Me encontraba delante de la puerta de la Universidad de Barcelona.
Cogí aire un par de veces y después lo solté rezando para que todo fuese bien.
Como los chicos dijeron, gracias a mis buenas notas conseguí que me trasladasen a aquella Universidad.
Entré por las puertas y vi a muchísima gente andando de un lado a otro con sus mochilas y libros.
Fui a jefatura para que me diesen el horario y cuando lo conseguí fui hasta mi taquilla con mis nuevas llaves y la abrí dejando algunos libros dentro.
– ¿Eres nueva no?
Cerré la taquilla y miré a quien me había hablado.
Era un chico, alto, con el pelo rubio y de ojos claritos.
Era guapo, sin duda.
– Exacto.– le respondí sonriendo.
– No pasa nada, te acostumbrarás.
Yo reí un poco más relajada.
– Ven, voy a presentarte a mis amigos.
Le seguí hasta un pequeño círculo de gente y entonces fue presentándomelos uno a uno.
Una de las chicas de ese grupo me sentó a su lado y empezó a interrogarme.
Me enteré de que ella quería hacer marketing también y que le gustaba pintar y hacer fotos.
Siendo sincera me cayó genial.
Cuando llegamos a la clase se sentó al lado mía sonriéndome.
– Es verdad, no me he presentado, soy Carla.
– Jade, encantada.– respondí sonriendo.
Ella asintió y entonces el profesor entró por la puerta.
Llevaba dos clases y siendo sincera todo me parecía demasiado fácil.
Cuando las clases acabaron salí para ir a coger el autobús, pero frené al ver a tanta gente aglomerada delante de la puerta.
Carla y yo nos acercamos para saber que ocurría y entonces vi a Pedri en un Maserati.
Abrí los ojos y salí corriendo hasta el coche.
Él me miró sonriendo y me abrió la puerta.
La gente me miraba y yo entré en su coche para ponerme el cinturón.
Él entró después y tras ponerse el cinturón, arrancó.
– ¿Podías ser menos disimulado?– pregunté riendo.
– Lo siento, es que tenía ganas de venir a recogerte.
Sonreí y cuando llegamos a casa entramos.
Fer estaba en la cocina, con un delantal puesto y dándole la vuelta a la tortilla de patatas.
Yo lo miré intentando que se pusiera nervioso, pero no funcionó.
Cuando terminó, entre Pedri y yo pusimos la mesa y nos sentamos a comer.
– ¿Qué tal el primer día?
– Pues bueno, al principio era una marginada, luego me acogieron en un grupo, y ahora voy a ser reconocida en todas las clases.
– ¿Por?– preguntó Fer.
– Porque a tu querido hermano no se le ha ocurrido nada mejor que venir a buscarme en un Maserati, que por cierto ¿de dónde demonios lo has sacado?
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𝐌𝐎𝐓𝐇 𝐓𝐎 𝐀 𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄 +18 | Pedri
Teen FictionCuando Jade vuela con Lucas, su maravilloso y perfecto novio a Canarias de vacaciones, era para solucionar algunas de las lagunas que tenían como pareja. Lo que ella no sabía es que iba a cruzarse con alguien que que le iba a hacer cuestionarse si...