Capitulo 33

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Muy bien... aquí lo tienen.
Antes de empezar quiero dejar advirtiendo que yo no pago terapias ni nada por estilo, asi que desde aquí si continuan leyendo será bajo su supervisión.

La música de arriba pueden irla escuchando mientras leen o pueden esperar a cuando les indique. Esa es decisión suya.

Sin nada más que decir: empezemos😊

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POV. Ciel

Al fin, la mañana ha llegado. Aparece tan fresca y radiante. Los pájaros entonan su melodiosa canción que me despierta al ritmo de su compás y me hace darme cuenta de algo importante.

Ciel: Hoy es el día...

Me puse de pie rápidamente y arreglé mi cama con prisa, después me dirigí a la ducha para disfrutar de un refrescante baño de burbujas.

Me sentía bien. Me sentía aliviado.

Hoy por fin es el día en el que Sebastian y yo regresaremos a casa. No puedo esperar para acurrucarme a su lado y quedarme dormido mientras vemos viejas películas de terror que ahora solo nos hacen reír.

Me levanté temprano para poder hacer algunas cosas antes de irnos. Sin embargo, estoy seguro de que mi guapo mayordomo ya se ha encargado de todo.

Sebastian: ¿Estabas en la ducha? -Preguntó de repente, percatandose de mi presencia de vuelta en la habitación.

Ciel: Sí, es cierto... -Respondí, encantado por el delicioso aroma que invadía mis sentidos- Hmm... el té huele exquisito.

Sebastian: Lo preparé exactamente como te gusta. A tu gusto y medida. -Dijo burlonamente, sirviéndome una taza y entregándomela con delicadeza.

Me senté en la cama y comencé a disfrutar lentamente de cada sorbo de aquel té tan delicioso. Estaba tan absorto en su sabor que me olvidé de secar mi cabello y este seguía goteando agua sobre mí.

Sebastian: Hoy te ves increíblemente hermoso. -Dijo, tomando la iniciativa y secando el resto de mi cabello con una toalla.

Ciel: Parece que siempre me veo mal.

Sebastian: Diría más bien que rara vez te encuentras de buen ánimo como para sonreír. -Agregó- Aunque debo admitir que esa sonrisa te queda muy bien.

Ahí está, el Sebastian que siempre se burla de mí. El mismo que me impulsa a seguir adelante y al mismo tiempo, me hace caer con sus bromas pesadas. Aunque... después de la venganza de ayer, dudo que vuelva a intentar jugarme otra broma pesada. Jajaja.

Tengo suerte de que no se haya enfadado.

Ciel: Hoy nos marchamos, ¿verdad, Sebastian?

Sebastian: Así es... hoy regresaremos a casa, pero esta vez no habrá necesidad de volver.

Esa idea me agradaba, aunque también me preocupaba un pequeño detalle de todo esto.

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*Toc... Toc... Toc...

Ciel: Adelante.

Vincent: Ciel...

Ciel: Padre. -Me levanté de inmediato al verlo- Por favor, entra...

Se acercó con determinación a mi escritorio y se sentó en una silla extra que estaba reservada exclusivamente para él.

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