lo que empujó con todas sus fuerzas hasta dejar la estantería donde la quería.
Iba a la velocidad de la luz, aún así no pudo ignorar el Maserati negro de Kiara que ocupaba la plaza de la empresaria. Estaba recién lavado, pues algunas gotas de agua aún se mantenían pegadas a la reluciente carrocería y sospecho que la mañana les había cundido a los hermanos. Eso o Enzo había hecho un poco de su magia. Fuera como fuese, esperaba que aquel acto no hubiese desencadenado alguna pelea indeseable con Rodrigo. Subió a la planta ocho e inmediatamente saludó a Priscila, la secretaria de Kiara, que la sonreía con afabilidad…

—Puedes pasar, hoy estas de suerte ya que la jefa esta de buen humor.

—Gracias —respondió sonriente.

Se encaminó al despacho sospechando que el motivo de su felicidad extrema tenía nombre y apellidos, aunque también mantenía una pequeña esperanza de que la charla con sus padres hubiera ido viento en popa. Accedió a la oficina y su amiga la saludo, indicándola que se sentase con un movimiento de mano mientras continuaba hablando por teléfono. Priscila tenía razón. Kiara sonreía, se desenvolvía con gracia y sus ojos habían recobrado aquel brillo que hacía tiempo había perdido. Inevitablemente escuchó parte de la conversación, estaba claro que Nick era el que estaba al otro lado.

—Querida, llegas tarde —indicó pizpireta terminando su llamada.

—No pienso justificarme, entonó el mea culpa. ¿Vas a contarme por qué esta tu Maserati aparcado en la plaza o me va a tocar suplicarte para ello?

—Vamos, te lo contaré camino al restaurante. ¡Me muero de hambre!

Ambas abandonaron la oficina. Durante el trayecto Kiara aprovechó para comentarla como Dorian la había acercado hasta su casa para recuperar su vehículo. Indudablemente la pregunta sobre si se había topado con su marido no se hizo esperar, a lo que ella aclaró que ni siquiera había hecho amago de acceder a la casa. Por lo que desconocía si estaba en el interior, aunque intuía que no. Se acomodaron en una mesa y pidieron la comanda.

—Espero que hoy tengas paciencia con Dorian, porque inició la mañana cuesta abajo y sin frenos.

—No me ha dicho nada —confirmó revisando su teléfono por si este la había llamado y no se había dado cuenta.

—No va a querer comer fruta el resto de su vida —aclaró rompiendo a reír —. Esta mañana Enzo le abrió la puerta desnudo y no se le ocurrió otra cosa que echarle el frutero a las pelotas.

—Es decir, follasteis durante toda la noche, os quedasteis dormidos y Dorian llegó en el momento ideal, pero… ¿Desnudo? ¿En qué estaba pensando?

—Corrijo. Fue toda la tarde, pero sí —indicó encogiéndose de hombros —. Creo que Enzo no se acordaba de que habíamos vuelto a New York y de que había quedado con Dorian. Actuó por instinto.

Bailando con el amor | Erótica + 18 | Parte 3/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora