Capítulo 20

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Cuidado, a veces las palabras duelen más que los golpes y hacen más daño. – Anónimo.

***

Enzo seguía sin comprender que mierdas hacía conduciendo hacía la casa de Maverick y Briona para tener una “comida familiar”. Sí, alguna que otra vez había acompañado a Dorian a alguna fiesta de cumpleaños, pero ese tipo de eventos no se caracterizaban por ser tan íntimos. Asistía tanta gente que era como una salida entre amigos. Odiaba estas formalidades que además no venían a cuento puesto que desconocía que interés podrían tener ahora los padres de Kiara en invitarlo. Él no quería ir y así se lo hizo saber el mismo día que se lo soltó, como si nada, estando repleta de chocolate. Sin embargo, ella había insistido tanto que esa misma mañana después de asearse y vestirse la había incitado a correr al vehículo antes de que cambiase de opinión. Ella lo había hecho con una enorme sonrisa, pues en realidad ya se había hecho a la idea de que tendría que inventarse una nueva excusa como acostumbraba a hacer con su marido, pero él… Él era otro tema aparte. Su rictus era serio, no había abierto la boca en todo el trayecto y si ejercía un poco más de fuerza con las manos podría hacer trizas el volante de su Mercedes.

—Explícame una vez más que pinto yo en esa jodida comida.

—Ya te lo he dicho, también van Dorian y Mel… —susurró encogiéndose de hombros.

—Tu hermano y su prometida… Esfuérzate un poco más, por favor —solicitó amargado.

—Oye, no tengo ni la más mínima idea de que se le pasó a mi madre por la cabeza para invitarte, pero serias un maleducado si decidieses no ir sin tener un motivo de peso.

—Preciosa, a veces los modales no van conmigo, pero te aseguro que si estoy aquí sentado y conduciendo para ir a una maldita comida que no me compete es por ti.

—Si es así, podrías sonreír y tratar de ser amable… Estas mucho más guapo cuando no te conviertes en un ogro.

—Aclárate, cuando te follo me pides de todo menos amabilidad. Además, ¿en qué momento he pasado de ser el dios del trueno a Shrek?

Kiara se removió inquieta en el asiento. Con Enzo todo era así. Fuego y pasión. Algo que sin duda la encantaba. El sexo con él era apoteósico y en cada encuentro conseguía lo que con muchos era impensable. Restregó los muslos intentando mitigar el calor que se había instalado en su entrepierna justo en el momento en el que llegaban y estacionaba el vehículo junto al Jaguar de su hermano.

—Hulk —dijo sin más mientras abría la puerta para salir cuanto antes de aquel espacio y tomar aire —. Había pensado en el maldito Hulk, no en Shrek.

Enzo sonrió mientras que apagaba el motor de su Mercedes, en cambio esa sonrisa se esfumo cuando la puerta de la familia Moore se abrió y salió Dorian para recibirlos. ¿Por qué diablos había tenido que ceder? Salió del vehículo con cierto disgusto que para su amigo no pasó desapercibido, pues él era el primero que conocía las reticencias que tenía su amigo a ese tipo de reuniones. De hecho, ese fue uno de los motivos por el que Enzo se fue a vivir a New York, la distancia con la familia. No es que no fuese apegado o fuese incapaz de disfrutar de una buena charla con su madre, pero odiaba cuando intentaban meterse en su vida y eso era una constante. No solo en lo personal, sino también en lo laboral.

—Le he dicho a papá que se controle —indicó Dorian abrazando a su hermana.

—Como si eso sirviese de algo… Con un poco de suerte llegaremos al postre.

Dorian la revolvió el pelo, haciéndola reír y esperó impaciente a su amigo para saludarlo como correspondía. Una vez en el interior, Kiara inició la ronda de saludos. Su madre y Melanie la abrazaron con efusividad mientras que su padre la daba un pequeño y escueto beso clavando la vista en el hombre rubio que entraba. Enzo inmediatamente sintió la mirada inquietante del anciano y entonces supo que había ido a su funeral, porque si algo le trasmitía los ojos de Maverick era una clara advertencia. Una pequeña declaración de intenciones, porque de ser necesario, iría a la guerra por su hija. Lo que el padre desconocía, era que él también estaba dispuesto a ello, de hecho, ya había lidiado con el infierno.

Bailando con el amor | Erótica + 18 | Parte 3/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora