CAPITULO EXTRA: BODA
El día de la boda llegó finalmente, el evento tan esperado por los novios y sus seres queridos. La sala estaba decorada hermosamente, el banquete estaba listo y los invitados comenzaban a llegar. Mientras tanto, los anfitriones se preparaban en sus respectivas habitaciones.
Toc... toc...
Ciel: Adelante.
En ese momento, mientras Ciel se arreglaba, alguien tocó a su puerta, sorprendiéndolo. Sin embargo, decidió permitirle la entrada al misterioso visitante sin imaginarse de quien se trataba.
Ciel: Sebastian, ¿qué haces aquí? Se supone que no debemos vernos antes de la boda. -Expresó confuso al ver a su futuro esposo en el lugar.
Sebastian: Creo que esa tradición solo aplica a las parejas heterosexuales. -Respondió, acercándose a Ciel y admirándolo con una sonrisa en el rostro.
Ciel: ¿Te gusta cómo me veo? -Le preguntó, pero parecía estar muy distraído.
Sebastian: Te ves hermoso... -Respondió, tomándolo de la mano y haciéndolo dar una vuelta- como un ángel.
Ciel: O como un demonio...
Sebastian: Jaja. Un lindo demonio... -Lo abrazó por detrás mientras se reflejaban juntos en el espejo- Por fin nos vamos a casar, ¿no sientes que esto es como un sueño?
Ciel: Sí... parece un sueño. -Respondió con alegría, pero luego su tono se tornó un poco triste- Solo... desearía que las cosas fueran diferentes. Que mi padre lo hubiera aceptado y aunque no hubiera venido a la ceremonia, eso habría sido suficiente para mí.
Sebastian: No pienses en eso ahora, no en un momento como este. -Dijo, girándolo para que lo mirara- Vamos, sonríe... me encanta verte así.
El chico se sintió momentáneamente triste al recordar a su padre, pero las palabras de amor del hombre al que amaba le cambiaron el ánimo por completo.
Sonrió.
Sebastian: Así me gusta más. Estás hermoso. -Le elogió, atrayéndolo de nuevo hacia él, pero esta vez para darle un beso.
Ciel: Mmm, Sebastian... -Logró separarse, deteniendo el beso que amenazaba con intensificarse- No deberíamos...
Sebastian: ¿Por qué no? Prácticamente ya somos esposos. -Dijo con voz melosa mientras se escondía en su cuello y le daba besos tiernos.
Ciel: L- La ceremonia está a punto de comenzar.
Sebastian: Aún tenemos un poco de tiempo. Vamos, Ciel... solo serán 5 minutos. -Insistió con ternura tratando de convencer a su joven esposo.
Ciel: Está bien. -Aceptó, haciendo feliz a su amado- Pero solo 5 minutos y no te excedas, no quiero que manches mi traje.
Sebastian: Como quieras, querido.
Sus labios se unieron de nuevo, esta vez profundizando el beso.
Los minutos pasaron y todo estaba listo abajo para la ceremonia, faltaba solo un pequeño detalle: Los novios.
Ciel: ¡Ah! ¡Sebastian, debemos parar! -Dijo con dificultad, siendo envuelto por la pasión desenfrenada de su futuro esposo.
Sebastian: Solo un poco más, estoy a punto de venirme. -Respondió, agarrando con más fuerza las caderas de Ciel para aumentar el placer que le brindaba.
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Solo Mio
RandomEnamorarse, es una hermosa etapa en la vida de cualquier persona, que se disfruta mucho más en la adolescencia. Sin embargo, este no parecía ser el caso para Sebastian Michaelis, un hombre de 27 años, sirviente (Mayordomo) de la mansión Phantomhive...