Quieres lo que todo el mundo quiere, quieres un amor que te consuma, quieres pasión, aventura, e incluso un poco de peligro. - Ian Somerhalder.
***
Ambos se movieron por el interior del club con soltura. Como si aquella cita fuese una de muchas de las que ya habían tenido año atrás. Él la sujetaba firmemente de la mano, dirigiéndola hasta la barra para tomar una consumición y así refrescarse del intenso calor que les abordaba, mientras que ella correteaba a su espalda con cierto nerviosismo, mirando el suelo con cierta dificultad gracias a la máscara veneciana que portaba siempre en aquel lugar, tratando de no trastabillar ni tropezar con nada a su paso. Cuando se detuvieron en la barra ella aseguró el agarre del antifaz y miró a su alrededor, buscando alguna cara conocida, deseando no dar con ninguna. Enzo iba al descubierto ya que poco o nada le importaba que le viesen. De hecho, prefería mostrar su rostro porque no pensaba soltar a Kiara y en cierta forma era una forma de avisar o desafiar a los demás.
La famosa pelirroja, apodada Doña mordisquitos, se situó a su lado para lanzarle una más que tentadora mirada. Rápidamente vio a la mujer que lo acompañaba, pero ella estaba dispuesta a compartirlo así que no se cortó en aproximar su cuerpo al del policía y sonreír con malicia. Kiara, por primera vez sintió ese pequeño cosquilleo de celos que la hizo salivar en exceso, a esperas de conocer la reacción del hombre. Enzo miró a la reina del BDSM y negó totalmente relajado. Conocía las normas y sabía que la pelirroja no actuaría y no lo tocaría sin su consentimiento previo. La mujer alzó las cejas con incredulidad, pues jamás se había negado a jugar o participar con ella en ningún encuentro.
—Si cambias de opinión estaré en el sótano ocho… —murmuró en su oído, rozando el lóbulo de su oreja con la nariz —. No haré ascos a tu amiga, sabré hacerla gozar.
Él la miró siendo consciente de que aquella afirmación era totalmente cierta. Al menos, así lo había demostrado en otras ocasiones, haciendo disfrutar a todos los participantes de la sesión. Kiara respiró incomoda ante aquella conexión, hasta que se vio envuelta por el corpulento cuerpo del rubio, encerrándola en la barra. Ambos se miraron, avivando el deseo que les consumía desde hace un par de días.
—Quiero que me digas tus normas —solicitó ansioso por poderla desnudar y tocar a su merced.
—¿Acaso no las conoces? —preguntó incrédula.
—Tengo claro que hoy no te quiero compartir. Te quiero completamente desnuda y disponible para mí, pero necesito saber tus normas. No me veas como un polvo esporádico, si no como el hombre con el que cumplir todas tus fantasías…
Kiara jadeó. ¿Acaso las normas deberían ser distintas? De pronto se dio cuenta que jamás había compartido aquella afición sexual con ninguna de sus parejas, por lo que desconocía hasta donde estaba dispuesta a llegar. Con Enzo lo había hecho prácticamente todo. Habían participado en ciento de situaciones donde se había dado cualquier ostentosidad y en la que ambos habían accedido sin problema. Perdida, estaba completamente perdida…
—¿Hasta donde estas dispuesta a llegar? ¿Tríos? —preguntó buscando una respuesta. Ella asintió — ¿Grupos? — Kiara volvió a asentir — ¿Hombres? ¿Mujeres?
—No me cierro a nada, ya lo sabes.
—¿Te molestaría que besase a otra mujer en el juego? —indagó recordando la objeción que seguían Dorian y Melanie en sus encuentros.
—¿Debe molestarme? Lo has hecho con anterioridad…
Enzo gruñó no satisfecho con aquella respuesta inconclusa. ¿No la molestaba o es que acaso no se atrevía a aclararle sus reglas?
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Bailando con el amor | Erótica + 18 | Parte 3/4 Completa ✅
RomanceKiara se encuentra hundida y devastada cuando Enzo reaparece en su vida para, como diría ella, hacerse el héroe ante una situación insólita. Ella se niega a aceptar lo evidente por varios motivos: orgullo, desilusión y miedo, mucho miedo. Dorian har...