Bailando con el amor | Erótica + 18 | Parte 3/4 Completa ✅

Capítulo 39

El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma. - Aldous Huxley.

***

Melanie abrazaba y sostenía como podia a Kiara. Ambas se encontraban sentadas en la sala de espera, ansiosas por recibir noticias, pues al llegar, Clark que se encontraba todavía allí les advirtió de que Enzo aún seguía en quirófano. Este iba camino a tres horas, cosa que les generaba más incertidumbre e inseguridad. Su compañero les relató lo sucedido y Kiara pensó indudablemente que Enzo no es que quisiera hacerse el héroe siempre, sino que lo era, ya que no solo lo había sido con ella sino también con aquella cría a la que no conocía de nada. Lo odiaba y lo amaba a partes iguales, pues a pesar de quererlo, detestaba enormemente esa facilidad que tenía para meterse en problemas debido a su puesto de trabajo, aún así, lo respetaba.

Por otro lado, Dorian intentaba aparentar tranquilidad frente a su hermana, aunque la realidad era que su entereza estaba a punto de resquebrajarse. Logan había sido claro. Enzo no solo había perdido mucha sangre sino que la bala le había impactado en el pecho, además el proyectil no había originado un agujero de salida, lo que significaba que estaba alojada dentro y desconocían si habría dañado algún órgano importante. Por lo que en aquel instante los minutos jugaban en su contra, ya que tenía demasiado tiempo para imaginar y cavilar con la salud del policía. Caminó con pesadez al ventanal más cercano y centró la vista en el cielo surcado de nubes. En cuestión de segundos, Melanie se plantó a su lado, reconfortandolo en aquella difícil situación. El abogado miró fugazmente a su hermana que había pasado a llorar en los brazos del compañero de Enzo.

—Gracias por hacer que cogiese la llamada —murmuró besando la frente de la bailarina.

—Estará bien, ya lo verás.

—Si le pasa algo… yo…

Dorian automáticamente se quedó en silencio al verse desbordado por las lágrimas. Lágrimas con un gran significado. Melanie lo abrazó con fuerza mientras que su prometido se descargaba con ella, en silencio, en la intimidad que aquel rincón les permitía tener, pues su prioridad era que Kiara no le viese derrumbado, no a él que debía ser su  mayor apoyo.

—¿Familiares del señor Farrel? —preguntó el doctor mientras atravesaba la puerta de la sala de espera.

Velozmente Kiara se levantó y avanzó hasta el hombre que portaba toda la información que necesitaban saber. A su vez, Dorian eliminó todo rastro de lágrimas que había en su rostro y se aproximó al facultativo, seguido de Logan y Melanie que se encontraban cruzando los dedos, deseosos de obtener buenas noticias.

—¿Cómo está? ¿Cómo se encuentra? —preguntó Kiara con ansiedad.

—Hemos conseguido estabilizarlo. La bala se había quedado alojada muy cerca del pulmón, de hecho, si hubiera recibido el impacto unos centímetros más abajo ahora tendríamos una situación muy diferente. Finalmente hemos conseguido extraerla con éxito, lo que permitirá que el agente Farrel pueda recuperarse favorablemente. Las próximas horas son decisivas, pero los indicios son buenos. En un par de horas lo subiremos a la habitación donde podrán verlo de uno en uno.

Melania abrazó a Kiara mientras que a la vez le cogía la mano a su prometido. Ambos hermanos respiraron aliviados, sin presentir la terrible tormenta que se avecinaba.

—Aprovechad para tomar algo caliente. Si ocurre algo, os avisaré de inmediato. Id tranquilos — Les alentó Logan.

—Gracias. Te subiremos un café —Agradeció Dorian palmeando la espalda del policía.