Ciel: Así que, tú eres Claude... -Habló con asombro y arrepentimiento inmediato- Yo, realmente, no lo sabía.
Claude: Ya veo que no. -Dijo tocando suavemente el golpe en su rostro- Mi nombre es Claude Faustus y soy el hermano menor de este idiota, aunque parezca que no.
Sebastian: ¿Qué quieres decir?
Aquel hombre de ojos color ámbar y lentes de por medio, dedicó una última mirada al azulino antes de volverse contra ambos.
Claude: Ven... Debemos hablar. -Dijo- A solas.
Su hermano entendió y lo siguió hasta la misma habitación en la que hace unos momentos se encontraba encerrado el muchacho pidiendo ayuda. Cerraron la puerta para tener un poco más de privacidad y así, conversar a gusto.
Sebastian: ¿Qué sucede? ¿De qué quieres hablar? -Preguntó confusamente sobre la repentina solicitud del hombre.
Claude: ¿Cómo que "Qué sucede"? Acaso, ¿Te volviste loco? -Espetó sumamente bajo.
Sebastian: Porque deduces que lo hice, Claude.
Fueron solo unas pocas palabras que apenas y lograron compartir entre sí, y este hombre con cabellos azabaches y ojos color ámbar ya se encontraba completamente histérico ante lo dicho con cínidad por su contrario.
Claude: ¿¡Por qué!? ¡Bien, veamos...! ¡Será acaso porque acabas de secuestrar al hijo de una de las personas más despiadadas de Londres, y yo, acabo de ayudarte! -Dijo- ¿Qué tienes en tu cabeza, Sebastian? ¿Qué?
El hombre ligeramente sulfúrico fue de un lado a otro sin saber qué hacer.
Sebastian: Deberías calmarte. -Le sugirió con tranquilidad- Eres Joven, pero no llegarás a viejo si-.
Claude: No. No, no, no te atrevas a decirme que me calme... -Negó rápidamente y entre dientes- Acabas de meterme en un gran lío. No sé cómo decirle sobre esto al anciano.
Sebastian: ¡Oye, espera! No puedes decirle. -Detuvo su andar desenfrenado con aquello- Él no debe saberlo.
Claude: ¿Qué?
Sebastian: Es más, nadie debería saber sobre este tema al respecto. -Le decía al mismo tiempo que posaba su dedo índice sobre sus labios, indicando con este que guardara silencio.
Su contrario se zafó del ligero agarre de sus brazos.
Claude: Suéltame. -Habló con fastidio, dándole la espalda- En primer lugar, yo no debería estar involucrado en esto.
Sebastian: ¿Y por qué me ayudaste entonces? -Preguntó- ¿Por qué acudiste a mí, apenas y dije que necesitaba tu ayuda?
Claude: Porque eres mi hermano y tampoco, pensé que se trataría de ese mocoso...
Sebastian: Su nombre es Ciel. -Le corrigió simpáticamente- Además, si te hubiera dicho que se trataba del hijo de Vincent Phantomhive, te hubieras negado.
Claude: Con justa razón, ¿No lo crees? -Dijo- Eres el mayor, actúa como tal.
Sebastian: Vamos, Claude... No seas tan cruel. Acaso, ¿Sigues enojado por no haberme puesto en contacto contigo en todo este tiempo? Sí es así, entonces-.
Claude: No es el caso. -Negó rápidamente- Por mí puedes tomar un barco y perderte en el mar.
Sebastian: Es agradable por tu parte decirme eso.
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Solo Mio
RandomEnamorarse, es una hermosa etapa en la vida de cualquier persona, que se disfruta mucho más en la adolescencia. Sin embargo, este no parecía ser el caso para Sebastian Michaelis, un hombre de 27 años, sirviente (Mayordomo) de la mansión Phantomhive...