Capitulo 31

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Durante la mañana, padre e hijo disfrutaban de un desayuno juntos mientras eran atendidos por sus respectivos mayordomos.

Vincent: El día de hoy, no regresaré a casa. Tengo una junta importante con socios de la fábrica, asi que no me esperen para cenar. -Anunció con toda calma y tranquilidad, volviendo a su homelet.

Ciel: Entonces, ¿no volverás hoy? -Le preguntó, a lo que este le observó atento- Hmmph. No me sorprende. Siempre estas muy ocupado con tus socios y el trabajo.

Vincent: ¿A qué te refieres, Ciel?

Ciel: Oh, a nada en lo absoluto. Tu no te preocupes, asiste a tu reunión con tranquilidad. -Le dijo, sonriendo dulcemente al final.

Al mayor, esto no le pareció, en lo absoluto sospechoso, por lo que decidió simplemente dejar pasar el asunto y continuar con su desayuno.

Vincent: A propósito, Ciel... me contaron que colapsaste ayer en el suelo. -Le dijo mientras el muchacho le miraba sorprendido y muy confuso- Ah, lo sospechaba. ¿Por qué no me lo dijíste?

Ciel: S-solo fue... un pequeño cuadro de débilidad, eso es todo. -Respondió indiferente.

Vincent: Pudo haber sido algo más serio, era necesario que me lo dijeras. -Insistió, elevando el tono de su voz- Si no fuera por Sebastian, quién sabe cuándo me hubiera enterado de esto.

Al decir esto último, el ojiazul dirigió su mirada acusadora al azabache quien solo sonrió al verlo.

Sebastian: Lo lamento, Joven Amo, pero debía hacerlo. -Fue lo único que dijo para disculparse con el chico.

Vincent: No, tu no tienes de qué disculparte, Sebastian. Hiciste lo correcto al contarme algo así y te agradezco por ello.

Sebastian: Es mi trabajo, Amo Vincent. -Se inclinó levemente con su mano en su pecho.

Ciel observó a Sebastian y se dio cuenta de que estaba actuando de manera convincente para hacer creíble su mentira, por lo que decidió seguir el juego y disculparse con su padre.

Ciel: Lo siento, pero no quería que te preocuparás por nada. Ibas directo a una junta importante y no quería ser un obstáculo en tus planes, padre. -Dijo, logrando que sus palabras sonaran verdaderas y llenas de preocupación.

El hombre comprendió la situación, pero aún así, no dejó de lado su enojo.

Vincent: Entiendo que es una reunión importante, pero aun así, habría preferido cancelarla. Mi mayor preocupación es tu salud, hijo. -Expresó con una mezcla de enojo, cariño y preocupación- Por eso, he decidido contratar a un médico personal para ti. Será alguien que esté pendiente de tu bienestar, te vigile y me informe si necesitas algún medicamento adicional.

La noticia fue sorprendente, tanto para Ciel como para su mayordomo, quien hizo todo lo posible por ocultar su sorpresa, algo que el joven no logró hacer.

Ciel: ¡¿Qué?!

Vincent: ¿Qué sucede, Ciel? Parece que la idea te molesta. -Señaló su punto.

Ciel: Pues, claro que me molesta... ¿cómo puedes decidir algo como eso sin siquiera preguntarme?

Vincent: Bueno, como tu padre, tengo el poder de tomar decisiones sin consultarte. -Respondió con dureza- Así que está decidido. Esta tarde vendrá el doctor a verte y se quedará en el cuarto de huéspedes. Sebastian... -Dirigió la mirada hacia él.

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