Por la mañana intenté lograr que Matthew corriera conmigo, pero él no pudo seguirme el ritmo y se limitó a trotar un poco antes de hacer una rutina de brazos, piernas y abdominales conmigo.
Matthew: ¿Por cuánto tiempo más tenemos que hacer esto? - Dijo agitado.
- Ya casi terminamos, después de esto tomaremos una ducha.
Matthew se sonrojó un poco y yo supe de inmediato la razón.
- Por separado.
Matthew: Ya lo sé - Se estiró - Hay que darnos prisa. Aún tienes que ir a la entrevista en la cafetería.
Ambos nos despertamos muy temprano, por lo que tenía un poco de tiempo antes de la entrevista.
- Te toca hacer abdominales. Yo sujetaré tus piernas.
Fue divertido sujetar las piernas de Matthew mientras él hacía abdominales, porque cada vez que elevaba su cuerpo se encontraba con mi rostro y me sonreía.
- Te ves tan lindo.
Matthew: ¿Si sabes que eres una gran motivación para hacer las cosas bien?
- Lo mismo digo - Le sonrío - Te quedan solo 5 más.
Matthew: Bien...
- Uno, dos, tres, cua...tro - Espero - y... cinco.
Cuando dije el último número Matthew se acercó más a mi y me besó. A él le gustaba sorprenderme de vez en cuando con pequeños besos.
- Estás usando el bálsamo que te compré - Digo con orgullo.
Matthew: Eso es porque tú eres el responsable de que mis labios estén agrietados - Hizo un puchero.
- Si dejaras de ser tan lindo, no tendrías problema con eso - Me pongo de pie - Regresamos ahora.
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Después de entrenar y tomar una ducha, regresé a mi cuarto para alistarme, junto con Matthew.
