La inesperada visita continuaba charlando con aquel hombre junto a la puerta, impidiéndole continuar con sus quehaceres y deberes mucho más importantes que aquello.
Grell: Por cierto, he traído un pequeño presente. -Dijo mostrando y entregándole una bolsa al azabache- Es para que podamos empezar una buena relación de vecinos.
Sebastian: Ya veo. No tenía que molestarse, Madame. -Decía al mismo tiempo que tomaba la bolsa en sus manos- Su sola presencia, ya es grata para mí.
Grell: ¡¡Pero, Qué Guapo!! -Exclamó sin pena o pesar alguno.
Un intenso color rosa decoró el terso rostro de la mujer en un sonrojo, siéndole casi imposible contenerse ante la amabilidad de su vecino.
Sebastian: My Lady, ¿Se encuentra bien? Su nariz sangra. -Le hizo notar de inmediato su hemorragia.
Grell: ¿Eh? Sí, sí, estoy bien. -Decía Cubriendo su nariz de inmediato para que no la mirase- Pasa a menudo, así que no tiene de que preocuparse.
Sebastian: Aquí tiene. -Le ofreció un pequeño pañuelo que sacó de su bolsillo- ¿Está usted segura? Podría tratarla, solo por precaución. -Habló amablemente con falsa preocupación.
Grell: Estoy bien. Solo es un pequeño defecto mío, eso es todo. -Dijo- En todo caso, creo que me vendría bien una taza de té, ¿Sería usted tan amable de brindármela?
De a poco, la mujer comenzaba a sacar sus dotes "Atrapa Hombres" los cuales, nunca fallaban y siempre la hacían tener todo a su favor.
Sin embargo, aquel hombre que intentaba poner a su merced, no era cualquier hombre y este no se dejaría llevar por dulces palabras, suaves propuestas o roces intensos.
Él era mucho más que eso.
Sebastian: Estoy muy apenado con usted, My Lady. -Se inclinó suavemente frente a ella- Pero como sabrá... Acabamos de mudarnos y tenemos mucho que desempacar y desempolvar. En serio lo lamento.
¿Nosotros? Pensaba la mujer a lo que posiblemente se refería el azabache.
De repente, la puerta detrás de aquel hombre se abrió un poco más y del otro lado, se mostró a un hermoso joven de cabellos azulinos, piel clara y ojos color zafiro muy hermosos.
Ciel: Padre, ¿Quién tocaba la puerta? -Preguntaba al hombre, fingiendo percatarse recién de aquella mujer en el umbral de la puerta.
Tanto ciel como aquella mujer se miraron desconcertados, cosa que no pasó desapercibida para el azabache, el cual decidió que lo mejor era presentarlos como era debido.
El hombre al ser un poco alto, tuvo que ponerse a la altura de "su hijo" para tomarlo por los hombros y comenzar con la presentación.
Sebastian: Hijo ella es la Señorita Sutcliff y.-
Grell: Por favor, llámeme Grell. -Le pidió y corrigió de inmediato, sin dejar de lado su carisma.
Él solo asintió, dándole a entender que así lo haría.
Sebastian: La señorita Grell es nuestra nueva vecina. Por favor, trátala con respeto.
Grell: Un Gusto...
La mujer extendió su mano, igual que la primera vez, siendo analizada por unos segundos por aquellos ojos que la miraban con mucha seriedad.
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Solo Mio
RandomEnamorarse, es una hermosa etapa en la vida de cualquier persona, que se disfruta mucho más en la adolescencia. Sin embargo, este no parecía ser el caso para Sebastian Michaelis, un hombre de 27 años, sirviente (Mayordomo) de la mansión Phantomhive...