Capitulo 36

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Las horas pasaron y todo parecía volver a la normalidad. Ciel se despertó confundido por el repentino dolor de cabeza y su regreso a su habitación.

Ciel: ¿Uh? ¿Dónde estoy? ¿Y, cómo fue que llegué aquí?

Tanaka: Joven amo... -Se acercó rápidamente para ayudarlo- ¿Se encuentra usted bien?

Ciel: Lo estoy, Tanaka. Pero, ¿qué fue lo que sucedió?

Tanaka: ¿No lo recuerda? Acaba de sufrir un ataque de asma, y producto de ello, se desmayó. Lo traje inmediatamente aquí.

Ciel: Ack... -Se quejaba fuertemente, ante el dolor que no daba tregüa en él.

Tanaka: Cálmese. Debe ser producto del medicamento, pero pronto dejará de dolerle.

Ciel: ¡Agh! ¿Dónde están los demás?

Tanaka: Cumpliendo con sus labores como debe ser. -Respondió con mucha simpleza y seguridad.

Ciel: ¿Y Sebastian? -Preguntó logrando hacer que el anciano recordara al fugitivo hombre.

Tanaka: Él renunció a la mansión, Joven amo. Sebastian, no es más un mayordomo de Phantomhive.

Por segunda vez, esa frase hacía gran eco en la cabeza Ciel quien parecía estar a punto de reaccionar como la última vez. Afortunadamente, el joven notó su error y decidió disimularlo.

Ciel: Eso... eso no es lo que quiero saber. Lo que quiero saber es, ¿por qué renunció al puesto? ¿Acaso, sabes algo Tanaka?

Tanaka: En lo absoluto, señorito. De haberlo sabido, se lo hubiera dicho.

Ciel: Entiendo. -Suspiró levemente.

Ciel parecía afligido por la partida de su mayordomo, pero logró disimularlo. Tal vez no lo había ocultado bien al principio, pero tampoco levantó sospechas.

Tanaka: Joven amo, el doctor ha recomendado que descanse después de tomar su medicina. Debería aprovechar para recuperarse y dejar de preocuparse por asuntos que no le conciernen en este momento.

Ciel: Tienes razón, Tanaka. No debería darle tanta importancia. -Suspiró, tratando de restarle peso al asunto.

Tanaka: Me alegra que esté de acuerdo. Ahora, si me disculpa, debo ver cómo está Baldroy con la...

Ciel: Espera... -Lo detuvo abruptamente- ¿Podrías prestarme tu celular? Necesito llamar a mi padre.

Tanaka: ¿A su padre? Pero el Amo Vincent vendrá pronto. Ya se le ha informado sobre la situación.

Ciel: No dudo que así haya sido, pero quisiera asegurarme de que vendrá, así que... -Extendió la mano para pedir el teléfono, y Tanaka comprendió su solicitud- Gracias.

Sin más, el hombre se alejó de aquel lugar, dándole al joven la oportunidad de hablar a solas con su padre. Sin embargo, la pequeña carisma que caracterizaba al chico desapareció por completo en cuanto el hombre se marchó, dejando tras de sí una expresión sombría y fría.

Rápidamente, el joven empezó a buscar entre los contactos del hombre y encontró uno en particular: Sebastian hijo❤. Marcó aquel número y comenzó a llamar. Lamentablemente para Ciel, el hombre nunca respondió ninguna de sus llamadas, lo que le hizo entrar en pánico de inmediato y lanzar el celular al suelo con una furia avasalladora.

Ciel: ¡Maldita sea, Sebastian! ¿Por qué diablos no contestas?

En ese momento, Ciel pudo escuchar unos pasos apresurados acercándose a su habitación, por lo que decidió actuar rápidamente.

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