Cuando salí de la Universidad me esperaba de todo menos encontrarme a Pedri en la puerta de su coche, rodeado de gente, esperándome.
Había acabado el último examen y mi pensamiento de hoy era pasarlo bien y aprovechar todo el tiempo que no había aprovechado estas semanas.
Aunque sí que iba a aprovecharlos. De muchas maneras.
Me acerqué hasta Pedri y después de darle un pico bajo la atenta mirada de media Universidad, me monté en en su coche y salió del campus.
– ¿Qué tal el examen?
– Genial.– respondí con una sonrisa en mi cara.
– Me alegro muchísimo preciosa. ¿Quieres hacer algo?
– Pues ahora que lo dices...
Levanté las manos chillando sintiendo la adrenalina recorrer mi cuerpo.
Pedri estaba con los ojos cerrados.
Estaba cagado.
La feria había empezado y le había obligado a subirse conmigo en el saltamontes.
Yo lo miré soltando una risa y le agarré las manos.
– ¡JADE QUE VOY A MORIR JODER!
La música resonaba por los altavoces mientras nos hacían saltar en el asiento y yo levanté de nuevo mis manos.
De pronto empezaron a aflojar la velocidad y dieron marcha atrás.
– No no no no no no, ni de putísima coña.– murmuró Pedri.
– ¡DALEEEEEE!
Parece que el monitor me escuchó, porque entonces cogimos velocidad y empezamos a saltar de nuevo, pero esta vez marcha atrás.
– ¡MAMÁ!
Miré a Pedri que estaba agarrando la barrera con más fuerza que un elefante, tenía los ojos cerrados y no paraba de chillar, pero no de emoción como yo.
Empecé a cantar la canción que sonaba y entonces nos inclinaron.
No habíamos tenido mejor idea que dejarme a mí en el medio, y al ser dos, yo quedaba vacía del otro lado, por eso, cuando inclinaron los asientos me resbalé.
Pedri se soltó de una de sus manos y me agarró por la cadera para apretujarme a él.
Cuando nos volvieron a colocar, nos hicieron saltar un par de veces y después paró.
Yo me bajé aplaudiendo y dando saltitos mientras mi chico salía de ahí con las piernas temblando.
Habíamos quedado con Gavi y Balde y estos nos miraban mientras se reían de su amigo.
– Al próximo que se ría le parto las pelotas.
Nos reímos los tres con más fuerza.
Miré a Pedri, que en esta atracción se había quedado abajo porque no se encontraba bien y que estaba cuidando mi bolso.
– Yo creo que va a vomitar esta noche.– dijo Balde a mi lado.
Se acercó un chico a ponernos la barrera a Balde, Gavi y a mí.
Habíamos tenido la maravillosa idea de montarnos en la atracción Inverter y estaba muy nerviosa.
Había visto a gente subirse antes, pero no me había atrevido a subirme en la vida.
Y me había ido a montar con dos locos de la cabeza.
La atracción empezó a balancearse y me concentré en mirar a ambos, que se habían ofrecido a dejarme en el medio para que no volase.
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𝐌𝐎𝐓𝐇 𝐓𝐎 𝐀 𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄 +18 | Pedri
Ficção AdolescenteCuando Jade vuela con Lucas, su maravilloso y perfecto novio a Canarias de vacaciones, era para solucionar algunas de las lagunas que tenían como pareja. Lo que ella no sabía es que iba a cruzarse con alguien que que le iba a hacer cuestionarse si...