EXTRA #1

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Capitulo extra: recuerdos del ayer.

Londres/ 7Am

Claude (10años): ¡Hermano! ¡Hermano, despierta! -Exclamaba el pequeño azabache mientras intentaba despertar a su hermano, quien aún dormía plácidamente.

Sebastian (11años): Ah... ¿Claude? ¿Qué haces despierto tan temprano? -Lo miró con confusión, todavía soñoliento.

Claude: Hoy llegan papá y mamá de Francia, Sebastian. ¡Debes levantarte para recibirlos juntos!

Sebastian: ¡Ah, tienes razón! -Exclamó, levantándose de inmediato y rebuscando en su armario su ropa favorita- Lo había olvidado por completo. Debo darme prisa.

Claude: Estaré abajo con Petter, preparando el desayuno.

Sebastian: ¿Podrías decirle a Petter que prepare waffles para papá y crepas para mamá?

Claude: ¡Sí!

Sin más, ambos se separaron para realizar sus tareas. El mayor se apresuró a meterse en la ducha para lucir presentable cuando sus padres llegaran, mientras que el menor bajó rápidamente las escaleras de la gran mansión y corrió hasta la cocina, donde se encontró con el joven chef del lugar.

Petter: ¡Oh, vaya! ¡Parece que te has levantado muy temprano hoy, Claude!

Claude: ¡Petter, no hay tiempo que perder! ¡Papá y mamá vendrán en poco tiempo, así que tenemos que tener todo listo para su llegada!

Petter: Oh, tienes razón... los amos pronto estarán aquí, así que será mejor que ponga la mesa.

Claude: ¡Sí, y-!

Petter: Waffles para el señor y crepas para la señora. Lo tengo. -Le guiñó un ojo.

Claude: No lo olvides.

Petter: No lo haré...

Ahora, el hombre se unía a los pequeños en su emocionante sorpresa. Todos pusieron manos a la obra.

El joven cocinero manejaba los utensilios de cocina con una velocidad y agilidad tan impresionante que llamaba la atención del joven azabache, quien admiraba cada uno de sus movimientos con asombro. Al poco tiempo de informarles sobre el desayuno, el hombre ya lo tenía listo en un abrir y cerrar de ojos.

Sebastian: Estoy listo, ¿en qué puedo ayudar? -Se apresuró a preguntar apenas apareció en el lugar.

Petter: Buenos días, Joven Sebastian. -Le saludó- Llega a tiempo. Estábamos a punto de poner la mesa, ¿por qué no nos acompaña?

Sebastian: Sí.

Sin más, el muchacho junto con su hermano y aquel cocinero comenzaron a poner juntos la mesa. Adornándola adecuadamente para la llegada de sus padres y amos.

Cuando todo estuvo listo, solo restaba esperar un poco por la llegada de los muy esperados anfitriones. Pasaron minutos, pasaron horas, pero aún no llegaban y eso entristecía a los jóvenes que con mucho esmero habían arreglado todo para recibirlos.

El reloj de la cocina marcó las 9:30 AM. Habían pasado dos horas y media desde que estaban esperando. Incluso, el desayuno se estaba enfriando y el hombre lo sabía.

Sin embargo, a aquel joven cocinero le apenaba tener que decirle a los jóvenes que quizás deban comenzar sin sus padres. Pero aún así, debía hacerlo.

Petter: Eh, chicos... ¿qué les parece si-?

*Ding dong...

De repente, el sonido de aquel timbre frenó toda palabra que quería decir, llevándolo a tranquilizarse un poco y a aquellos niños a emocionarse mucho más.

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