Capítulo 21

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Prefiero discutir contigo a hacer el amor con otras. – Megan Maxwell.

***

El camino fue completamente en silencio. Kiara trató de hablar en un par de ocasiones, pero tras la advertencia de Enzo para que se mantuviera callada, no lo hizo. Él, por sus gesticulaciones y movimientos contundentes daba a entender que no estaba el horno para bollos, por lo que prefirió darle una pequeña tregua para que se calmase. Sin embargo, cuando llegó a casa su actitud no varió. Se adentró en el dormitorio para cambiarse de ropa con los labios fruncidos, sacó un pantalón de pijama que lanzó a la cama y comenzó a desnudarse con celeridad, ignorándola.

—¿Quieres que hablemos? —preguntó tímidamente Kiara, pues su comportamiento inevitablemente la recordaba a aquellas tardes en las que Rodrigo llegaba pasado de copas.

—Ahora no —sentenció firmemente.

—Lo siento…

—Kiara, no es el momento.

Ella suspiró, cogió la camiseta de follar y se metió en el baño. Con un poco de suerte, cuando saliese de la ducha el ánimo del policía habría cambiado. Lo que desconocía era que la mente de Enzo era una bomba de relojería. Estaba claro que Maverick jamás lo aceptaría en su familia, porque al parecer el apellido Farrell distaba mucho de merecerse un hueco en la vida de su hija y eso le quemaba. Estaba claro que no podía permitirse coches de lujo, pero joder, aun así, vivía muy bien. Pero el tema económico no era lo que más le enervaba, al contrario, lo que le atormentaba a niveles insólitos era compararse con el marido de Kiara. ¿Qué podía tener esa basura qué no tuviese él? Para nadie era un secreto que Maverick lo acogió con los brazos abiertos y eso era intolerable. Él amaba a Kiara, pero se preguntaba si luchar contra el terco padre tendría sentido…

Igual de malhumorado que antes o incluso más, se sentó en la cama, apoyando el tronco en el cabecero, conteniendo las irrefrenables ganas de invadir el mismo espacio de Kiara y darle un pequeño escarmiento. Follársela era una opción, pero estaba tan desanimado con el encuentro familiar que prefirió mantener las distancias, ya que dadas las circunstancias podría perder el control con ella y no estaba por la labor.

Kiara en cuanto salió de la ducha supo que se encontraría el mismo panorama, pues a pesar de dejar la puerta del baño entreabierta, invitándolo a entrar, no lo había hecho y Enzo jamás desaprovechaba una oportunidad para sublevarla y llevarla a lo más alto. Lo que indicaba claramente el monumental enfado que profesaba. Se tomó más tiempo del normal para secarse y cepillarse el cabello, pensando que ese tiempo extra podría ir a su favor, se colocó la camiseta medio destrozada del policía y tras soltar un enorme suspiro salió a la habitación. Ambos se miraron sin saber muy bien que hacer, hasta que Enzo apartó la mirada de ella, alejando los pensamientos pecaminosos que amenazaban con mandarlo todo a la mierda y poseerla como un animal.

—¿Y bien? ¿Quieres que hablemos?

—Te he dicho que ahora no.

—¿No crees que es mejor que me cuentes las cosas? ¡Vamos! ¡Dime algo! — Le animo ella exasperada.

—Es curioso que tú me alientes a hablar cuando has estado callando durante todo este maldito año —escupió sin más.

Kiara sintió cómo algo se le rompía en el interior. Sí, había callado sus malos tratos durante demasiado tiempo, pero no era razón para atacarla de aquel modo, pensó ella. Enzo inmediatamente al ver la posición de defensa que tomaba se sintió culpable, pero joder… ¡Era lo que pensaba!

—¡Eres un maldito imbécil! —gritó Kiara conteniendo la rabia en sus puños.

Rápidamente se despojó de la camiseta, quedándose en ropa interior y se la lanzó a la cara. ¡A la mierda el polvo! Él apartó la prenda velozmente, justo para ver cómo salía a pasos agigantados de la habitación para meterse en la de invitados con un sonoro portazo. Sí, sin duda la noche no podía ir peor.

Bailando con el amor | Erótica + 18 | Parte 3/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora