XXXI

9.1K 304 10
                                    

Tras aquella visita algo inoportuna de mi madre Pedri estaba que no se separaba de mí.

Me seguía a todas partes, incluso cuando necesitaba orinar.

Creo que pensaba que iba a derrumbarme si me quedaba sola, aunque sinceramente no, no iba a malgastar lágrimas en una relación madre-hija que nunca había funcionado.

Mi madre y yo nunca nos habíamos llevado bien al 100% y aunque me daba tristeza sabía que era lo mejor.

Cuando dos personas no encajan no hay necesidad de forzar vínculos y eso era lo que había hecho desde pequeña.

– Pedri, no voy a desaparecer, puedes ir a ver a los chicos, entrenar...

– Lo sé, pero quiero estar aquí, contigo.

Reí.

– Como quieras.

Cuando terminé de estudiar fuimos al salón a ver la tele y Pedri empezó a hacer zapping.

– Cielo, ¿vas a dejar algo?

– Es que todo es una basura.

Lo miré y le quité el mando.

– Eh.

– Te aguantas.

Lo vi sonreír y entonces empecé a buscar algo.

Acabé poniendo una película romántica y me acurruqué a él.

– ¿En serio?

– Cariño, las películas románticas son lo mejor que existe.

– Son muy ñoñas, todos los tíos se vuelven unos calzonazos.

– Pepi...

– ¿Sí princesa?

– ¿Quién es el calzonazos ahora?

– Cabrona.

Yo me reí y después le di un besito rápido.

– Quiero otro.

Me acerqué y le di otro beso.

– Otro.

– Cielo, quiero ver la película.

Soltó un gruñido como los niños pequeños y miró la pantalla cruzado de brazos.

– ¿Vas a enfadarte?

No contestó y siguió mirando la pantalla del televisor.

Sonreí suave y miré la tele cuando de pronto le vi coger el móvil.

Se metió en TikTok y empezó a deslizar uno a uno.

Miré de reojo y entonces le vi viendo a una chica bailar.

La chica era preciosa, tenía los ojos azules y el pelo negro.

Vi que no seguía deslizando y entonces lo miré.

– ¿Vas a pasar el vídeo o qué?

– ¿Algún problema?

– Pues sí, estás viendo a una pava bailar en bikini.

Soltó una risita y me miró.

– ¿De qué te ríes?

– De que estás celosa por una chica que ni siquiera conozco.

– ¿Yo? ¿Celosa?– dije soltando aire.– Pff, por favor.

– Lo estás.– finalizó.

– Que no.

𝐌𝐎𝐓𝐇 𝐓𝐎 𝐀 𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄 +18 | PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora