Capitulo 34

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POV. Ciel

Amaneció.

Me levanté de mi cama, a pesar de no saber cómo empezar el día de hoy y es que, es normal aquello. Nunca nadie podría predecir lo que sucedería de un día para otro. Pero, ¿predecir lo que sucedería en dos años? Quizas, haya una cierta posibilidad de saberlo.

Han pasado ya 2 años desde lo ocurrido la última vez. Hoy es mi cumpleaños N° 16 y sí, sé que debería estar feliz por ello; hoy entro a una nueva etapa de la pubertad, de mi adolescencia y por supuesto, de mi vida. Pero lo cierto es que no lo estoy.

¿La razón?

Pues hoy es el día en que me caso con la persona que estará a mi lado todo el resto de mi vida. Y sí, aquí en Londres es muy común comprometer y casar a muy temprana edad a los hijos de condes y reyes, y por desgracia, yo soy uno de ellos.

Mi padre, el Conde Phantomhive, tomó una decisión apresurada y ni siquiera le importó mi vulnerabilidad en aquel momento. Me hizo prometer que aceptaría a la chica que él eligiera como mi esposa, y yo lo hice. Lo hice.

Su nombre es Sullivan Sieglinde, hija del teniente Wolfram Gelzer, un oficial de alto rango en el ejército alemán. Aunque los rumores dicen que no es su hija, sino su sobrina, hija de su hermano. Esto es lo de menos, lo importante ahora es que hoy compartiremos nupcias de por vida y eso me tiene un poco nervioso.

Aunque no la conozco realmente, hemos hablado por correo y por como se expresa y cuenta de su vida, deduzco que se trata de una niña muy tierna. Digo niña porque soy dos años mayor que ella, así que prácticamente, sí, es solo una niña.

Todo marcha de maravilla.

POV. T/N

Todos esos recuerdos llegaban a Ciel de una manera inmesurable y sin ninguna razón mientras observaba desde su lugar el frío paisaje del amanecer. Al cabo de un rato, algo o mejor dicho alguien, llamó a su puerta.

Ciel: Adelante. -Respondió, sin despegar la mirada del paisaje.

- Joven amo...

Ciel volvió su mirada y vio a un hombre alto y de buena presencia, vestido con las mismas prendas que alguna vez le pertenecieron a su amado y que le lucían tan bien.

El joven no dijo nada, solo devolvió su mirada a su lugar y continuó observando.

- Joven amo, no debería estar en la ventana. Hace frío, podría enfermarse.

Ciel (16años): Dime algo, Jeremy... -Miró al hombre con mucho detenimiento y determinación- ¿Cuán débil crees que soy?

Jeremy (39años): ...

Ante el silencio y la confusión del hombre, Ciel sonrió, pues ya había conseguido su cometido.

Ciel: Era una broma. -Dijo finalmente, mostrando una amable sonrisa y alejándose de su lugar para luego acercarse al hombre- Me ducharé. Luego bajaré a desayunar, ¿entendido?

Jeremy: ¿No desea que le ayude?

Ciel: No, así está bien. Tu ve y encárgate de lo demás.

Jeremy: Entendido.

El hombre de cabello castaño hizo una leve reverencia y luego se marchó del lugar, dejando al joven de nuevo en el miserable vacío que existía en su mente.

• • •

Los minutos pasaron y finalmente, Ciel estuvo listo para bajar.

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