XXXIV

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Miré la televisión sonriendo. Le estaba poniendo películas de Disney a Pedri.

– Nena, esto es un poco rollo... ¿Me estás diciendo en serio que Bella no puede escapar de esa torre cutre?

Me eché a reír viéndole.

– No puede.

– Sí puede, sale por la puerta y ya.– rebatió mirándome.

Reí y me arropé.

– Calla.

– Es que es un rollo, me parece muy tonta.

Le pellizqué en el brazo y soltó un quejido.

– No te metas con Bella, es una de mis princesas favoritas.– dije apuntándole con el dedo.

– Vale.

Paré la película y saqué chocolate de mi bolso.

Vi como se le iluminaba la cara y sonreí partiendo un trozo y se lo di.

– No se lo digas a Luis Enrique.– dijo dándole un mordisco al chocolate.

Me reí.

– Prometido.

Estuvimos viendo la película y cuando terminó llamaron a la puerta.

– ¿En serio?– soltó Pedri.– Ahora que quiero ver otra nos interrumpen.

Me eché a reír y me levanté para abrir.

Gavi entró mirándonos.

– Vamos a ir a pasear y pillar algo de cena, que Lucho nos ha permitido saltarnos la dieta hoy, ¿venís?

Miré a Pedri y lo vi asentir varias veces.

Fui a mi habitación a cambiarme y cuando bajé me reuní con todos.

Comimos hamburguesas y después se animaron para ir al centro de atracciones.

Balde y Gavi me agarraron de ambos brazos y me llevaron con ellos hasta una montaña rusa.

– Ni de coña.– soltó Pedri.– La última vez se puso mala.

– ¿Quieres montarte tú?– soltó Balde.

Pedri los miró y empezó a negar con la cabeza, aunque no le sirvió de nada, porque a los minutos estaba en la cola para montarse.

Yo sonreí mientras me dejaban haciendo de perchero.

Cuando subieron vi a Pedri mirándome con cara de auxilio.

Fer llegó comiéndose unas patatas fritas y sonrió.

– Va a morir ahí arriba.– dijo.

Lo miré y le robé una patata.

– Y que lo digas.

La atracción empezó y yo solo escuchaba los gritos de los pasajeros.

Tras varios minutos, la atracción llegó hasta el punto de inicio y vi a la gente bajando.

Entonces Pedri llegó hasta mí, estaba temblando.

Lo abracé y sentí que se relajaba en mis brazos.

Sira llegó y me animó a montarme con ella en alguna atracción.

Accedí y nos fuimos a hacer la cola.

– Por favor, ten cuidado.– dijo Pedri mientras le daba un sorbo a la botella de agua que le había traído Ansu.

Asentí y nos montamos.

𝐌𝐎𝐓𝐇 𝐓𝐎 𝐀 𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄 +18 | PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora