Antes de ir a la cena, decidí darle mis obsequios a Hao, por lo que lo llevé hasta mi habitación para sorprenderlo.
- Puedes abrir los ojos - Le digo - Prenderé las luces.
Zhang Hao: ¿Qué es esto? - Sonrió.
Le lancé unos papeles y comencé a cantar mientras le entregaba mi primer obsequio.
Zhan Hao: ¿Me compraste un estuche para mi violín?
- Ya tienes estuches, pero este es distinto, porque mira - Lo señalo - Le bordé tu nombre a mano junto a un panda.
Zhang Hao: Es el mejor obsequio que me han dado - Dijo mientras lo miraba - Lo usaré a diario.
Cuando los ojos de Hao se iluminaban significaba que él estaba muy feliz y eso era todo lo que me importaba.
Zhang Hao: Gracias amor - Me abrazó.
- Entonces te gustó - Digo con felicidad - Pero eso no es todo.
Le coloqué un gorro de cumpleaños y luego saqué de mi escritorio un pequeño pastel de cumpleaños y unas flores.
- También lo hice por mi cuenta - Me acerco - ¿Quieres pedir tus deseos ahora o esperamos a la cena?
Zhang Hao: Ahora - Dijo con entusiasmo.
Volví a bajar las luces y encendí las velas, para después cantarle una vez más.
- ¡Felicidades amor! - Beso su mejilla - Te amo.
Tomé un poco de pastel y maché su rostro, pero Hao tomó mi mano y la lamió.
Zhang Hao: Te amo - Me besó.
- Sabes a dulce.
Zhang Hao: Tú igual - Lamió sus labios - Tus obsequios son hermosos, como tú.
Había trabajado duro durante las vacaciones para poder comprarle el estuche, ya que era realmente costoso, pero todo ese esfuerzo había valido la pena.
- ¿A qué hora tenemos la reservación?
Zhang Hao: Dentro de media hora - Miró su teléfono - Limpiaré mi rostro y nos iremos - Me besó - Tú conducirás.
- Hoy estoy a tu disposición, pero no en todo - Le advierto.
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