Era una hermosa mañana de verano en la ciudad de Londres. Los rayos del sol brillaban intensamente, iluminando la ciudad y alegrando a sus habitantes. Era el momento perfecto para disfrutar de un helado, salir con amigos o pasar el día en el parque. Sin embargo, para el pequeño Ciel, nada de eso era posible. Su padre, el conde Vincent Phantomhive, era muy cuidadoso debido a la condición de salud de su hijo y temía que pudiera tener un ataque de asma si salía a jugar al parque o comía helado.
Es por eso que, para Ciel el gran jardín de la mansión es un buen sustituto para un parque. Y ahora mismo, se encontraba demostrándoselo a alguien más.
Ciel (10años): Y estas son rosas azules, traídas desde Asia. Mi padre las mandó plantar porque tienen el mismo color que los ojos de mi madre. -Concluyó su relato, orgulloso.
Sebastian (24años: Son diferentes a las que suelen verse, pero no dejan de ser hermosas. -Comentó.
El pequeño se ruborizó ligeramente al ver la sonrisa de Sebastian. Por lo que, trató de cambiar de tema rápidamente.
Ciel: Entonces, ¿tú serás mi nuevo mayordomo? -Preguntó, tímidamente.
Sebastian: Sí, mi lord. Mi nombre es Sebastian y a partir de ahora, le serviré exclusivamente a usted. -Dijo, causando una sensación distinta en el joven.
Ciel: ¿Cuántos años tienes? -Preguntó repentinamente, sintiéndose un tanto avergonzado. Aunque a Sebastian le pareció extraño, respondió tranquilamente.
Sebastian: Tengo 24 años, mi lord. ¿Por qué lo pregunta?
Ciel se sintió un poco triste al escuchar esa respuesta y se avergonzó de haber pensado de manera diferente.
Ciel: No es nada. -Apretó fuertemente sus manos.
Fin del flashback.
• • •
POV. T/N
Horas habían pasado y Ciel seguía sin despertar. Sebastian observaba a su amado recostado en el sofá, reprochandose por lo que había hecho. Aunque no mostraba arrepentimiento.
Sebastian: Maldición, creo que me pasé. No debí usar el formol. -Suspiró pesadamente- Ciel, maldita sea... si solo me hubieras escuchado. Si me hubieras dejado explicarte, no habríamos llegado a esto.
Un dolor de cabeza comenzaba a atormentarlo y su conciencia lo torturaba. Sabía perfectamente que lo que estaba haciendo era incorrecto. Si alguien lo descubriera y lo denunciara, estaría en serios problemas. A pesar de todo, decidió seguir adelante con su "estrategia", pero ahora se arrepiente y es demasiado tarde.
Ciel: uhh... mm.
Ciel comenzó a despertar repentinamente, lo que fue un alivio para Sebastian, quien se acercó rápidamente para brindarle ayuda.
Sebastian: Tranquilo... con calma.
Ciel: ¿S-sebastian?
Sebastian: Estoy aquí, cariño.
Con cuidado, Sebastian ayudó a Ciel a recostarse en el sofá y colocó una almohada detrás de él para mayor comodidad.
Sebastian: ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?
Ciel: A-agua...
Sebastian: Claro.
Sebastian fue a la cocina y regresó con un vaso de agua fresca, que ayudó al joven a beber.
ESTÁS LEYENDO
Solo Mio
RandomEnamorarse, es una hermosa etapa en la vida de cualquier persona, que se disfruta mucho más en la adolescencia. Sin embargo, este no parecía ser el caso para Sebastian Michaelis, un hombre de 27 años, sirviente (Mayordomo) de la mansión Phantomhive...