XXXV

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El primer partido.

Los chicos se habían ido un rato antes y yo estaba con Sira apunto de un ataque.

– Relaja el culo, van a ganar.– dijo Sira peinándose.

Me puse una de las camisetas de Pedri para animarle un poco y me abroché los pantalones cargo.

– Eso espero, no quiero verle desanimado.– dije acercándome a ella.

– Van a hacerlo genial, tranquila.

Decidí creerle y confiar en su palabra.

Un rato después bajamos para montarnos en el coche que había reservado para nosotras y fuimos camino al estadio.

Miré a mi alrededor un poco sorprendida de estar aquí, con él.

Quien iba a decírmelo.

Cuando llegamos al estadio la cola era tremenda.

– Joder.– dije mirando a todo el mundo esperando.

– Tacháaaan.

Miré a Sira y la vi con dos carnés.

– ¿Qué es eso?

– Se llaman pases VIP cariño.– dijo dándome uno.– Con él te dejan pasar sin necesidad de tragarte media hora de cola.

La miré sorprendida y caminé detrás de ella para ir hasta la puerta.

Muchos aficionados nos chillaban, se sabía que ya nos conocían a ambas por los chicos.

No paraban de llamarnos y empecé a sentirme mal, así que me paré para firmar alguna camiseta y hacerme alguna foto.

Era lo menos que podía hacer.

Ser novia de uno de los crushes de media España no era fácil.

Sira entró y entré detrás suya.

El estadio era enorme...

Sira fue hasta las gradas de abajo y bajé para ir con ella.

Nos sentamos y entonces vi a Ferrán salir con la ropa del calentamiento.

– Ey, ¿habéis entrado bien?

Asentimos a la vez.

Pedri salió y se me escapó una sonrisita.

Estaba guapísimo.

Llegó hasta mí y me plantó un beso.

– ¿Todo bien?– dijo mirándome.

Asentí y acaricié sus hombros cubiertos por la sudadera.

– Un poco nerviosa.

– Va a ir bien, confía en nosotros.

Asentí y sonreí.

– Algunas y algunos fans tuyos me chillaban para que me hiciera alguna foto.

– ¿Sí? ¿Y qué has hecho?

– Me he parado para hacerme alguna y firmar sus camisetas.

Él se echó a reír y me despeinó un poco.

– Jade, eres más adorable que nada. Seguro que les has hecho el día.

– Que vergüenza, eso no es lo mío.

– Lo sé y lo siento.

– ¿Por?

– Porque van a acosarte demasiado.

– Me importa bien poco, el que tiene que importarme eres tú.

Sonrió y me dio otro beso.

Escuchamos al padre de Sira llamándolos para que entraran para que se reunieran todos y se despidieron de nosotras.

𝐌𝐎𝐓𝐇 𝐓𝐎 𝐀 𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄 +18 | PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora