Capítulo 42 - Parte 2/2

354 26 42
                                    

El valor de un sentimiento se mide por la cantidad de sacrificio que estás preparado a hacer por él. - John Galsworthy.

***

La situación en el exterior no cambiaba. La empresaria se movía con rapidez alrededor del coche de Enzo aprovechando el giro para golpear con el pie la rueda del vehículo, hecho que le hizo sonreír.

—Ten cuidado, es más duro que tú —dijo para intentar relajar el ambiente.

—¡No me fastidies Enzo! —exclamó acercándose a él — ¿Qué quieres de mí? Dímelo de una vez, porque te juro que no entiendo nada. Esta distancia me quema y tú indiferencia me mata.

El policía tomó el rostro de Kiara entre sus manos y se aproximó tanto que tuvo que hacer un gran esfuerzo para no comérsela allí mismo.

—¿Indiferencia? Si te dijese que no me muero de ganas por besarte te mentiría, porque desde el primer segundo que te vi sueño con ello. Preciosa, soy incapaz de ignorarte cuando te tengo a mi lado. Te quiero como jamás pensé que llegaría a querer a nadie y creeme que es más de lo que hubiese imaginado jamás.

—¿Y por qué no lo haces? —preguntó al borde de las lágrimas — ¿Por qué no me besas?

—Porque si lo hago ahora posiblemente no podré parar. Kiara, considero que a lo largo de nuestra vida y nuestra relación ya hemos sacrificado demasiadas cosas, no quiero que sacrifiques algo tan importante.

—¡No! Me niego a que decidas por mi. Escúchame Enzo, he vivido cerca de tres malditos años pensando que no podría ser madre y haciéndome a la idea de que los únicos niños que acogería como si fueran míos serían los de mi hermano, así que estoy en todo mi derecho de vivir así, bajo esa condición, porque tú eres mucho más importante y no me importa hacerlo.

Enzo era consciente del valor que tenían sus palabras. Pues era difícil renunciar a un sueño de ese calibre, mucho más por amor. Soltó el aire contenido y por una décima de segundo pensó en lo que iba a proponerla. Si aceptaba podrían continuar su relación como hasta ahora, sin embargo, tenía claro que sí se negaba a ello saldría de su vida y esta vez sí sería para siempre.

—Preciosa, dame tiempo, a lo sumo cinco años.

—¿A qué te refieres? —preguntó perdida.

—Cumplamos tu sueño juntos.

Kiara lo miró con evidente sorpresa. ¿Acaso estaba insinuando lo que ella creía? Tragó saliva con dificultad y se aferró a los dedos de Enzo que aún reposaban sobre sus mejillas. Ambos se miraron con anhelo y con la promesa del amor eterno impregnado en sus miradas.

—No puedo… Un hijo es una responsabilidad enorme de por vida. Jamás te pondría en esa situación.

—Tu hermano tenía razón. Siempre me he negado a ello por mis propias vivencias. Me crié con unos padres ausentes y desde entonces he tenido claro que jamás le daría esa vida a un crío. No me lo podría perdonar. Cuando le salvé la vida a aquella niña, supe que si era capaz de dar mi vida por otros, sería capaz de cualquier cosa por los míos. Aún así, me negaba a verlo, hasta que supe el resultado de tu analítica. Ese negativo me golpeó de la manera más inesperada y Dorian también. Le faltó patearme en las pelotas. Solo te pido tiempo. Tiempo para reconducir nuestra vida, asentarnos como pareja, terminar nuestros proyectos laborales y poder darle a esa criatura lo que yo jamás tuve.

—Dijiste que no querías más sacrificios… ¿Cómo catalogarias esto? —preguntó con la emoción impregnada en su voz.

—Crear mi propia familia con la mujer que amo no es un sacrificio, preciosa. Ahora no, y a pesar de que tenía mis dudas al principio de la noche, te diré que sería mi mayor regalo. No puedo negar que me aterra la idea y que necesito asimilar demasiadas cosas, pero… tú querías darlo todo por mi, déjame que lo dé yo.

Bailando con el amor | Erótica + 18 | Parte 3/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora