Capítulo 34

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Un sueño no se hace realidad por arte de magia, necesita sudor, determinación y trabajo duro. - Colin Powell.

***

Dorian observaba obnubilado, desde la distancia, el grandísimo trabajo que había realizado Kiara y por supuesto el equipo de bailarines. La inauguración estaba siendo un rotundo éxito. La gente se agolpaba para ver las instalaciones y solicitar información para inscribirse, aprovechando unas ofertas de lanzamiento que la Moore había sacado en unos enormes carteles que había colgado en la puerta de la entrada. Todavía no había tenido tiempo de acercarse a su morbosa, que con una gigantesca sonrisa atendía a cada posible cliente que se le acercaba para obtener información más detallada. Decidió salir a tomar un poco de aire y fue cuando se quedó contemplando el enorme letrero que le otorgaba nombre a aquel lugar. Sin duda, no podía ser otro; Academia de baile, Sara Connor. El nombre de la abuela de Melanie destacaba por encima de todo, junto a un pequeño logo de una luna. Sonrió con orgullo al ver como poco a poco se iban cumpliendo los sueños de la mujer luchadora que conoció por entonces y que le tenía ciegamente enamorado.

—¡Paso! ¡Paso!

La voz de Kiara le llegó como un vendaval y no era para menos. Al girarse la vio cargando una pila de cajas que sobresalían por encima de su cabeza. Así es, toda ella estaba oculta tras aquella amalgama de cartones lo que le hacía preguntarse cómo diablos veía por donde iba. Enseguida la echo un guante cogiendo la mitad de ellas y liberándola la visión.

—¿Más comida? —preguntó al sentir el agradable aroma del interior.

—No esperábamos tanta gente… Hay que reponer el stand.

—Dudo mucho que la gente que quiera bailar quiera a su vez tragarse todas estas calorías. ¿Eso que huele son croissants?

—Te aseguro que la gente es capaz de permitirse un capricho de vez en cuando. Así que deja de buscar excusas y mueve tu jodido culo ahí adentro.

Kiara pasó por su lado con aires de insuficiencia mientras cargaba algunas de las cajas con mucha menos dificultad, lo que provocó una sonora carcajada en el hombre.

—Neandertal, camina —ordenó desde la entrada haciéndolo callar.

—¿Puede saberse dónde está el Dios del Trueno cuando tanto se le necesita? —bufó al sentirse doblegado por la hermana menor.

—Ha ido a por más comida. No quiero que los clientes de Mel se queden sin su aperitivo porque el goloso de mi hermano decida agenciarse un par de cajas.

—El goloso de tu hermano prefiere hincarle el diente a otra dulce tentación —murmuró al percatarse de que la bailarina salía a su encuentro.

—¡Ahora no! Ya tendrás tiempo después de bailar en horizontal — Le advirtió seriamente —. Así que, mantén tus manos alejadas de mi mejor amiga, al menos, hasta nuevo aviso.

Melanie solo pudo mantener la sonrisa que ya portaba y premiar al abogado con un escueto beso, que por supuesto, a él le sabio a poco. ¿Por qué tenía que haber cargado con todas aquellas cajas? ¡Joder! Si tuviera las manos libres estaba seguro de que su prometida no se hubiera escapado de su lado con tanta facilidad, porque eso había hecho. Escapar al interior de la academia para continuar con su arduo trabajo. Caminó hasta la mesa donde dejó los cartones de mala gana, lo que provocó una carcajada en su hermana…

—Eres un niño mimado. ¿Lo sabías?

—Kiara, no me jodas.

—Con ese malhumor debes llevar unos cuantos días sin follar. ¿Te tiene castigado?

Bailando con el amor | Erótica + 18 | Parte 3/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora